Trump, en guerra con los ultras que no tumbaron el Obamacare

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

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Carlos Barria | REUTERS

Amenaza con no apoyar a algunos senadores en su reelección

31 mar 2017 . Actualizado a las 08:02 h.

Los midterms es uno de los termómetros del mandato de cualquier presidente de Estados Unidos. Son las elecciones que se celebran a mitad de mandato para renovar la Cámara de Representantes, un tercio del Senado y hasta 36 gobernadores estatales. Suelen reportar una buena cosecha de victorias para el partido que ocupa la Casa Blanca si la imagen del presidente es positiva y este se involucra en la campaña de aquellos estados donde puede haber dudas y su imagen prestigia al candidato local.

Quizá por ello, Donald Trump no ha dudado en volver a desafiar a su propio partido tras el varapalo sufrido en la derogación del Obamacare y la más que previsible derrota en la tramitación de la reforma fiscal si insiste en sacarla adelante con su actual formato. El neoyorquino aún no ha digerido la derrota en el Obamacare, sacudido por el ala más ultraconservadora de los republicanos, que abortó el intento de cambiar la protección sanitaria a los más desfavorecidos no por estar a favor de mantenerla, sino porque consideraban escaso el impacto de la involución y exigían recortes mucho más severos para apoyarla.

Se trata de un grupo de 32 cargos electos, fundamentalmente del sur de Estados Unidos, agrupados en el Freedom Caucus que funcionan con un curioso método: si el 80 % de sus miembros adopta una posición, el resto está obligado a secundarla. Son así un grupo de poder considerable, capaz de echarle un pulso al mismísimo Trump. «My way or highway» (a mi manera o carretera) fue el órdago que Trump lanzó a los congresistas republicanos antes de la votación de su reforma. Y fracasó, porque esos congresistas se mantuvieron firmes y rechazaron modificar sus postulados.

Trump apuntó que el Freedom Caucus «arruinará todo el programa republicano si no se suman a nuestro equipo, y rápido».

«Debemos enfrentarlos, a ellos y a los demócratas, en el 2018», apuntó el mandatario, en referencia a las elecciones legislativas previstas para el próximo año, consumando su amenaza de retirarles el apoyo presidencial.

Uno de los líderes del bloque ultraconservador, Jim Jordan, dijo que el grupo «está tratando de ayudar al presidente» pero la reforma del sistema de salud «no hacía lo que le prometimos a los electores». Los republicanos tienen mayoría en la Cámara de Representantes, con 237 votos, pero son necesarios 216 para aprobar proyectos, de forma que el bloque ultraconservador puede decantar cualquier actuación.

Putin lo niega todo

Mientras, en el frente de las investigaciones sobre las relaciones de Rusia con la campaña de Trump, el Senado confirmó que interrogará al yerno del presidente, Jared Kushner, Vladimir Putin insistió en negar cualquier injerencia de su país en las presidenciales estadounidenses. «Los contactos de nuestro embajador en EE. UU. son limitados. Cada reunión es vista como un acto de espionaje. ¿No es una tontería? ¿Para qué tenemos un embajador?», indicó antes de pedir a un periodista «lea mis labios, no tenemos nada que ver».

Veto a la reforma migratoria

Un juez estadounidense convirtió en indefinido el hasta ahora bloqueo temporal que regía sobre el segundo veto migratorio con el que el presidente Donald Trump pretendía prohibir la entrada a ciudadanos de seis países de mayoría musulmana y a los refugiados.

La resolución desestima el recurso del Gobierno y convierte en firme la orden del magistrado federal, Derrick K. Watson, que tiene sede en Hawái).