Asegura que sufre y disfruta del castigo que supone el que le encante su trabajo, aunque se toma su tiempo para ir a animar al Obradoiro, otra de sus pasiones
El pasaje que cubre la ruta siniestrada viaja con indiferencia y sin inquietud. «En mi casa me decían que no debía preocuparme, pero el miedo es libre», dice una pasajera
Ha dado muchas vueltas al mundo visitando gallegos en la diáspora lo cual, asegura, es de lo más reconfortante. Biólogo reconvertido en maestro, reconvertido en político, cuando puede cuida de un jardín y de una huerta