Por qué Rusia ha convertido al liberal Macron en blanco preferido de sus diatribas

Alexandra F. Coego PARÍS / CORRESPONSAL

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FRANCK PENNANT | AFP

Es el único candidato con opciones a la victoria en Francia que ha marcado distancias con Putin

19 feb 2017 . Actualizado a las 01:12 h.

Emmanuel Macron se ha convertido en el favorito para ganar las presidenciales galas de la noche a la mañana gracias a la tormenta de escándalos que azota al conservador François Fillon. Lo han notado, al mismo tiempo que las firmas de encuestas, los jerarcas rusos, casi tan interesados como los demás presidenciables en impedir que su ascenso al Elíseo sea un camino de rosas.

La razón podría ser que, hace apenas un mes, el Kremlin se las prometía felices: tenía garantizada una relación privilegiada con el futuro presidente de Francia. Fillon es buen amigo de Vladimir Putin y partidario de levantar las sanciones económicas por la anexión de Crimea. Su mayor rival, la populista eurófoba Marine Le Pen, es también abiertamente pro-rusa. Incluso Jean-Luc Mélenchon, que se disputa el cuarto puesto en los sondeos con Benoît Hamon, es simpatizante de Moscú. Los tres quieren, además, enfriar las relaciones con la Unión Europea [Le Pen va más allá y reclama abiertamente su «destrucción»].

Resumiendo: con Donald Trump al otro lado del Atlántico y con un amigo euroescéptico en el corazón de Europa, Rusia tenía todas las bazas en su mano para aumentar exponencialmente su influencia en la esfera política mundial.

Pero con Macron en la ecuación, la estrategia se hace pedazos. El ex ministro de Economía de Hollande apuesta en su programa por una mayor integración en la UE y, en cuanto a Rusia, está de acuerdo con la «normalización» de las relaciones, sí, pero no «dejará de lado su compromiso con los derechos humanos». «Esa es la diferencia entre Fillon y yo» declaró hace poco en una entrevista con el diario galo Le Point. «El señor Putin no me fascina y no voy diciendo que es mi amigo. Soy más duro con los rusos».

Esta posición no ha estado libre de consecuencias para él. El secretario general del movimiento ¡En Marcha!, Richard Ferrand, hizo la semana pasada unas declaraciones inquietantes: el sistema informático de la organización habría sufrido «cientos, sino miles» de ataques «venidos de fronteras rusas». Si bien la procedencia de los ciberataques puede ser falseada, los mensajes anti-Macron de ciertos medios rusos llevan la firma de Moscú. El programa de televisión propagandístico Vesti Nedeli le describió como un «enviado de la élite global» y el periódico Izvestia sugirió que Wikileaks tiene material comprometedor sobre él. El portal en línea Sputnik, controlado por el Kremlin, invitó al diputado de Los Republicanos Nicolas Dhuicq a escribir una extensa columna en la que acusó a Macron de estar respaldado por un «muy rico lobby gay».

Los franceses temen una posible influencia de Moscú en las elecciones, a imagen de lo que pasó en EE.UU. La preocupación no solo concierne a la difusión de rumores, sino también a la implantación de Russia Today en Francia. Según la revista Telerama, se ha lanzado a una intensiva campaña de contratación para crear un canal en francés cuanto antes. Como aperitivo, Rusia ha empezado a jugar fuerte en la campaña.