Rajoy se toma tiempo para nombrar un Gobierno con perfil negociador

Enrique Clemente Navarro
Enrique Clemente MADRID / LA VOZ

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Chema Moya | EFE

Debe resolver el equilibrio entre Sáenz de Santamaría y Cospedal, y el papel de De Guindos

31 oct 2016 . Actualizado a las 11:28 h.

Mariano Rajoy se ha tomado su tiempo. Meditará durante el puente y el jueves desvelará el secreto mejor guardado, la composición de su Gobierno. Algunas fuentes interpretan la tardanza como preludio de grandes sorpresas, otras como muestra de la dificultad para buscar equilibrios de poder. Será el primer mensaje que envié de cómo encara una legislatura muy difícil, terminado el tiempo del rodillo que le permitía la mayoría absoluta. De hecho, será el presidente con menos respaldo parlamentario de la democracia, solo 137 escaños. Los nombres de sus ministros serán un indicio muy importante para saber si va a haber un Rajoy reinventado dispuesto a adaptarse a las nuevas circunstancias o no. Hay dos variables a tener en cuenta: el presidente es enemigo de los cambios y fiel a sus más estrechos colaboradores.

Las fuentes consultadas coinciden en que apostará por ministros con un perfil muy político, dialogantes, que sepan negociar, capaces de tender puentes y sacar adelante iniciativas con Ciudadanos, pero también con los socialistas, que están dispuestos a escenificar una oposición dura tras una abstención que ha dejado desgarrado al partido.

Báñez, figura ascendente

Es seguro que Soraya Sáenz de Santamaría, su mano derecha, seguirá siendo vicepresidenta. La incógnita es si mantendrá sus funciones actuales o cederá la portavocía a otro ministro. O incluso si asumirá las funciones de Administraciones Públicas para negociar la nueva financiación autonómica.

Una de las figuras ascendentes es la actual titular de Empleo, Fátima Báñez, que se ha ganado la confianza de Rajoy a medida que la reforma laboral ha dado resultados. Tiene las características que busca: sabe dialogar, como ha demostrado en su ministerio y en las negociaciones con Ciudadanos. Puede ser la gran sorpresa.

Las quinielas coinciden en colocar a María Dolores de Cospedal en el Gobierno. La cuestión es en qué cartera y si mantendrá o no la secretaría general del PP. Sus relaciones con Sáenz de Santamaría no son buenas, lo que podría augurar futuros choques entre las dos mujeres de máxima confianza del presidente, que han actuado de apagafuegos durante los últimos años, cada una en su papel y su ámbito. Encontrar el equilibrio en el que ambas se sientan cómodas no va a ser tarea fácil. Cospedal quiere una cartera con peso específico y en su día rechazó ocupar las vacantes en Educación y Sanidad. Podría ir a Interior y mantener su cargo en el PP para contraponer el poder de su rival.

Si su destino es Interior, sustituirá a Jorge Fernández Díaz, el ministro más quemado, que fue reprobado por el Congreso. Su marcha o permanencia será un test de los propósitos de Rajoy. La duda es si prevalecerá la amistad personal y los servicios prestados o la necesidad de retirarle para contentar a socialistas y Ciudadanos. Si continúa, Defensa podría ser su cartera. También es difícil saber qué hará con otro de su íntimos, José Manuel García Margallo, que podría pasar a Defensa.

Luis de Guindos quiere la vicepresidente económico, una vez superada la crisis del nombramiento fallido de José Manuel Soria, aunque su figura causa rechazo en sectores del PP. Rajoy le está muy reconocido por su labor en la recuperación económica y su destacada presencia en los foros internacionales. Otros ministros que tienen todas las papeletas para quedarse son Isabel García Tejerina, que ha lidiado con asuntos complicados sin quemarse; Rafael Catalá, a quien se apunta como posible portavoz; e Íñigo Méndez de Vigo, que ha demostrado más cintura que su antecesor. La continuidad de Cristóbal Montoro en Hacienda se da por hecha, aunque podría perder las competencias de Administraciones Públicas. El problema que se plantea a Rajoy es que si asciende a De Guindos, con quien ha tenido desencuentros, Montoro pudiera plantearse arrojar la toalla. Uno de los ministerios más cotizados es Fomento, vacante tras el salto de Ana Pastor, puesto para el que suenan Báñez y Catalá.

Los ministrables: Moragas, Ayllón, Nadal, Maroto, De la Serna o Rudi

Entre los ministrables destacan Jorge Moragas, la sombra del presidente, que podría ir a Exteriores; Álvaro Nadal, candidato a Industria; José Luis Ayllón, que iría a Administraciones Públicas si Rajoy decide recuperar este ministerio. Es una de las opciones que estaría barajando para mejorar las relaciones con las autonomías gobernadas por los barones socialistas y con el PNV, posible salvavidas para aprobar los Presupuestos. No se descarta que entren independientes, que gocen de prestigio y del respeto del PSOE y Ciudadanos. También cuenta con posibilidades el vicesecretario general Javier Maroto, que podría ser interlocutor con el PNV dada su experiencia en la política vasca, el alcalde de Santander Íñigo de la Serna, cuyo destino puede ser para Sanidad; o la expresidenta del Congreso, Luisa Fernanda Rudi.

Las piezas del rompecabezas

Sáenz De Santamaría. Su continuidad en la vicepresidencia es segura. La duda es si mantendrá sus actuales competencias o asumirá otras

Luis de Guindos. Aspira a la vicepresidencia económica, lo que podría chocar con los deseos de su gran rival, Montoro

Dolores De Cospedal. Exige una cartera de peso que podría ser Interior. La duda es si seguiría o no como secretaria general del PP

Fátima Báñez. Es una de las figuras ascendentes del Gobierno. Rajoy valora mucho su capacidad negociadora

Rafael Catalá. Titular de Justicia, asumió Fomento tras dejarlo Ana Pastor. Ha convencido a Rajoy. Puede ocupar una de las dos carteras.

Jorge Fernández Díaz. Es el ministro más quemado tras ser reprobado. Su continuidad o no será un test sobre las intenciones de Rajoy