Europa habla por los cuatro costados

Laura García del Valle
laura g. del valle REDACCIÓN / LA VOZ

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¿A qué edad se empiezan a estudiar las lenguas extranjeras obligatorias?
O. A.

La CE revela que, salvo en el Reino Unido, los colegios cada vez dedican más tiempo a los idiomas, pero los expertos matizan que hay que reducir los grupos

21 may 2017 . Actualizado a las 09:52 h.

Pedir la cuenta en una cafetería puede ser toda una odisea según el lugar de Europa en el que te encuentres. Y según el tipo de interlocutor, políglota o no, que sea uno. Pero si hoy Alfredo Landa fuera al colegio podría respirar tranquilo, porque en unos años se entendería con las suecas a las mil maravillas. Y es que según los datos revelados por el informe de la Comisión Europea Key Data on Teaching Languages at School in Europe (Datos Claves sobre la Enseñanza de Idiomas en Europa), que acaba de ver la luz, cada vez hay menos barreras lingüísticas entre los jóvenes del Viejo Continente.

En el 2002, con el euro ya como moneda única, el consejo europeo de Barcelona invitó a los estados miembros a tomar medidas para que el pragmatismo y la globalización llegaran de facto con la enseñanza de al menos dos lenguas extranjeras desde edades muy tempranas. Si bien todos los países vieron en esta idea una quimera, lo cierto es que la mayoría se pusieron las pilas, al menos, con el inglés. Así, en el 2014, el 83,8 % de todos los estudiantes de primaria europeos estaban estudiando, como mínimo, esta lengua extranjera, lo que supone un aumento del 16,5 % respecto al 2005. Además, el período escolar en el que es obligatorio el estudio de otras lenguas se ha incrementado en la mayoría de los países y se prolonga ya hasta los doce años en gran parte de ellos.

Más horas, más idiomas -ganan cada vez más alumnos los centros que ofrecen un segundo idioma extranjero, según destaca este informe-, casi siempre, francés y alemán, pero ¿más calidad? Los expertos gallegos tienen sus dudas. La profesora de Sociolingüística de la Facultad de Ciencias de la Educación de la USC Luz Zas explica que el hecho de dedicar más tiempo a los idiomas no siempre revierte en un mayor conocimiento. «Está claro que cuanto antes te inicies en el aprendizaje de otra lengua será más efectivo, pero lo importante es invertir en profesorado y hacer grupos pequeños. Es contradictorio aumentar las horas de estudio de inglés, por ejemplo, si las clases siguen siendo tan numerosas, que es lo que sucede en España», comenta Zas.

Prima la comunicación

Asunción Cortiñas, profesora de inglés en el CPI Plurilingüe Cabo da Area, en Laxe, opina que si las horas son de calidad sí se aprenderá lo necesario para manejarse en un idioma extranjero, pero «aprender una lengua implica interés por parte de quien lo aprende, grupos reducidos para poder practicar activamente la expresión y la comprensión oral. Prima la comunicación, no la gramática».

Y si a pesar de la globalización y de la cantidad de contenidos en otros idiomas que consumen los más jóvenes a través de Internet es difícil la comunicación, los datos de este informe abren el debate de si hay lenguas de primera y lenguas de segunda ya que, como explica Luz Zas, «hace unos años, existía la creencia de que Europa iba a estar más cohesionada si se sabían más idiomas, pero se habla de un plurilingüismo que está totalmente restringido». Y añade el ejemplo de un caso gallego. «En Arteixo hay niños que en casa hablan árabe marroquí, otros francés... Las lenguas no se pueden homogeneizar y, aunque cueste más dinero, a lo mejor a estos niños les interesa más saber árabe o francés que inglés, pero no se invierte en esto».

El informe manifiesta, de esta manera, que en países angloparlantes apenas se muestra interés por que los más pequeños se enriquezcan conociendo otras lenguas. Este es el caso de Gales e Irlanda del Norte, donde tan solo es obligatorio el estudio de un segundo idioma entre los 11 y los 14 años.

Si el español se encuentra entre los idiomas que estudian en Reino Unido en este breve período de tiempo, probablemente no sea el más demandado. Y es que aunque el interés por la lengua de Cervantes se ha hecho más popular en los últimos años, no alcanza todavía al alemán ni al inglés, y solo Malta y Suecia exigen que todas las escuelas ofrezcan la oportunidad de aprenderlo.

Casi 300 centros escolares tienen en Galicia formación plurilingüe

Durante este curso, 282 centros sostenidos con fondos públicos, en los que se incluyen los colegios concertados, ofrecen formación plurilingüe en Galicia. Traducido, quiere decir que son cerca de 100.000 los estudiantes que están recibiendo clases de materias no lingüísticas en un idioma extranjero.

En cuanto a las secciones bilingües, este curso funcionan 43 nuevos centros y hay 13 ciclos de FP que cuentan con estas secciones. El Plan de Potenciación de Linguas Extranxeiras promueve la incorporación de auxiliares de conversación en lengua extranjera, lo que se ha traducido en la contratación de 540 personas, un 11 % más que el curso anterior.

En el resto de los centros públicos la Lomce obliga a que en educación primaria la primera lengua extranjera los alumnos reciban dos horas semanales de clase. En la ESO y Bachillerato, la carga lectiva aumenta a tres horas. En cuanto a la segunda lengua extranjera, los dos primeros cursos de la Secundaria son obligatorias dos horas semanales, y a partir de ahí, se vuelven optativas.

Italianos y turcos, dos ejemplos mediterráneos contrapuestos

Dos arquitectas en Milán. Una coruñesa, Eva Corral, y Elisabetta Fusar, claro, de la capital de la moda. Ambas lo tienen claro: «Aquí los italianos hablan solo italiano». «Ahora los más jóvenes saben más inglés porque les obligan a estudiarlo en el colegio, pero aquí no hay cultura de aprender idiomas porque al no ser un territorio conquistado tampoco se ha hablado nunca otra lengua», explica Fusar y añade Corral: «Eso sí, cuando vas a un organismo público y ven que eres española te intentan decir alguna palabra que les suene, pero porque les hace gracia la lengua. Si salen de Italia es difícil que se pongan a hablar inglés».

También en el Mediterráneo, en Estambul, Manaf Shehabi, estudiante de Ciencias Políticas, explica que en Turquía la gente sabe, sobre todo, «inglés y también alemán. Aunque lo que nos gustaría es saber español y ruso, este último creo que por la relevancia que va a tener este país dentro de unos años».