Rusia frena en la ONU una tregua para parar la masacre de Guta

Rosa Paíno
ROSA Paíno REDACCIÓN / LA VOZ

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BASSAM KHABIEH | reuters

El régimen sirio se cobró este jueves la vida de 403 civiles, 94 de ellos menores

23 feb 2018 . Actualizado a las 07:14 h.

Por quinto día el régimen sirio prosiguió en Guta Oriental la estrategia que tan buenos resultados le ha dado: bombardear sin piedad por tierra y aire una región asediada hasta que los opositores no tengan otra opción que rendirse. Una estrategia que se cobró hasta ayer la vida de 403 civiles, 94 de ellos menores. «No hay palabras para describir el alcance del sufrimiento humano y la desesperación», escribió en Twitter Roberto Mardini, director en Oriente Medio de la Cruz Roja Internacional . «Un infierno en la tierra», denunció el secretario general de la ONU, António Guterres, al exigir una tregua.

Ese era el objetivo ayer del Consejo de Seguridad de la ONU. Aprobar una resolución, impulsada por Kuwait y Suecia, para decretar un alto el fuego de 30 días. Una iniciativa que un aliado inquebrantable de Bachar al Asad, Rusia, echó por tierra. El embajador ruso ante las Naciones Unidas, Vasili Nebenzia, anunció que vetaría la resolución, al no incluirse sus propuestas de modificación. Moscú ha vetado todas resoluciones contra Siria, excepto una que él mismo patrocinó.

Antes de la votación, el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, se mostraba dispuesto a respaldar el texto siempre y cuando este no incluyera a Estado Islámico y el antiguo Frente al Nusra (exfilial de Al Qaida). Los obuses y cohetes disparados por los yihadistas desde Guta dejaron 16 muertos en Damasco, según los medios de comunicación estatales y el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).

Lavrov aseguró que «hace unos días» se propuso a los combatientes de Guta evacuar el sector pero que habían «rechazado categóricamente la propuesta». No solo activistas del enclave rebelde, sino también medios cercanos a Damasco aseguran que los aviones rusos participan en los bombardeos. El Kremlin lo niega.

Desesperación de los médicos

«El régimen pretende atacar grupos armados pero en realidad solo apunta contra los civiles», declaró a AFP Ahmed Abdelghani, un médico que trabaja en los hospitales de Hamuriyé y Arbin, ambos bombardeados. Nueve centros médicos, entre ellos dos hospitales, han quedado fuera de servicio desde el domingo. Con continuos ataques y con los suministros médicos agotados después de un asedio de cuatro años, los médicos no pueden más. «Los hospitales están llenos de manchas de sangre. Estamos haciendo todo lo posible para ayudar, pero la situación es insoportable», dijo el doctor Malik al portal de noticias Middle East Eye. «No tenemos suficientes ambulancias para transportar a los heridos, por lo que muchas personas mueren antes de llegar», añadió.