Aguas de Barcelona, Fundación La Caixa y Criteria se suman al éxodo empresarial

Ana Balseiro
Ana Balseiro MADRID

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Fuco Rei

De capital galo, Agbar, que se va a Madrid, suministra a un cuarto de la población gallega

08 oct 2017 . Actualizado a las 00:21 h.

Hay tres instituciones en Cataluña: la Generalitat, el Barça y La Caixa. La segunda mantiene prietas las filas con las tesis del Gobierno catalán, pero el histórico poder financiero catalán consumó ayer un sonoro portazo en la cara del secesionismo, al trasladar las sedes sociales de todas sus estructuras fuera de la comunidad. CaixaBank cambia Barcelona por Valencia, mientras que Criteria -es el holding industrial- y la Fundación La Caixa, que financia la obra social (la mayor de España) con los dividendos de CaixaBank y Criteria, se han domiciliado en Palma de Mallorca.

El traslado, aunque simbólico, es un importante revés para la causa independentista, al que también se sumó ayer otro referente de la Ciudad Condal: Aguas de Barcelona. En una suerte de puntilla paradójica, Agbar se traslada a Madrid. Las redes sociales no tardaron en sacarle punta a tan sorprendente elección y en equipararla a una hipotética llamada del presidente del Barça al del Atlético de Madrid, interesándose por mudarse al Calderón. 

Viaqua opera en 52 concellos

Agbar es especialmente relevante para Galicia, ya que la empresa, de capital francés -el grupo Suez controla el 100 % de su capital tras comprarle en el 2009 su participación a La Caixa-, es propietaria de Viaqua, compañía concesionaria del servicio de aguas de 52 concellos de la comunidad. Así, en la práctica, Aguas de Barcelona suministra a unas 750.000 personas, es decir, a un cuarto de la población gallega.

En un comunicado, Agbar explicó ayer la decisión de su consejo de administración por «la situación política de Cataluña», con el objetivo de «preservar la seguridad jurídica de los inversores», dos argumentos que repiten cada una de las empresas que en los últimos días han decidido abandonar la comunidad.

La empresa insiste en que el cambio de domicilio social «no supone, en ningún caso, afectación alguna del servicio que las diferentes operadoras prestan en todo el territorio catalán», además de señalar que es «temporal». 

Traslado «temporal»

También el cambio de sede social a Palma, concretamente al número 3 de la plaza Weyler, aprobado ayer para la Fundación La Caixa y Criteria será temporal, ya que, según el hecho relevante remitido a la CNMV, se mantendrá «en tanto» persista «la actual situación en Cataluña». Una vez más, la decisión pretende «mantener los intereses y la operativa normal de la entidad». 

Los motivos de la desbandada

La desbandada de empresas catalanas de los últimos tres días responde a varios factores. Uno de ellos es el temor a la penalización de la clientela, tanto por miedo a las consecuencias de una declaración traumática de la independencia (especialmente relevante en el caso de los bancos, que temen nacionalizaciones o corralito) como por el boicot a sus productos desde el resto del país (un ejemplo son los ya sufridos en varias ocasiones por el cave catalán).

Otro motivo para salir de la comunidad es el miedo a la penalización de los inversores, no en vano CaixaBank y Sabadell sufrieron un duro castigo en Bolsa a principios de esta semana, por la incertidumbre.

La última razón es más simbólica pero no por ello menos importante, ya que consiste en una clara presión a la política del Gobierno catalán por parte del tejido empresarial catalán, que deslocalizándose administrativa y fiscalmente traslada el mensaje de que la vía de la independencia unilateral solo les perjudicará.

El turismo, el primer sector en notar los efectos de la escalada soberanista

No solo las empresas temen a la inestabilidad que se vive en Cataluña en estos momentos. También lo hacen quienes habían elegido la comunidad, con Barcelona como epicentro, para sus vacaciones o sus eventos de trabajo. Y es que así lo confirma el sector hotelero catalán: las reservas están cayendo y las cancelaciones de las que ya estaban hechas no dejan de aumentar.

La secretaria de Estado de Turismo, Matilde Asían, reconoció el viernes que los efectos de la escalada independentista sobre el turismo «son una realidad». Se remitió a las declaraciones del ministro de Turismo, Álvaro Nadal, quien aseguró que el crecimiento del turismo en Cataluña se ha ralentizado desde los atentados del pasado verano y desde el referendo ilegal de hace una semana, del 10 al 2 %. 

La Generalitat lo niega

La patronal de hoteles de Barcelona, por ejemplo, también ha reconocido que se han ralentizado las reservas para las próximas semanas, algo que preocupa, mientras que cadenas hoteleras también han detectado dicha caída de la demanda y el incremento de las anulaciones. Ello concuerda con los mensajes de algunas aerolíneas americanas en los últimos días, que recomendaron no viajar a Cataluña e incluso ofrecieron cambios para los billetes ya comprados. Sin embargo, el director general de Turismo de la Generalitat, Octavi Bono, negó que tal «inquietud» se haya notado en las doce oficinas que tienen en el extranjero y descartó afectación alguna en la demanda turística a consecuencia de la tensión desatada en la comunidad tras el 1-O.