La huelga para exigir el cese de Maduro tropieza con las amenazas chavistas

PEDRO GARCÍA OTERO CARACAS / CORRESPONSAL

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RONALDO SCHEMIDT | Afp

El presidente asegura que el paro ciudadano «fue un fracaso en todo el país»

29 oct 2016 . Actualizado a las 09:38 h.

Los venezolanos respondieron en gran medida el «paro ciudadano» convocado por la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) y solo la obligación de trabajar que tenían los empleados públicos y las empresas, amenazadas de intervención si cerraban, permitió que en las calles del país, y especialmente en las de Caracas, hubiera cierta presencia, lo que permitió afirmar al Gobierno de Nicolás Maduro que la huelga fue un fracaso.

El seguimiento fue mucho mayor en la provincia que en la capital, con imágenes de calles desiertas en las ciudades de voto mayormente opositor, y un poco más de actividad en las afines al chavismo. Sin embargo, Maduro afirmó en una concentración frente a centenares de sus seguidores en Caracas que «el paro convocado por la derecha fascista ha sido un fracaso, ha triunfado la convivencia y Venezuela».

Mientras tanto, y haciendo un balance de la actividad, el dirigente opositor Henrique Capriles señaló que «la soledad de las calles está en sintonía con la soledad de la cúpula corrupta del PSUV. Que cese el golpe y se respete la Constitución».

Las empresas del país abrieron sus puertas, mayormente, por amenazas previas del propio Maduro, así como de Diosdado Cabello. En lo que ya es una práctica habitual, el Gobierno hostigó a Empresas Polar, la compañía agroproductora más grande del país (y la única gran empresa privada que ha sobrevivido a 17 años de chavismo) colocando funcionarios de la policía política frente a sus sedes y la casa de su propietario, el empresario Lorenzo Mendoza, abiertamente identificado con la oposición.

Pese a tales amenazas, Jorge Rodríguez, alcalde del municipio caraqueño de Libertador (el más grande de la ciudad, asiento de los poderes públicos y el único que controla el chavismo en la capital), afirmaba que «ni los empresarios opositores respetaron la convocatoria de la MUD».

La huelga, a la que se adhirieron los estudiantes y profesores universitarios, los gremios profesionales y la Unión Nacional de Trabajadores (una confederación laboral exchavista) es la tercera de cuatro medidas que está impulsando la oposición para exigirle a Maduro que se vuelva a abrir el revocatorio, suspendido la semana pasada por cinco tribunales de primera instancia.

La primera es un juicio por responsabilidad política que se le sigue al mandatario en la Asamblea Nacional y que solo tiene efectos políticos, no penales. La segunda fue una multitudinaria manifestación en las capitales del país, que se registró el miércoles. Y la próxima será una marcha hasta el Palacio de Miraflores el jueves 3 de noviembre.

El país está también atento a la Cumbre de las Américas, que se celebra en Colombia y en la que por iniciativa del presidente peruano Pedro Pablo Kuczynski se discutirá si en Venezuela se rompió o no el hilo constitucional. De allí podría surgir la decisión de los países de la Organización de Estados Americanos de invocar la Carta Democrática Interamericana contra el país, lo que daría un espaldarazo enorme al discurso opositor de que Venezuela es hoy, y bajo el Gobierno chavista, una dictadura formal.