Vidas atrapadas y héroes: los protagonistas del atentado de Mánchester

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Unos 20 heridos en el ataque permanecen hospitalizados en estado crítico

24 may 2017 . Actualizado a las 23:42 h.

Cerca de 20 personas que resultaron heridas en el atentado terrorista suicida perpetrado el lunes en Mánchester permanecen hospitalizadas en estado crítico con lesiones «altamente traumáticas». El ataque acabó con la vida de 22 personas y dejó más de 50 heridos, muchos de ellos menores de edad, muchos de ellos niños. Estos son los protagonistas de la tragedia: las primeras víctimas mortales, las vidas atrapadas en la masacre y los héroes.

Nell Jones

Hollie Webb colgó el martes en Facebook un mensaje desesperado. Buscaba a su prima, Nell Jones, de 14 años, que había acudido al concierto de Ariana Grande el lunes por la noche en Mánchester y no sabían nada de ella. Y ayer se confirmó que era una de las 22 víctimas del atentado. El director del colegio al que acudía confirmó la fatal noticia. «Nell siempre estaba sonriendo, siempre era positiva», como la describió su tutor, David Wheeler.

Michelle Kiss

La noche de la tragedia, los fotógrafos inmortalizaron a una policía que consolaba a una pequeña tapada con una manta. Era Millie, de 12 años, que buscaba a su madre, Michelle Kiss, con la que había acudido al concierto. Pero Michelle, de 45, es una de las 22 víctimas de la masacre, y ni Millie ni sus dos hermanos Dylan y Elliot volverán a abrazarla. Otra víctima del atentado es una policía de paisano, que acudió al recital con su marido y su hija.

Sorrell Leczkowski

Procedente de Leeds, Sorrell acudió al concierto de su ídolo musical en compañía de su madre y de su abuela. Hasta que un asesino se cruzó en su camino y segó la vida de esta joven de 14 años. Su abuela está en estado crítico y su madre se recupera de las heridas. Su tía Stacey ha iniciado una campaña para captar donativos para que la familia pueda afrontar la que prevé sea una larga estancia en el hospital.

Georgina Callander

Fue la primera víctima confirmada del atentado. La joven era gran fan de Ariana Grande, de hecho la noche antes del concierto subió una foto que se hizo hace un par de años con la cantante. Horas antes de la explosión comentó en las redes sociales: «Muy emocionada de verte mañana». Gina, como la llamaban con cariño, estudiaba Trabajo Social en el Runshaw College. Sus compañeros del centro educativo ya han comenzado a rendirle homenaje y están recibiendo ayuda psicológica. 

Saffie-Rose Roussos

Es la víctima más joven de la lista de fallecidos. Estaba con su madre, Lisa Roussos y su hermana mayor, Ashlee Bromwich, de 20 años, cuando se produjo el ataque. Tanto la madre como la hermana de la pequeña están ingresadas en diferentes hospitales, aunque sus vidas no corren peligro. Según la directora del colegio Tarleton, donde estudiaba la pequeña, «Saffie era una niña preciosa en todos los aspectos de la palabra. Era muy querida por todo el mundo y su calidez y amabilidad serán recordadas con cariño. Saffie era tranquila y modesta con un toque creativo». El Daily Mail señala que los padres de la niña regentan una tienda de pescado en Lancashire, Preston.

John Atkinson

Es otra de las primeras víctimas identificadas del atentado. Amigos y familiares del fallecido, natural de Bury (Radcliffe), lo describieron en las redes sociales como «un joven asombroso» y «un alma hermosa». También han lanzado una petición para recaudar fondos para ayudar a la familia con los gastos económicos del funeral. «Estamos tratando de ayudar a su familia de cualquier manera posible en este momento trágico», dicen en las redes sociales. 

Angelika y Marcin

La hija de este matrimonio polaco, Alex Klis, estudiante de la Universidad de York, ha solicitado a través de Facebook ayuda para localizar a sus padres, que se encontraban en el concierto el lunes por la noche. De hecho, la joven publicó esta imagen, que ellos mismos se hicieron horas antes del ataque, por si alguien pudiera reconocerlos por la ropa que llevaban puesta. El Ministerio de Exteriores de Polonia confirmó a través de Twitter que había polacos entre los desaparecidos y este miércoles, el ministro Witold Waszczykowski, avanzó que hay una mujer y hombre muertos de la misma nacionalidad. Podría tratarse de este matrimonio.

Kelly Brewster

Acudió al espectáculo acompañando a su hermana y a su sobrina. Tal y como confirmó su novio Ian Wislow a través de Facebook, Kelly Brewster, de 32 años, falleció en la explosión. Según ha explicado su tío, protegió a su sobrina del impacto.

Courtney Boyle y Philip

La joven Courtney Boyle, estudiante de Criminología y Psicología en la Universidad de Leeds Beckett, estuvo en el concierto de Ariana Grande con su padrastro, Philip Tron. A lo largo de todo el día de ayer, Deborah Hutchinson, natural de Newcastle, está solicitando información a través de las redes sociales sobre su hija y su pareja, que estaban en el recinto. Para facilitar la búsqueda compartió esta foto en Internet de los dos. 

Martyn Hett

Este joven de 29 años es otro de los asistentes al concierto al que ayer sus familiares y amigos trataban de localizar a través de las redes sociales. Stuart Aspinall, que fue con él al concierto, contó que lo vio por última vez minutos antes de que terminara. «Se fue al bar unos 20 minutos antes del final del concierto y se puso a charlar con algunas chicas. Cuando me iba, la explosión ocurrió y todos empezaron a correr», explicó a la vez que pedía ayuda para encontrarlo. 

Chloe Rutherford y Liam Curry

Los medios locales también publican fotos ayer de esta pareja de novios de South Shields amantes de la música con la esperanza de recabar alguna información sobre ellos. El padre de Chloe, Mark Rutherford, dijo a The Sun: «No sabemos nada. Estamos en la estación de Etihad esperando noticias. Viajé por la noche para llegar hasta aquí. Mi esposa me llamó y me dijo: 'Algo sucedió en Mánchester'». 

Olivia Campbell

La madre de esta joven de 15 años es uno de los rostros más conocidos de la tragedia. Hizo continuos e insistentes llamamientos a través de las redes sociales para encontrar a su hija, desaparecida tras la explosión. No perdió el aliento. Explicó apesadumbrada en varias televisiones que no lograba dar con Olivia, de 15 años, que había acudido al concierto con una amiga.  «No logro contactar con ella. He llamado a hospitales, he llamado a todos los sitios, a los hoteles donde decían que habían resguardado a los niños». «He llamado a la policía. No hay noticias, tengo que esperar». Optó por quedarse en casa a la espera de novedades. La joven no regresó. Fue Charlotte la encargada de hacer público el fatal desenlace de su hija a través de Facebook: «Ve a cantar con los ángeles y sigue sonriendo. Tu madre te quiere mucho».

Alison y Lisa

Alyson y Lisa, de 43 y 44 años respectivamente, dos mujeres de la localidad inglesa de Royton, fueron vistas por última vez en el Arena cuando estaban esperando para recoger a sus hijos, que estaban en el concierto. La hija de Alison, Sasha, pedía ayer ayuda para intentar localizar a su madre. Poco más tarde, su hijastro, Jordan Howe, confirmaba en Facebook su muerte. «Ellos se llevaron a una hermosa mamá. Era asombrosa con todos nosotros», escribió. También ha sido confirmado el fallecimiento de Lisa a través de la misma red social. 

Paula Robinson

Paula Robinson estaba en la estación de trenes Victoria, próxima al Arena, junto con su marido, cuando oyeron la explosión. «Hemos salido corriendo», comentó esta mujer de 40 años, natural de West Dalton, a unos 65 kilómetros de Mánchester.

No se lo pensó dos veces. Cogió a un grupo de adolescentes que en ese momento salían despavoridos del recinto y corrían aterrados sin saber adónde ir. Junto con medio centenar de chicos se refugió en el hotel Holiday Inn Express, en las inmediaciones del lugar, y tuiteó su número de teléfono para que los padres de los jóvenes se pusieran en contacto con ella. «Por favor, que nos escriba cualquier padre con hijos en M.E.N. Hemos llevado a tantos niños como pudimos a Holiday Inn. Los mantendremos a salvo y nos quedaremos con ellos», escribió este ángel caído del cielo.

La solidaridad de la señora Robinson no fue excepcional. La ciudad inglesa se volcó por completo con víctimas y familiares. Los taxistas ofrecieron transporte gratis, la gente llevó comida y donó sangre, y los hoteles cedieron sus habitaciones a los que las necesitaron.

Una agente de policía

Ian Hopkins, jefe del cuerpo policial del área metropolitana de Mánchester, corroboró el fallecimiento de una colega de la policía: «Con mucha tristeza, puedo confirmar que una de las víctimas es una agente policial. Por respeto a los deseos de su familia, no haré más comentarios en estos momentos», dijo. La cadena pública BBC reveló que la agente fallecida se encontraba en el estadio Mánchester Arena, donde se produjo el suceso, junto con su marido, que está en estado crítico, y dos hijos, que resultaron heridos. Eran residentes del condado inglés de Cheshire.

Stephen Jones y Chris Parker

Stephen Jones dormía en una calle adyacente al Manchester Arena cuando la explosión lo despertó. Chris Parker mendigaba en la zona. Ambos se convirtieron en héroes.

«Eran niños, muchos niños llenos de sangre que gritaban y lloraban», explicó el martes a la cadena de televisión ITV, Stephen Jones, un hombre de rostro demacrado. «Tuvimos que retirar los clavos de los brazos, inclusive del rostro de una pequeña», agregó.

A Chris Parker, de 33 años, la fuerza de la explosión lo tiró al suelo. «Después me levanté y, en lugar de huir, mi instinto me empujó a correr e intentar ayudar», dijo al borde de las lágrimas. Cuando llegó, el lugar estaba lleno de gente tirada en el suelo. «Vi una niña pequeña (...) ya no tenía piernas. La envolví con una camiseta y le pregunté: '¿Dónde esta tu mamá y tu papá?'». Su papá estaba en el trabajo y su madre estaba arriba, en la sala.

Contó cómo intentó reconfortar a una mujer, que finalmente murió en sus brazos. «El suelo estaba lleno de pernos y tuercas. Algunas personas tenían agujeros en la espalda», describió. «Son los gritos lo que no consigo olvidar y también el olor (...) No quiero decir esto, pero se sentía el olor de la carne chamuscada».