Cuatro presidentes de Galicia llegaron al poder después de unas elecciones, y los otros dos, Laxe y Rueda, a través de una moción de censura y de un relevo en el Gobierno, respectivamente
«Non estamos dispostos a que cando nos queren fusilar nos fagan sachar a cova primeiro: non participamos na votación», dijo el líder nacionalista en protesta por la aprobación de un nuevo reglamento del Parlamento que no fue consensuado por la oposición
Hitos el parlamentarismo gallego. Después de renunciar a sus aspiraciones en la política estatal, el político conservador moldeó el patrón del galleguismo frente al nacionalismo: «Nós non presentamos unha utópica autodeterminación, senon unha irreversible autoidentificación»
Como vicepresidente de la Xunta, fue el encargado de defender a Albor de la moción que convertiría a Fernando González Laxe en presidente. Treinta años después se la presentaron a él y recurrió a argumentos muy similares
El exconselleiro Víctor Vázquez Portomeñe relata cómo convenció al presidente del Parlamento para que no se abstuviera y cómo después retiró la ley de universidades para buscar un texto de consenso
Aunque no compartían su programa político, los independientes Carlos Casares, Ramón Piñeiro y Benxamín Casal apostaron por dotar «da maior autoridade política» a la presidencia de la Xunta
Quiroga, pese a que la UCD fue derrotada por Alianza Popular, su competidor en el centroderecha, apoyó con los 24 votos de su grupo la investidura de Gerardo Fernández Albor