El Kremlin desvela que Trump pidió a Putin una reunión en la Casa Blanca

adriana rey NUEVA YORK / CORRESPONSAL

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Trump besa a su esposa Melania durante la recepción de Pascua en la Casa Blanca
Trump besa a su esposa Melania durante la recepción de Pascua en la Casa Blanca CARLOS BARRIA

Medios y analistas afirman que la solicitud muestra a un presidente que se arrastra

03 abr 2018 . Actualizado a las 08:03 h.

«Como el mismo presidente confirmó el 20 de marzo, horas después de su última llamada al presidente Putin, los dos discutieron un encuentro bilateral en un futuro no demasiado lejano en varios lugares potenciales, incluida la Casa Blanca».

Así fue cómo la portavoz de comunicación de la Administración Trump, Sarah Sanders, se vio obligada ayer a confirmar la información que horas antes había desvelado el Kremlin. «Fue el mismo Trump quien propuso la reunión», reveló Yuri Ushakov, consejero del Gobierno ruso. Sin haberse fijado todavía fecha concreta, Ushakov se esmeró en detallar la conversación entre los mandatarios, un comportamiento que varios analistas estadounidenses han definido como «intencionado» por el daño que puede hacer al neoyorquino en un momento de gran tensión entre las dos potencias. Si no fuera suficiente desplante, Ushakov se encargó de cerrar la puerta a la cita al añadir que ahora no se dan las condiciones para celebrar el encuentro deseado por el líder de EE.UU.

A pesar de que la charla entre Trump y Putin se produjo en el contexto de felicitación al ruso por haber ganado las elecciones y antes de que estallase la crisis provocada por el caso Skripal (que motivó la expulsión recíproca de 60 diplomáticos y el cierre de consulados), la información provocó la primera fisura con el nuevo asesor de Seguridad Nacional, John Bolton. Según The Washington Post, el exembajador estadounidense de la ONU piensa que invitar a Putin a Washington «transmite debilidad» y «muestra miedo e indecisión». «Mientras se está bajo asalto en una guerra cibernética contra nuestro sistema electoral, después del intento de asesinato de un exespía ruso y su hija en Reino Unido, además del apoyo ruso a las tropas de Irán en Siria... En este contexto Trump invita a Putin a una cumbre ¡Indignante!», reza el diario tras preguntarse por qué los rusos sabían del ofrecimiento del magnate y el pueblo estadounidense no tenía la menor noticia.

El enfado se dejó sentir también en diversas tertulias, donde varias voces de Capitol Hill resaltaron que «el desprecio con el que Rusia trató la invitación confirma la imagen de un presidente que se arrastra ante un líder extranjero». Aquí no pasa inadvertido que Rusia sigue exhibiendo una posición de fuerza en relación con el caso del ex espía envenenado y que ayer hizo saber que no aceptará los resultados de la investigación de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) sobre el caso si no participan sus expertos. Quizá para bajar el ruido, la Casa Blanca filtró que el próximo 17 de abril habrá otra cumbre entre su titular y el mandatario japonés Shinzo Abe, para hablar de Corea del Norte en la residencia privada de Mar-a-Lago.

«La tormenta se acerca»

La revelación rusa llegó además en un momento especialmente complejo a nivel interno. El conocido estratega republicano, Alex Castellanos, aconsejó ayer al inquilino de la Casa Blanca que refuerce su equipo legal porque «la tormenta se acerca» en el caso del Rusiagate. Según Castellanos, esta semana el fiscal especial Robert Mueller, que investiga la injerencia rusa en las elecciones y su vínculo con la campaña de Trump, podría desenterrar algo muy importante relacionado con el historial financiero del presidente de EE.UU.

Lejos de mostrar un ápice de preocupación, el neoyorquino retomó ayer sus ataques contra el Departamento de Justicia y el FBI en las redes sociales. «Son una vergüenza para nuestro país», cargó Trump por lo que él considera un retraso en la entrega de documentación solicitada por el Congreso, en el caso del servidor privado de su antigua rival demócrata, Hillary Clinton.

Carga de tuits contra México y el «Viacrucis Migrante»

Por segundo día consecutivo, el presidente de EE.UU. amaneció ayer exigiendo más restricciones migratorias al Congreso a golpe de «opción nuclear» (para aprobarlas sin el apoyo de los demócratas) y sosteniendo que el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés) «está muerto». Lo está, dijo, porque a los demócratas no les importa. «¡Hay que construir el muro y asegurar nuestras fronteras!”, escribió Trump en Twitter manteniendo el mismo tono hostil contra México utilizado 24 horas antes y calificando a la llegada de migrantes desde allí como «Viacrucis Migrante 2018».

Su discurso marca un nuevo rumbo y un giro en política migratoria ya que, durante meses, apostó por una solución para los jóvenes indocumentados también conocidos como «dreamers» (soñadores). En su renovada oratoria, el magnate urgió a México a frenar las supuestas «caravanas» (de personas) que se dirigían a EE.UU., un término que la cadena conservadora Fox News repitió para hacerse eco de la inmigración ilegal.

El programa DACA fue promulgado en 2012 bajo el gobierno de Barack Obama para permitir que los niños que llegaron ilegalmente a EE.UU., pudiesen estudiar y trabajar legalmente en el país. Después de ser cancelado por Trump el pasado septiembre, el mandatario dio seis meses al Congreso para diseñar un plan permanente sobre el futuro de los «dreamers». Durante este tiempo, demócratas y republicanos presentaron varias opciones al presidente aunque ninguna obtuvo el visto bueno de la Casa Blanca, por no contener suficiente financiación para el muro con México.

En los últimos meses, y ante la falta de acuerdo, el presidente incluso amenazó al país vecino con salirse del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA, por sus siglas en inglés) si no se comprometían a asegurar sus fronteras para prevenir que «caravanas» de inmigrantes ilegales pisasen Estados Unidos.

A pesar de que Trump asegure que DACA «está muerto», el programa sigue vigente por orden de dos tribunales (uno en California y otro de Nueva York), los cuales ordenaron su permanencia mientras la justicia revisa varias demandas en contra de la cancelación decretada por el mandatario. Es más, la Oficina de Ciudadanía y Servicios de Inmigración (USCIS, por sus siglas en inglés), continúa recibiendo solicitudes de renovación de DACA por parte de cientos de «dreamers» y en cumplimiento de las respectivas órdenes judiciales.