El accidente mortal de su marido ciclista, clave para cambiar el Código Penal

EFE

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Anna González, una de las protagonistas de la última campaña de la DGT, perdió a su pareja tras ser arrollado por un camión que se dio a la fuga

03 mar 2019 . Actualizado a las 01:40 h.

Anna González, que perdió a su marido en el 2013 tras ser arrollado con su bicicleta y darse a la fuga el conductor, se ha mostrado este martes «satisfecha» y «esperanzada» de que el Congreso inicie este martes el debate para que la ley endurezca los homicidios por imprudencia y reconozca el abandono del lugar del siniestro. González llevó a la Cámara Baja en marzo 200.000 firmas para pedir a los partidos una reforma urgente del Código Penal que comienza su debate parlamentario con la toma en consideración en el pleno de una proposición de ley del PP.

Previo al inicio del debate esta tarde Anna González se ha reunido en el Congreso con el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, el portavoz del grupo parlamentario popular, Rafael Hernando y el diputado del PP Pablo Matos a quienes ha manifestado su satisfacción porque la ley vaya a incluir el delito de omisión del deber de socorro. «Estoy bastante contenta de culminar mi lucha», ha dicho González quien ha pedido que en el plazo de enmiendas se estudie definir las imprudencias leves con el objetivo de que haya una ley «más justa» y de que «ninguna víctima se sienta desprotegida».

La reforma que propone el PP y que previsiblemente contará con el respaldo de la oposición persigue perfeccionar y mejorar la definición de las imprudencias graves y muy graves y aumentar su castigo, de forma que, por ejemplo, se considerará siempre imprudencia grave la que se cometa por exceso de velocidad o consumo de alcohol o drogas.

La proposición también insta a que la muerte de varios ciclistas o peatones pase de estar penada con hasta cuatro años de prisión a nueve y que se introduzca el delito de abandono del lugar del accidente cuando previsiblemente existan víctimas graves o fallecidos. De esta forma se quiere castigar con hasta cuatro años de cárcel «la maldad intrínseca de quien sabe que deja atrás a alguien que pudiera estar lesionado o incluso fallecido».