Además de a la potencia del seísmo, la alta mortalidad, con más de 36.000 muertos, se debe al incumplimiento de las normas de seguridad en la construcción y al uso de materiales de mala calidad
«Los perros se portaron de manera increíble», señala Elena Marcos, jefa de la Unidad Canina de Rescate de Asturias, sobre los dos pastores belgas Mini y Chuli que buscaron a personas vivas entre los escombros