Polonia desata una tormenta en la UE para impedir la reelección de Tusk

Cristina Porteiro
cristina porteiro BRUSELAS / CORRESPONSAL

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OLIVIER HOSLET | EFE

Intenta trasladar a la cumbre comunitaria un contencioso de la política nacional

09 mar 2017 . Actualizado a las 07:58 h.

Brexit, futuro de la UE, defensa, comercio, situación de los Balcanes, migración y economía. Si no fuesen suficientes los temas en la agenda de los 28 líderes europeos que acuden estos dos días a Bruselas, otro asunto eclipsa la cita: la reelección del presidente del Consejo Europeo. El Gobierno polaco ha abierto una tormenta al negarse a seguir respaldando a su compatriota, Donald Tusk, para quien expira el mandato de dos años y medio.

¿Qué conflicto existe entre Varsovia y Tusk?

El Gobierno polaco liderado por Beata Szdylo, del partido Ley y Justicia, mantiene una guerra abierta contra Tusk, líder del partido opositor Plataforma Cívica. Lo acusan de agitar a la ciudadanía para bloquear las reformas constitucionales que puso en marcha el partido ultraconservador y que le valieron la apertura de un proceso sancionador por parte de Bruselas, desde donde se sigue con preocupación la deriva antidemocrática de Varsovia. La polaca trasladó ayer por carta a sus homólogos europeos las razones por las que se niega a prorrogar otros dos años y medio más la presidencia de Tusk. Lo acusa de «violar brutalmente» los principios de neutralidad política y de abstenerse de intervenir en asuntos nacionales. «Ha utilizado su cargo para intervenir personalmente en una disputa política en Polonia. No podemos aceptar que un Gobierno elegido democráticamente sea atacado por el presidente del Consejo». Lo que subyace en el conflicto es el deseo del Gobierno polaco de ajustar cuentas con la oposición.

¿Cómo piensa Szdylo sabotear su reelección?

Por el momento ha apadrinado a un nuevo candidato, algo inédito en el Consejo, acostumbrado a elegir líder por consenso. Se trata de Jacek Saryusz-Wolski, eurodiputado expulsado recientemente de las filas del Partido Popular por aceptar la propuesta de Szdylo para hacer sombra a su compatriota. La polaca pretende que los 27 reciban hoy al tránsfuga en la sede del Consejo, una decisión que recae sobre el primer ministro maltés, Joseph Muscat, que ostenta la presidencia temporal de la institución. En caso extremo, será una votación por mayoría cualificada la que resuelva el conflicto.

¿Quién apoya a Polonia?

Casi nadie. «Tusk aúna una inmensa mayoría de apoyos», asegura una fuente diplomática que resalta su perfil de negociador-puente con la sociedad civil y los países del este. Szdylo es consciente de que a nadie le preocupan sus disputas internas. «Ni siquiera estamos seguros de que Hungría vaya a respaldarla. Su líder dice unas cosas en un lado y otras en otro y otros socios pueden sentirse instrumentalizados», asegura la misma fuente.

Entonces, ¿porqué la UE está preocupada?

Algunos países como España temen que la disputa envíe una señal negativa de división y que se extienda la tentación de «exportar polémicas internas a la UE».

Otros países también manifiestan su preocupación por la tendencia emergente a depurar agravios al calor de este tipo de polémicas en el seno del Consejo, lo que añade más inestabilidad al bloque. No hay que subestimar las consecuencias de la reelección de Tusk. Polonia ha dejado claro que tiene margen para sabotear el debate sobre el futuro de la UE a 27, en el que el grupo de Visegrado y el de Versalles mantienen visiones diferentes.

España recupera posiciones

La prolongada ausencia de España en el escenario europeo parece haber llegado a su fin. Durante los últimos años, la crisis económica y los conflictos internos alejaron al país del corazón decisorio de la UE. La pérdida de peso ha sido brutal. A día de hoy no hay ningún español o española al frente del Consejo, de la Eurocámara, de la Comisión Europea,  del servicio diplomático ni el Eurogrupo. Por no haber, no hay nadie en el consejo ejecutivo del BCE. La silla se perdió en el 2012.

Ahora que Bruselas da por terminado lo peor de la crisis, las potencias de la Unión (Alemania, Francia e Italia) esperan que España recupere el terreno perdido y vuelva a ocupar su posición como uno de los socios más activos y comprometidos con el impulso europeísta. La maquinaria diplomática española espera convertir las negociaciones del brexit y el debate en torno al futuro de la UE a 27 en una oportunidad para ganar peso e influencia. La foto de Versalles es la imagen que ilustra la anunciada «vuelta a Europa» de España. Atrás quedan los años en los que el país quedaba eclipsado por los recién llegados, como Polonia. Queda por ver si ese nuevo impulso para situar a España al frente de la UE se traduce en la conquista de sillas estratégicas como la del BCE que se dirimirá el próximo mes de mayo.

Europa censura la cruzada húngara contra los refugiados

A pesar del giro estricto que ha dado Europa en los últimos meses para tratar de frenar la llegada de refugiados al Viejo Continente, sus instituciones y organismos, dentro y fuera de la UE, alzaron ayer la voz contra el Gobierno húngaro por ir varios pasos más allá en su estrategia por mantener las fronteras blindadas. La responsable de Derechos Humanos y refugiados de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, Tineke Strik, condenó la aprobación de una ley en el Parlamento magiar que permitirá a las autoridades detener de forma arbitraria y automática a todos los demandantes de asilo en «zonas de tránsito» cercanas a las fronteras con Serbia y Croacia.

«Constituye una clara violación del Convenio Europeo de Derechos Humanos», denunció la holandesa. El Tribunal de Estrasburgo ya advirtió en varias ocasiones al Ejecutivo de Viktor Orbán de que Hungría tiene la obligación de garantizar que no se priva de libertad a ninguna persona que busque protección internacional. Solo se puede efectuar la detención en casos excepcionales y se debe hacer de forma «proporcionada». «Los demandantes de asilo no son criminales, merecen que su expediente se examine de manera justa y ser tratados de forma humana», zanjó Strik. Bruselas no tardó en reaccionar al escándalo. Sus portavoces confirmaron que el comisario de Migración, Dimitris Avramopoulos, se reunirá de urgencia con las autoridades húngaras para manetener una «discusión seria».