EE.UU. negocia con China el castigo a Corea del Norte por lanzar otro misil

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

ACTUALIDAD

YONHAP | EFE

Washington no descarta una respuesta militar: «Todas las opciones están abiertas»

17 abr 2017 . Actualizado a las 07:48 h.

Estados Unidos busca el apoyo de China para responder al último desafío de Corea del Norte. Así lo admitieron ayer tanto el vicepresidente estadounidense, Mike Pence, de visita oficial en Seúl, como el asesor de Seguridad Nacional, Harry R. McMaster, horas después del fallido lanzamiento de un misil balístico por parte del régimen de Kim Jong-un como colofón a los actos del 105 aniversario del nacimiento de Kim Il-sung, considerado como el padre de la patria.

McMaster, uno de los valores más pujantes dentro de la Administración Trump en las últimas semanas, desplazando incluso al antes intocable asesor Steven Bannon, fue tajante: «Todas las opciones para responder a Corea del Norte están encima de la mesa, incluso la militar». Lo dijo en una entrevista en la que no quiso cerrar la vía a las gestiones diplomáticas. «En las próximas semanas y meses habrá oportunidades de mejorar y perfeccionar todas las opciones, pero habrá una gran oportunidad para emprender todas las opciones, excepto el conflicto armado, con el fin de que pueda evitarse lo peor», insistió el militar.

El asesor de Seguridad Nacional confirmó que Japón y Corea del Sur, los dos aliados más estables de Estados Unidos en la zona, apoyan una respuesta contundente contra el régimen de Kim Jong-un. Por eso, la diplomacia estadounidense ha iniciado contactos con China para pactar la represalia hacia Corea del Norte. «Creo que hay un consenso internacional ahora, incluidos los líderes chinos, en que esta situación simplemente no puede continuar y que estamos en una fase crucial. Vamos a confiar en nuestros aliados como siempre hacemos, pero también vamos a tener que confiar en los líderes chinos. Quiero decir, Corea del Norte es muy vulnerable a la presión de los chinos, el 80 por ciento de su comercio procede de China», afirmó McMaster.

Ese tono conciliador dio paso a las advertencias. «El presidente Trump ha dejado claro que no aceptará que Estados Unidos y sus aliados y socios en la región estén bajo la amenaza de este régimen hostil con armas nucleares», agregó.

Mientras, Donald Trump aparcó su habitual tono beligerante. Después de haber criticado a Pekín por su política monetaria durante su campaña electoral, Trump tuiteó: «¿Por qué llamaría a China manipulador de moneda cuando ellos están trabajando con nosotros con el problema de Corea del Norte? ¡Veremos qué pasa!», confirmando las negociaciones con Pekín.

Reunión hoy en Seúl

Desde la zona de conflicto, el vicepresidente Mike Pence calificó la última prueba norcoreana de «provocación». «Os aseguro que nuestra determinación nunca ha sido más fuerte que bajo el liderazgo del presidente Trump, nuestro compromiso con esta histórica alianza con el valiente pueblo de Corea del Sur nunca ha sido más fuerte y, con vuestra ayuda y la ayuda de Dios, la libertad prevalecerá para siempre en esta península», afirmó.

El número dos de la Administración Trump se reunirá hoy con el presidente surcoreano en funciones, Hwang Kyo-ahn, y con el presidente de la Asamblea Nacional (Parlamento), Chung Sye-kyun. Se espera que Pence y Hwang analicen maneras de presionar a Piongyang para que abandone su programa nuclear y de misiles a través de una mayor presión diplomática y también de sanciones aún más contundentes contra el régimen norcoreano.