El PSOE se distancia del PP y dificulta la respuesta al desafío

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

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Pablo CarballoSenén Rouco

El Gobierno no está dispuesto por ahora a tomar en solitario la decisión de poner en marcha el artículo 155

04 oct 2017 . Actualizado a las 07:11 h.

La confianza entre el Gobierno y el PSOE ante el desafío independentista en Cataluña, si es que alguna vez existió, está rota. Y esa quiebra se traduce en una incapacidad del llamado bloque constitucionalista (PP, PSOE y Ciudadanos) para articular una respuesta rápida, unitaria y consensuada a la crisis de Estado. Aunque en público se mantienen las formas, el cambio de actitud del líder socialista, Pedro Sánchez, que ha pasado de apoyar las medidas tomadas por el Gobierno a cuestionar el despliegue de policías y guardias civiles en Cataluña y reprobar las cargas contra los manifestantes, genera desconfianza en el Ejecutivo. La decisión de Sánchez de anunciar, en pleno jornada de disturbios en Cataluña y solo 24 horas después de reunirse con Rajoy en la Moncloa, una moción para que el Congreso repruebe a la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, por esos hechos no ha hecho sino aumentar ese recelo.

Aunque no lo descarta en absoluto, y a pesar de que el PP tiene mayoría suficiente en el Senado para hacerlo sin otros votos que los suyos, el Gobierno no está dispuesto por ahora a tomar en solitario la decisión de poner en marcha el artículo 155 de la Constitución, que le permitiría asumir el control político de la autonomía en Cataluña, incluido el orden público. Y el PSOE sigue sin comprometerse a respaldar al Ejecutivo en caso de que acabara tomando esa decisión. «Hay otras alternativas a aplicar el artículo 155», señaló ayer el secretario de organización del PSOE, José Luis Ábalos, que apostó por un diálogo con la Generalitat para «negociar sobre lo negociable», pero sin aclarar a qué se refería.

El 155, no sin el apoyo del PSOE

Ese tipo de ambigüedad genera malestar en el PP. «¿Negociaciones para qué?», se preguntó el portavoz del PP, Rafael Hernando, que advirtió que «lo que no puede ser es que les llegue al conjunto de los ciudadanos españoles que lo que se va a hacer es pastelear una solución». El PP es consciente de que no tiene el apoyo firme del PSOE y Rajoy prefiere esperar a comprobar si se declara o no la independencia unilateral. Por ello, Hernando enfrió ayer la posibilidad de una respuesta fulminante. «Sé que hay gente que cree que el 155 es el bálsamo de Fierabrás y que va a resolver todos los problemas», ironizó, pero, a su juicio, «el 155 tiene que contar con el mayor de los apoyos posibles, porque no sabemos si eso va a resolver los problemas, y si solo lo respalda una fuerza política en la Cámara alta es difícil que tenga el apoyo de la mayoría de los catalanes».

Pero, lejos de comprometerse por adelantado, lo que pretende el PSOE es que el Gobierno cargue en solitario con la responsabilidad de las decisiones que haya que tomar «buscando el instrumento más eficaz y menos traumático posible». El más firme impulsor de que el Gobierno aplique esa medida es Ciudadanos. Pero el problema es que no tiene un solo escaño en el Senado, con lo que la necesaria votación podría dejar al PP como única fuerza que apoya una medida tan drástica como suspender de facto la autonomía en Cataluña, aunque sea solo durante un tiempo limitado.

Ni siquiera la decisión de Mariano Rajoy de comparecer la próxima semana en el Congreso, aún sin fecha, genera consenso. El partido socialista considera que tiene que comparecer de inmediato y Ciudadanos que debería hacerlo «cuanto antes», aunque da mayor margen al presidente.