Bahía de Algeciras, territorio narco

Mercedes Lodeiro REDACCIÓN / LA VOZ

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RAFAEL DIAZ | EFE

Denuncian que la zona ha quedado bajo el control de violentas mafias de traficantes de drogas por la pérdida de autoridad de las fuerzas de seguridad

01 abr 2018 . Actualizado a las 09:15 h.

Las fuerzas de seguridad han perdido la autoridad en el Campo de Gibraltar, comarca gaditana que abarca desde La Línea de la Concepción hasta Tarifa pasando por Algeciras y San Roque, frente a los narcotraficantes. Así de tajante, al tiempo que consternado, se expresa un portavoz sindical de la Policía Nacional en Cádiz. Y es que el asalto el pasado 6 de febrero al Hospital de La Línea de la Concepción por 20 encapuchados para llevarse a un narco que estaba herido y la avalancha, el pasado día 25, de unas 200 personas que impidieron a la policía detener a otro narcotraficante en el barrio de San Bernardo han sido los dos episodios que han hecho saltar todas las alertas. Esos y la muerte el año pasado de un policía local mientras perseguía a sospechosos de transportar tabaco de contrabando desde Gibraltar en su motocicleta.

Las alarmas suenan fuerte, pero las reuniones de autoridades y políticos al máximo nivel y los anuncios de medidas para combatir a la treintena de redes de narcotráfico que se calcula operan en La Línea de La Concepción todavía no están en marcha. La situación estratégica del Campo de Gibraltar para las mafias, autóctonas y foráneas, lo han convertido en la puerta más importante de la droga en Europa, en especial del hachís procedente de Marruecos. «Las mafias han visto debilidad y se han hecho fuertes aquí», resume un agente.

El Sindicato Unificado de Policía (SUP) y la Asociación Unificada de Guardias Civiles llevan tiempo advirtiendo que la problemática actual es que las mafias han cambiado su metodología y ahora son más violentas y que necesitan más medios para combatirlas. «Antes, cuando había un desembarco de hachís y llegaban las fuerzas de seguridad, ellos huían y tiraban la droga. Ahora nos apedrean a nosotros, a los coches y a los helicópteros. Llevan un coche satélite delante y, si se encuentran con un vehículo policial, no huyen, lo embisten para seguir con el cargamento», narra un agente de la zona.

José Pavón, secretario de organización del comité provincial del SUP en Cádiz, aduce que cuando las mafias proliferan en la comarca es que «hay mercado y ven que pueden realizar sus actos debido a la poca respuesta de la Administración». Los agentes se quejan de la falta de medios en la zona, y lamentan que los refuerzos que se han enviado en alguna ocasión son temporales y puntuales. «Eso no es una medida eficaz», sostiene.

«Esto se ha ido de las manos»

«En el Campo se necesitan medidas de choque y restablecer el principio de autoridad y el orden, que se han perdido; pero también medidas de empleo y educación», defiende Pavón. Aunque lo primero, insiste, es restablecer el orden. Los comportamientos de las mafias y la pérdida de autoridad de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado «están provocando un sentimiento de impunidad, de que los narcos pueden hacer lo que les dé la gana porque la policía y la Guardia Civil no damos abasto», apunta. Recuerda la muerte de un policía local en una persecución, e intuye que «van a seguir ocurriendo desgracias».

«No son hechos puntuales, como dice el Ministerio del Interior. Esto se ha ido de las manos ya, rajan ruedas al coche de un fiscal, atacan con piedras a un guardia civil cuando lleva a su hijo al colegio...», advierte. «En el Campo de Gibraltar lo que hay es impunidad, sobre todo en ciertos lugares como La Atunara y la barriada de San Fernando en La Línea, y en el Saladillo y Piñera en Algeciras», concreta Francisco Mena, de la Plataforma por Tu Seguridad, por la de Todos. Y recuerda cómo el pasado 28 de febrero fue detenido en Algeciras Sito Miñanco

«Estamos bajo mínimos»

Los expertos alertan de que las nuevas generaciones de narcos son más violentas y han entrado directamente al hachís porque deja más dinero. «Llevamos advirtiéndolo desde hace seis o siete años», revela un agente ligado también a la plataforma que dirige Mena, «porque es un problema que afecta a toda la sociedad, no solo a la policía». Por eso, defiende, la intervención ha de ser global en todo el Campo de Gibraltar.

La situación es tal, explican, que si en Cádiz se ejerce presión policial fuerte, las mafias se van hacia Conil y Barbate, o hacia Manilva (Málaga). «En La Línea, sobre todo, la presión no la podemos ejercer porque estamos bajo mínimos», reconocen. De un catálogo de hace 15 años de 280 agentes faltan unos 80 y el catálogo no se ha adaptado a la realidad; y en algunas comisarías ni siquiera hay unidad de blanqueo de capitales. «Esto se está convirtiendo en un narcoestado o narcobienestar», admite resignado otro agente.

Un chaval, mil euros por descarga, y el lanchero, 60.000

El incremento del narcotráfico en la bahía de Algeciras preocupa en especial a los lugareños, pues los que viven de él no dejan de ser una minoría, y la gente sabe que esta lacra «va a truncar la fama de la comarca», advierte Francisco Mena, responsable de la coordinadora Alternativas, quien explica que «la imagen que están proyectando los medios de comunicación perjudica a la zona». Y la voz comienza a correr entre distintos colectivos de funcionarios. Los médicos y maestros, por ejemplo, pero también los funcionarios de Justicia y de las fuerzas de seguridad, evitan esos destinos, por el índice de peligrosidad y la carga de trabajo. Frente a ellos, las cifras del dinero fácil son para echarse las manos a la cabeza. «Aquí un chaval cobra mil euros por una descarga una noche, y un lanchero puede ganar 60.000. Un día puede haber 10 o 15 planeadoras en el Campo de Gibraltar», detalla un portavoz policial.

Desde el SUP aseguran que faltan en la comarca unos 300 agentes y entre 300 y 400 guardias civiles, tachan de «irrisoria» la reposición anunciada por el Gobierno (5 en La Línea y 10 en Algeciras), y reclaman que se declare «zona de especial singularidad» por los índices de delincuencia y peligrosidad.

«Aquí hablamos de galleguización del Estrecho»

El presidente de la federación de asociaciones contra la droga en el Campo de Gibraltar, Francisco Mena, lleva 30 años vinculado a diferentes colectivos que luchan contra esta lacra en la bahía de Algeciras. Su relación con el colectivo Érguete de Galicia ha sido una constante. Conoce al dedillo la situación por la que atravesó la zona de Arousa y no puede evitar la comparación. «El Campo tiene la singularidad que tenía Galicia». De hecho, afirma: «En La Línea hablamos de la galleguización del Estrecho, porque se copia el problema que ocurrió en Galicia».

Comenta que la mayoría de los narcotraficantes que actúan en la bahía de Algeciras comenzaron como los gallegos. «Son bandas de toda la vida, gente autóctona que comenzó con el transporte de tabaco en planeadoras, pero un buen día descubrieron que había otras sustancias que les multiplicaban por mil las ganancias», señala.

Atribuye el repunte del narcotráfico en la zona a dos cuestiones: al hecho de que sea una comarca depauperada y a la falta de medios para combatirlo. Y lo argumenta: «El narcotráfico genera dinero fácil y rápido, esto incentiva que mucha gente sin escrúpulos ni moral haga de él una salida a sus problemas económicos».

Un 80 % de paro juvenil

Menciona que los índices de paro en la zona son elevadísimos y que hay barriadas en las que el desempleo juvenil es del 80 %. «Todo esto es un caldo de cultivo y, para la gente, una tentación». Aun así, lejos de mostrarse comprensivo, expresa su repulsa. «Es una realidad que no justifico, sino que nos tiene que llevar a reflexionar».

En cuanto a la falta de medios para combatir a los delincuentes, denuncia que con los recortes presupuestarios hay 20.000 agentes menos en España y que «en una zona tan caliente como Gibraltar es el cóctel perfecto». Aunque reconoce que la solución no solo es policial. Entiende que son esenciales medidas sociales y de empleo, como se comprometieron a poner en marcha hace quince días la presidenta de la Junta y el ministro del Interior tras reconocer la problemática. «Nosotros exigimos a las Administraciones que aceleren los mecanismos administrativos para que se llegue a soluciones», afirma.

Mena también alerta de que se está produciendo «un aumento de los narcopisos en la provincia de Cádiz, y que los vecinos no denuncian». Y que se ha puesto de moda el rebujao, un cóctel explosivo de heroína con cocaína que se fuma en papel de plata.