Los jóvenes abren el debate para el cambio del modelo electoral

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SPENCER PLATT | AFP

Muchos «millennials» que protestan en las calles restaron apoyos a Clinton al no verse representados por la candidata

11 nov 2016 . Actualizado a las 20:47 h.

«Nuestro candidato era Bernie Sanders. Nosotros necesitábamos a Bernie». Es el comentario de un joven de 25 años que el pasado martes había dado su apoyo a Hillary Clinton como la opción menos mala frente a Donald Trump. Su cara irradiaba un sentimiento instalado entre la rabia y la angustia. Rabia porque el Partido Demócrata no supo comprender el giro que se está produciendo entre el electorado joven en relación a la generación de sus padres. Prefirieron a alguien que les podía asegurar ese voto independiente que baila cada cuatro años entre republicanos o demócratas a respaldar a un candidato con mayor riesgo por virar más a la izquierda, pero que realmente conectaba con el electorado joven: «Él no representaba al establishment. Habría logrado mucho mayor apoyo que Hillary». Angustia por un futuro totalmente incierto tras conocer que será Donald Trump el que ocupará la Casa Blanca a partir de enero.

En el discurso de este millennials (nombre que han adoptado los nacidos entre 1990 y el 2000) puede hallarse una explicación a algunas de las cosas que ocurrieron el martes en Estados Unidos. La cuestión es que muchos de esos votantes de entre 18 y 29 años no tenían alternativa a la que votar porque ninguno de los dos candidatos con opciones de llegar a la Casa Blanca ofrecía soluciones a sus problemas. Entre ellos figuran el tener que afrontar la devolución de los créditos que les han permitido ir a la universidad o que deben combinar varios trabajos para poder asumir el pago del seguro médico o sencillamente llegar a fin de mes.

Aunque en las dos últimas carreras electorales fueron una baza más que segura para Barack Obama (en el 2012 obtuvo en esta franja de edad el 60 % de sus apoyos frente al 37 % que logró Mitt Romney), Hillary Clinton no representaba a buena parte de ellos. Sobre todo en las ciudades, desde Chicago, en Illinois; a Denver, en Colorado; o Detroit, en Míchigan. El nombre que más repetían al ser preguntados por el candidato ideal para ellos era uno: Bernie Sanders. Hasta en las manifestaciones del miércoles por la tarde muchos blandían aún carteles con su nombre.

Y ahora qué

Con todo, algunos como Chris Brown, un joven de 18 años de Boston que el miércoles salió a manifestarse por las calles de Chicago, votaron por Hillary. Era ella o Trump. Tomó la calle el miércoles porque con el republicano no ve futuro: «¿Qué voy a hacer con esta incertidumbre, cómo puedo plantearme tener hijos, por ejemplo?». Gracias a jóvenes como él, de entre 18 y 29 años que representan el 19 % del electorado, Hillary obtuvo un 55 % de apoyos en esa franja de edad frente a un 37 % que tendieron la mano a Trump, según los datos del Centro de Información en Investigación sobre el Comportamiento Cívico y Participación.

¿Qué pasó con el resto? El descontento provocó una desviación del voto hacia otras alternativas, aun con la consciencia de que candidatos como la verde Jil Stein o Gary Johnson, del Partido Libertario, no podrían sentarse en el despacho oval.

Además de para reclamar el mantenimiento de numerosos derechos civiles adquiridos, tras la victoria de Trump muchos jóvenes bajan estos días a la calle para proclamar el descontento con el modelo electoral para elegir al presidente. «No tenemos un partido con alternativa de poder gobernar que nos represente, que tenga idea de los problemas que tenemos», dice Ryan, un joven de Minnessota que también estaba en las concentraciones de Chicago. Como él son muchos los que piden un cambio de sistema urgente. «Estaría bien que hubiera más partidos que pudieran ser alternativa, como en Europa. Estuve en Alemania hace poco y lo vi», añade.

Esa urgencia de cambio ha saltado ya a las redes sociales. Ayer mismo circulaba en Facebook una petición: «Abolish the ellectoral college». Muchos creen que el modelo de elección indirecta arraigado durante años en Estados Unidos resulta injusto, además de haber contribuido a la victoria de Donald Trump. «¿Cómo puede ser que Hillary haya obtenido más votos de la gente, pero Trump vaya a ser el que mande en la gente?», se preguntaba otro joven.

Pero hay otros muchos que aceptan el resultado. Un 37 % de menores de 30 años han apoyado a Trump. Quizá los ha seducido con su discurso de que pueden alcanzar el sueño americano. Habrá que esperar a ver qué ocurre.

El «profeta» que anticipó el regreso republicano a la Casa Blanca

Ha vuelto a acertar y lo lleva haciendo en los últimos 32 años. El profesor de Historia en la Universidad Americana de Washington, Allen Lichtman emplea un sistema predictivo para averiguar qué partido ocupará la Casa Blanca. Está basado en 13 preguntas y si seis o más respuestas son falsas, el partido que ocupa el poder perderá las elecciones. En esta ocasión, los demócratas tenían seis en contra. Ganó Trump.