«Terminator» no es una amenaza

Javier Armesto Andrés
Javier Armesto BARCELONA / ENVIADO ESPECIAL

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Los robots humanoides que se muestran en el Mobile World Congress de Barcelona distan mucho de la imagen que acostumbran a dar las películas de ciencia ficción

01 mar 2017 . Actualizado a las 08:02 h.

Caminar hasta el pabellón 8.0 del Mobile World Congress es una heroicidad que exige atravesar toda la feria, abarrotada por los más de 100.000 asistentes a este evento mundial de las comunicaciones móviles que se celebra cada año en Barcelona. Allí encontramos uno de los espacios más sofisticados del congreso, los stands de las compañías de drones -liderados por dji- y los de empresas especializadas en robótica. La japonesa SoftBank se ha hecho un hueco en este negocio con sus androides de representación, entre los que destaca Pepper, un robot que ya da los buenos días en algunas oficinas españolas, como Abanca, Carrefour, El Corte Inglés y Renault.

Pepper es el producto estrella de SoftBank, pero esta historia de autómatas comenzó mucho antes, exactamente hace 11 años, cuando fue desarrollado NAO, su hermano mayor. Mucho más pequeño, apenas levanta 54 centímetros del suelo y pesa unos 7 kilos. Se utiliza en entornos educativos como universidades y colegios, y también para ayudar a niños autistas. Su constitución articulada le permite ejecutar números de baile como el que realiza para los asistentes al Mobile al ritmo del Thriller de Michael Jackson; la música sale por los altavoces del robot, situados en donde deberían estar sus orejas.

NAO es entrañable pero está muy verde. Fue desarrollado por Aldebaran, una firma francesa que luego fue absorbida por SoftBank Robotics. Le dicen «shake hands» (dame la mano) y entiende «cheese cake» (tarta de queso».

Pepper está más evolucionado, te sigue y detecta obstáculos gracias a sus sofisticados sensores y su sistema de guiado por láser. Su forma aniñada no es un capricho. Lo explica Daniel Campo, hijo de emigrantes gallegos (de A Coruña) que trabaja en la sede europea de SoftBank en París: «El diseño es muy importante para que sea aceptado por el público. No estamos intentando reproducir exactamente un humano, con su aspecto y la piel, porque esto no funcionaría. Lo que queremos diseñar es un robot que sea atractivo, interesante, y que tenga una cara que no dé miedo, porque al final su objetivo es la interacción: si la gente no le habla, ya no tiene propósito».

En SoftBank creen que «la mejor manera de comunicarse es hablando, no con un teclado o un ratón -indica Campo-. Cada vez se ven más asistentes personales como Siri o Alexa y aquí tenemos un robot que tiene un cuerpo como el de un humano y nos permite interactuar de manera natural». Pepper está en el Mobile con la vista puesta en el cliente empresarial, pero en Japón lo venden también a particulares para sus casas. Se le pueden poner aplicaciones como las que tenemos en el smartphone, apps para comprar comida, Youtube, Facebook o redes sociales, pero también para dar clases de inglés. Pero no es Terminator ni un replicante de Blade Runner. «Al final, los humanos son los humanos y esto es solo una máquina», concluye el representante de SofBank.