El cohete más grande abre la era de la conquista de la Luna a bajo coste

Raúl Romar García
r. romar REDACCIÓN / LA VOZ

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SPACE X

Space X lanzó el primer vuelo de prueba del gigantesco Falcon Heavy

07 jun 2019 . Actualizado a las 19:50 h.

No fue un lanzamiento más. Fue un despegue para la historia. Y lo hizo con todos los honores. El Falcon Heavy, un imponente cohete de 98 metros de altura y con la mayor capacidad de carga de los que existen en la actualidad, puso rumbo a la órbita de Marte desde la plataforma de lanzamiento 39A del Centro Especial Kennedy (Florida), la misma desde la que hace cincuenta años partieron las misiones Apolo con rumbo a la Luna. La gigantesca estructura diseñada por la empresa Space X, fundada por el visionario Elon Musk, es, de hecho, la heredera del Saturno IV, el mítico cohete que posibilitó en la década de los sesenta y setenta que el hombre pudiera pisar nuestro satélite.

El de ayer fue un vuelo de prueba, pero en realidad es el comienzo de una nueva aventura de colonización del espacio con el objetivo de poder llegar de nuevo a la Luna y quizás a Marte. En esta odisea, sin embargo, ya nada será igual. Al trabajo de las agencias espaciales como la NASA hay que sumar ahora otro importante actor: la industria privada, de la que Space X es, por ahora, su mejor exponente, aunque ni mucho menos el único. El nuevo lanzador de Elon Musk es el más potente, ya que puede poner en órbita baja, donde se encuentra la Estación Espacial Internacional, hasta 63,8 toneladas de carga, mientras que en Marte puede situar hasta 16,8. Pero si esta circunstancia es ya de por sí muy relevante, tanto o más lo es el hecho de que cada lanzamiento se puede realizar por 90 millones de dólares, más de tres veces menos que con un cohete convencional. Tiene menos capacidad de carga que el gigantesco y ya extinto Saturno IV, pero la diferencia sustancial es que cada misión de esta mole, si se actualizaran los precios, supondría un gasto de 1.160 millones de euros.

La clave para abaratar los viajes es la reutilización de los tres aceleradores de la nave, que pueden aterrizar de nuevo en tierra, o en una plataforma marina, con lo que se pueden aprovechar para nuevas misiones. Es una tecnología que Space X ya probó en numerosas ocasiones en su modelo Falcon 9 y que ahora ha reproducido en el Heavy.

El destino será la órbita de Marte, una misión en la que se utilizará como simulador de masas el coche del propio Elon Musk, un Tesla Roadster, que llevará su equipo de música encendido para que en los altavoces suene Space Oddity de David Bowie. «Me encanta la idea de que un automóvil se mueva aparentemente sin fin a través del espacio y que, tal vez, sea descubierto por una raza alienígena millones de años después», llegó a comentar el fundador de Space X.

Que el de ayer no fue un simple despegue lo pusieron de manifiesto las miles de personas que se acercaron a Cabo Cañaveral para presenciar el lanzamiento en directo. Tuvieron que esperar más de hora y media sobre la hora prevista debido a los dos aplazamientos que se decidieron a causa del fuerte viento en la zona. Pero la demora les dio igual. «El Falcon Heavy es un lanzamiento histórico. No me lo podía perder. Como ser humano presenciar algo así, con estas vistas y oír el ruido, es muy emocionante», declaró a Efe Michael Tapes, una de las 2.000 personas que compraron el paquete más exclusivo para seguir el vuelo en un lugar privilegiado. Muchas otras lo presenciaron gratis desde las playas cercanas.

El Falcon Heavy no solo supone el inicio de una nueva carrera espacial a la Luna y Marte, sino también la entrada del turismo espacial al satélite terrestre. Dos personas han reservado ya billete para hacerse con una plaza.

HANDOUT | Reuters

Los hitos de un visionario espacial

El lanzamiento del cohete más poderoso del mundo no es el único hito espacial en el que ha estado involucrado el fundador y presidente de SpaceX, el millonario Elon Musk, responsable también de la compañía Tesla. Estas son algunas de sus gestas

Cohetes reutilizables

Para reducir los costos de los vuelos espaciales, Musk se concentró en construir cohetes reutilizables como lo son los aviones comerciales, en lugar de desechar los millonarios componentes después de cada lanzamiento. Después de unos primeros accidentes y desventuras, SpaceX perfeccionó la técnica para encender los motores de los propulsores, maniobrar las aletas de las rejillas y aterrizar cuidadosamente la primera fase (la más larga) de los cohetes en tierra y en plataformas marinas.

Colonizar Marte

Musk quiere que los humanos sean una «especie interplanetaria», estableciendo una colonia de personas en Marte. Su objetivo es llevar un millón de personas a lo largo de este siglo.

BFR

Es el código del cohete que transportará a personas a Marte. Musk ha dicho, en broma o no, que las siglas significan Big Fucking Rocket (Jodido gran cohete). El objetivo es tener un único cohete propulsor y nave espacial que reemplace tres proyectos emblemáticos de SpaceX: el Falcon 9 que propulsa a la cápsula Dragon para abastecer a la Estación Espacial Internacional, la propia cápsula y el Falcon Heavy. El BFR mediría 106 metros de alto.

Cohetes en la Tierra

¿Viajar de Nueva York a Shanghái en solo 39 minutos? Esa es la visión de Musk de los viajes en cohete en la Tierra.