Al Asad ignora la tregua y lanza una ofensiva terrestre sobre Guta

Rosa Paíno
Rosa Paíno REDACCIÓN / LA VOZ

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BASSAM KHABIEH | Reuters

Macron y Merkel instan a Putin a cumplir la tregua pactada en el Consejo de la ONU

26 feb 2018 . Actualizado a las 08:04 h.

Lejos de aminorar, la guerra se intensificó este domingo en Guta Oriental, ignorando la aprobación en el Consejo de Seguridad de la ONU de un alto el fuego de 30 días en toda Siria, aunque sin fecha de entrada en vigor para salvar el veto de Rusia. La aviación de Bachar al Asad y su aliado ruso continuaron bombardeando el enclave sitiado por octavo día, en medio de lo que parece ser el inicio de la ofensiva terrestre.

La cadena Al Yazira da cuenta de combates entre tropas progubernamentales y combatientes opositores en varios frentes. «El Gobierno [sirio] tiene el firme objetivo de entrar en Guta», según el corresponsal de la cadena catarí. Algún medio árabe cercano a Damasco informa incluso del despliegue de unidades de élite y tanques para facilitar la «liberación» de Guta. Los peores enfrentamientos se produjeron en el sur del enclave, con trece bajas en el bando de Al Asad y seis entre los islamistas de Jaish al Islam, el principal grupo rebelde del enclave junto con Tahrir al Sham, el nombre adoptado por el Frente al Nusra (exfilial Al Qaida). Damasco considera que Turquía es el principal apoyo de estos grupos.

Angela Merkel y Emmanuel Macron volvieron a coger el teléfono para convencer a Vladimir Putin para cumplir la tregua y hacerla cumplir a su aliado sirio. El presidente ruso insistió en que tiene un plan para evacuar a los civiles y entregar ayuda humanitaria a la población, y dejó claro que la resolución de la ONU excluye a los grupos terroristas, una justificación para que el régimen de Bachar al Asad siga bombardeando Guta Oriental con el objetivo de acabar con el único bastión rebelde que resiste.

También Irán, el otro gran aliado del poder de Damasco, dio por hecho que la ofensiva contra grupos «terroristas» va a continuar.

Con la batalla concentrada en el sur de Guta, hubo una rebaja en la intensidad de los bombardeos sobre las ciudades. Este domingo, ocho civiles perdieron la vida, con lo que el balance total desde el comienzo de la operación ascendía a 529 civiles muertos, 130 de los cuales eran niños.

Tampoco Turquía tiene la más mínima intención de imponer una tregua que frene su ofensiva sobre el enclave kurdo de Afrin. Así lo dejó claro el viceprimer ministro Bekir Bozdag, poco antes de conocerse que Salih Muslim, exlíder del brazo político de la milicia kurda YPG contra la que lucha Turquía en Siria, fue arrestado en Praga en aplicación de una orden internacional tramitada por Ankara en el 2016.