Las protestas de la oposición arrecian en toda Venezuela

pedro garcía otero CARACAS / CORRESPONSAL

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CHRISTIAN VERON | Reuters

La policía reprime con mayor violencia de la habitual el séptimo intento de llegar a la sede del Defensor del Pueblo, en Caracas

27 abr 2017 . Actualizado a las 07:30 h.

El séptimo intento de la oposición venezolana por llegar a la sede de la Defensoría del Pueblo, en el centro de Caracas, fue reprimido con mayor violencia de la habitual generando decenas de heridos, entre ellos dos periodistas. Otras decenas de manifestaciones se produjeron en todo el país contra el Gobierno de Nicolás Maduro, mientras este, a su vez, recibía una marcha de jóvenes liceístas en Miraflores y acusaba, nuevamente, a sus contrarios, de intentar perpetrar un golpe de Estado con apoyo internacional.

Ayer se informó del asesinato de un nuevo manifestante, en el central estado de Carabobo, a 150 kilómetros de Caracas. El fallecido, identificado como Christian Ochoa, de 22 años, había resultado herido en la manifestación del lunes, de varios tiros, presuntamente disparados por las fuerzas parapoliciales del chavismo. Con su muerte, se eleva a 27 el número de víctimas desde que se iniciaron las protestas en Venezuela, el pasado 4 de abril, en rechazo a una resolución del Tribunal Supremo que elimina las funciones del Parlamento y que fue calificada nacional e internacionalmente como una ruptura del hilo constitucional.

«Nos han lanzado centenares de bombas lacrimógenas», señalaba Euler Ruíz, un manifestante en los alrededores de la autopista caraqueña por la cual los manifestantes, con el presidente de la Asamblea Nacional, Julio Borges, a la cabeza, intentaban llegar al centro de Caracas. En tanto, la dirigente opositora María Corina Machado peleó (y logró que le devolvieran) un teléfono móvil que la Guardia Nacional le había robado.

Tensión en la OEA

Las manifestaciones se producen, además, bajo la amenaza del Gobierno de Maduro de abandonar la OEA, que fue formulada el martes en la noche por la canciller Delcy Rodríguez, quien señaló que no consentirían que se siguieran produciendo encuentros del organismo sin el aval del Estado venezolano. Rodríguez intentó organizar una reunión de la Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe (Celac) para contrarrestar la reunión de embajadores permanentes de la OEA en Washington, pero poco después desistió del intento al no tener el cuórum necesario. En concreto, pretendía obtener apoyo de la región para denunciar «la violencia de la oposición venezolana».

A pesar de que la manifestación chavista era tan pequeña que fue recibida dentro del palacio de Gobierno, aunque en sus espacios abiertos, Maduro afirmó que ayer «más de 200.000 estudiantes reivindicaron el derecho a la paz, al trabajo, al deporte, que solo ofrece la revolución bolivariana». En contraposición, en una de las salidas de la concentración opositora, al sur de la ciudad, la cantidad de gases lacrimógenos contra los manifestantes por parte de la policía fue tan grande que obligó al desalojo de un colegio, en el cual decenas de pequeños resultaron intoxicados.

La pretensión del Gobierno de Maduro de abandonar la OEA fue rechazada por políticos opositores y por juristas venezolanos que señalaron que, incluso si el Estado tomara tal decisión, estaría obligado por dos años a cumplir con las decisiones del organismo. El líder opositor, Henrique Capriles, señaló que Rodríguez «no nos representa a los venezolanos, representa los intereses de Maduro y no los del pueblo. No vamos a permitir que nos aíslen del mundo».

El último Gobierno latinoamericano que amenazó con abandonar la OEA fue el de Perú, a finales del siglo pasado, cuando gobernaba Alberto Fujimori. Al igual que este, el antecesor de Maduro, Hugo Chávez, denunció y abandonó la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en el año 2009.

Un sangriento motín en una prisión deja un mínimo de 12 muertos

Al menos 12 personas han muerto a causa del enfrentamiento entre grupos rivales que se desató la madrugada del martes en la cárcel de Puente Ayala, en la ciudad de Barcelona, en el estado de Anzoategui, informó la Guardia Nacional Bolivariana. Armando Armas, un diputado opositor, indicó sin embargo que el balance de víctimas podría ser mucho mayor. Algunas informaciones, subrayó, hablan de decenas de muertos. El motín comenzó en torno a la 1.00 de la madrugada y concluyó cinco horas después. Según Armas, reclusos trasladados desde un centro penitenciario de Caracas intentaron arrebatar el control a los grupos criminales que la gobiernan. Según «El Universal», una vez frustrado el motín, Los Caraqueños se atrincheraron en una zona de la cárcel tomando como rehenes a familiares de presos rivales que se habían quedado a dormir tras la visita del domingo. La prisión, una de las más violentas de Venezuela, es conocida como el infierno.