Bannon asegura que Facebook vende datos en todo el mundo

Rita Álvarez Tudela LONDRES / CORRESPONSAL

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DON EMMERT | AFP

El visionario de la tecnología Elon Musk se suma al boicot a la plataforma y borra su cuenta personal y las de sus compañías

24 mar 2018 . Actualizado a las 09:37 h.

El hombre que fabricó la victoria electoral de Donald Trump, Steve Bannon, denunció ayer en relación con el escándalo que agrieta la imagen de Facebook que los datos de la red social «están a la venta en todo el mundo». El también miembro de la dirección de Cambridge Analytica (CA), la empresa que obtuvo de forma fraudulenta los datos de 50 millones de usuarios para luego utilizarlos en la campaña del republicano, reconoció que ayudó a poner en marcha la compañía pero dijo no recordar haber intervenido en un plan con tal fin.

En su primera aparición pública desde que se tuvo conocimiento de la masiva filtración, Bannon culpó de cualquier «truco sucio» que se hubiera producido a la matriz de CA, SCL, de la que dijo que está formada por «viejos etonianos y muchachos de Oxford y Cambridge». En su opinión, los datos que obtiene Facebook de sus usuarios «se compran y venden todos los días. Es solo un mercado». «Los datos están ahí, Facebook los consigue gratis y los monetiza con amplios márgenes».

Antiguos empleados de CA ampliaron ayer el conocimiento que se tenía de esta compañía al difundir un documento de 27 páginas en el que explican cómo actuaron en la campaña de Trump, enviando a los votantes hasta 10.000 mensajes personalizados gracias a los datos recabados de la red social. El documento fue presentado a los empleados de CA en Londres, Nueva York y Washington DC semanas después de la victoria de Trump porque, según Brittany Kaiser, directora de desarrollo comercial de la firma hasta hace dos semanas, «había una gran demanda por saber cómo lo habíamos hecho». Kaiser también reveló que trabajó para Leave.EU, uno de los principales grupos de la campaña a favor del brexit. Su tarea llevó varias semanas y contó con el respaldo económico de Arron Banks, un donante del euroescéptico UKIP, que lideraba en aquel momento Nigel Farage.

Frente judicial

La polémica empieza a judicializarse. Un juez británica autorizó ayer al regulador encargado de la protección de datos privados el registro de las oficinas de Cambridge Analytica. La red social se enfrenta al menos a cuatro demandas colectivas de usuarios y accionistas en EE.UU., todas ellas interpuestas en tribunales federales de California. Entre ellas destaca una que pretende amparar los derechos vulnerados de los 50 millones de usuarios de Facebook cuya información obtuvo CA. Otra, presentada por accionistas, pide que se les devuelva la posición en bolsa previa a la polémica, así una orden judicial para que Facebook mejore sus procesos internos.

Además, el fundador de Tesla y SpaceX, Elon Musk, se incorporó al boicot a la plataforma que reclamó esta semana el cofundador de WhatsApp, Brian Acton. Después de bromear en Twitter preguntándose «¿qué es Facebook?», como si no lo supiera, borró su cuenta personal y las de sus compañías. La decisión no es importante por el número de seguidores de las firmas, sino por su dimensión cualitativa. Musk es junto con Zuckerberg un visionario tecnológico.

La red social ocultó que mantuvo una relación estrecha con Kogan

Facebook ha debido percibir que las explicaciones tardías ofrecidas por su máximo dirigente, Mark Zuckerberg, no han reparado la vía de agua a su credibilidad causada por la filtración masiva de datos a la campaña de Trump, por lo que está moviendo en los medios a la responsable de operaciones, Sheryl Sandberg. La considerada número dos de la plataforma reconoció ayer que tendrían que haber respondido antes a la crisis desatada por la conducta de Cambridge Analytica. «A veces, y desde luego la semana pasada, diría que hablamos demasiado despacio», reconoció en la CNBC.

Pese a ello, las dudas sobre la sinceridad de la red social se amplían con el paso de los días. Una información en The Washington Post revela que la compañía tenía una relación más estrecha de lo que admitió con el académico ruso de Cambridge que elaboró los cuestionarios para segmentar a los electores republicanos, Aleksandr Kogan. El periódico asegura que, al mismo tiempo que trabajaba para Cambridge Analytic, Facebook le proporcionó una masiva cantidad de datos para otra investigación, financiada esta vez por las universidades de Cambridge y de San Peterburgo, en la que, junto a otros expertos, trataba de determinar la correspondencia entre la clase social de los usuarios y la facilidad que tienen para establecer «amigos» en otros países.

Esta investigación, en la que participaron analistas de Facebook y en cuya metodología se observan semejanzas con la que sirvió de base para la campaña de Trump, no fue admitida sin embargo por la plataforma cuando responsabilizó a Kogan del desvío de datos.

Con la revelación de The Washington Post crece un movimiento en los medios norteamericanos favorable a la partición de Facebook tras haber alcanzado un carácter dominante prácticamente monopolístico. La última publicación en sumarse ha sido la tecnológica Wired. «No es el héroe que mucha gente veía en él. Su reputación y su imagen se han visto fuertemente afectadas», dice de Zuckergerg. «Si Facebook fuera una empresa tradicional ya habría sido dividida».

Busca despiadada del beneficio

La «biblia» del capitalismo mundial asesta un golpe a la reputación de la red social, de la que dice que «mezcla una busca despiadada del beneficio con una creencia narcisista y panglosiana en su propia virtud». En un artículo titulado Caída épica, The Economist sostiene que la filtración de datos revela una pauta establecida de descuido hacia la privacidad y de tolerancia con la falta de rigor por parte de Facebook. La revista asegura que la compañía engañó repetidamente a los anunciantes sobre sus estadísticas y reclama regulaciones a las autoridades.