El chip más potente de la historia

Javier Armesto Andrés
Javier Armesto REDACCIÓN

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Bienvenidos a la era de los procesadores inteligentes, chips con una potencia sin precedentes y que tienen capacidad de «machine learning»: aprendizaje automático. El iPhone X lo lleva en su interior, pero no es el único.

02 jul 2018 . Actualizado a las 20:57 h.

La tecnología de desarrollo de procesadores ha dado un salto de gigante con la última generación de smartphones. El nuevo iPhone X incorpora el chip A11 Bionic, que la compañía de la manzana declara como «el más inteligente y con más potencia» jamás incluido en un teléfono móvil. ¿Cuáles son sus poderes?

El A11 tiene 4.300 millones de transistores y seis núcleos: cuatro de ellos de eficiencia, hasta un 70% más rápidos que la generación anterior, y dos de rendimiento, un 20% más veloces. El teléfono reparte las tareas entre esos cores o núcleos dependiendo de las necesidades. Puede emplear solo algunos, si se trata de ejecutar funciones que se utilizan a menudo, como enviar mensajes o navegar por Internet, o activar los seis al mismo tiempo si el comportamiento del usuario exige muchos requerimientos de potencia: juegos, apps de realidad aumentada, varias aplicaciones al mismo tiempo...

Según Apple, el procesador incluye un motor neuronal, un componente del hardware diseñado para el aprendizaje automático. El móvil se convierte un ordenador dotado de inteligencia artificial y que aprende por observación. Puede hacer cálculos ultrarrápidos y, por ejemplo, reconocer personas, lugares y objetos a una velocidad de 600.000 millones de operaciones por segundo.

Esta tecnología es la que se emplea en nuevas funciones del iPhone X, como Face ID y Animoji. La primera permite desbloquear el teléfono identificando el rostro de su usuario, que previamente ha sido mapeado mediante un sofisticado sistema que incluye un proyector de puntos (hasta 30.000 repartidos por toda la cara), una cámara de infrarrojos y una luz IR que ilumina las zonas más ocultas. Face ID captura la imagen de la persona y envía los datos al Secure Enclave del chip A11 Bionic, donde ese mapa facial ?que no puede ser suplantado mediante un fotografía y que reconoce a la persona incluso aunque cambie de aspecto, se deje barba o lleve gafas o un sombrero? está protegido.

En los animojis, la cámara frontal, con ayuda del procesador neuronal, captura y analiza más de 50 movimientos musculares para reflejar las expresiones del usuario en alguno de los doce caracteres disponibles.

El A11 es también el responsable de que la GPU (la unidad de procesamiento gráfico) sea tres veces más rápida y permite un mayor realismo y fluidez en las apps de Realidad Aumentada.

Kirin 970: Inteligencia Artificial

Al contemplar el futuro de los smartphones, vemos que nos encontramos en el origen de una nueva y emocionante era». Así se pronunció Richard Yu, consejero delegado de Huawei Consumer Business Group, en la pasada feria IFA de Berlín. Allí se presentó el Kirin 970, primero en una nueva serie de avances que, según Yu, «se traducirán en funciones de AI [Inteligencia Artificial, por sus siglas en inglés] para nuestros dispositivos».

El Kirin 970 está impulsado por una CPU de 8 núcleos y una GPU de nueva generación de 12 núcleos. Fabricado con un proceso en litografía de 10 nanómetros, condensa 5,5 millones de transistores en una superficie de apenas 1 centímetro cuadrado. Cuenta con una unidad de procesamiento neuronal y, en comparación con un chip tradicional de cuatro núcleos Cortex-A73, ofrece 25 veces más rendimiento, con una eficiencia 50 veces superior. En resumen, puede realizar las mismas tareas de AI en menos tiempo y consumiendo menos energía.

En una aplicación de pruebas de rendimiento en tareas de reconocimiento de imagen, el Kirin 970 fue capaz de procesar 2.000 imágenes por minuto, superando a cualquier otro procesador del mercado.

Tras años en desarrollo, la Inteligencia Artificial en la nube está siendo utilizada para diferentes aplicaciones. Sin embargo, la experiencia de uso aún tiene mucho que mejorar en aspectos como la latencia, la estabilidad y la privacidad. La AI en el dispositivo puede ofrecer potentes capacidades sensoriales, que resultan básicas para que el dispositivo pueda comprender y ayudar al usuario. Los sensores generan grandes volúmenes de datos en tiempo real, específicos para cada situación y altamente personalizados. Gracias a la gran potencia de procesamiento de los chips, los dispositivos serán más conscientes de las necesidades de los usuarios, lo que los hará capaces de ofrecer servicios realmente personalizados y accesibles en todo momento.

Para hacer posibles nuevos avances en materia de Inteligencia Artificial es necesario un esfuerzo conjunto, implicando a miles de desarrolladores y aprendiendo de las experiencias e impresiones de millones de usuarios. Huawei está posicionando su Kirin 970 como una plataforma abierta para AI móvil, abriendo el chip a desarrolladores y socios que descubran nuevas e innovadoras aplicaciones.