Corea del Norte caldea con un misil la cita de Trump y Xi

Sara R. Estella PEKÍN / E. LA VOZ

ACTUALIDAD

JUNG YEON-JE | AFP

La provocación sirve como toque de atención previo al encuentro de dos días que inician hoy en Florida

06 abr 2017 . Actualizado a las 01:03 h.

Como si hiciera falta echar más leña al fuego que calienta las relaciones entre EE.UU. y China desde las últimas elecciones norteamericanas, Corea del Norte ayudó este miércoles a avivar las llamas. En una nueva exhibición de músculo, Pyongyang lanzó un misil de medio alcance hacia el mar de Japón. Aunque no entrañó ningún riesgo, la provocación sirve como toque de atención previo al encuentro de dos días que inician hoy en Florida los presidentes Donald Trump y Xi Jinping.

El proyectil salió disparado a las 6.40 (hora surcoreana) desde la base de Sinpo y recorrió alrededor de 60 kilómetros, según los servicios de inteligencia de Seúl. Mandos estadounidenses precisaron que el misil era del tipo KN-15, un cohete de rango medio con alcance similar al que ya se lanzó desde un submarino en agosto de 2016. Por tanto, no transmitía un mensaje militar sino político. Según la mayoría de observadores, indicaría que Corea del Norte quiere estar presente en la primera reunión bilateral entre los presidentes de EE.UU. y China desde que Trump llegó a la Casa Blanca: un encuentro en el que, con proyectil o sin él, el régimen de Pyongyang iba a ser uno de los asuntos más espinosos.

A principios de esta misma semana Trump tensó la cuerda al asegurar en el Financial Times que está dispuesto a desactivar la amenaza nuclear norcoreana con o sin la ayuda de Pekín. «Si China no va a solucionar el asunto de Corea de Norte, nosotros lo haremos», afirmó. A la pregunta de cómo presionará al gigante asiático para que se implique más, apuntó a las negociaciones sobre sus relaciones comerciales. «Todo gira en torno al comercio. Si nos ayudan (con Corea del Norte), supondrá un beneficio para China y, si no, nadie se beneficiará», zanjó.

Pekín repite su retórica de que se adhiere a las sanciones impuestas por Naciones Unidas, según las cuales no comprará más carbón a Corea del Norte, un golpe muy serio para la maltrecha economía de la dictadura. Según indicó a este periódico Zhao Tong, experto del Centro Carnegie Tsinghua de Pekín, las exhibiciones de fuerza de Corea del Norte «incomodan a China, que evita presionar de forma más contundente a Pyongyang ante el temor que la desestabilización del régimen afecte a su frontera».

Otro punto de fricción entre ambas potencias son las relaciones comerciales, cada vez más polarizadas entre la defensa de la globalización liderada por Pekín y la del proteccionismo, por la que aboga Trump. A esto se unen las amenazas del nuevo inquilino de la Casa Blanca de subir los aranceles a los productos chinos o de declarar a China «manipulador de divisas» para abaratar sus exportaciones. «Ambos países necesitan encontrar puntos de vista comunes», asegura Li Yonghui, experto en la relación de China y EE.UU. de la Universidad de Estudios Extranjeros de Pekín.