El escándalo eclipsa el primer día de la convención del PP

Francisco Balado Fontenla
fran balado SEVILLA / ENVIADO ESPECIAL

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Rafa Alcaide

El partido estudió adelantar propuestas para contrarrestarlo, pero finalmente Rajoy no dio su visto bueno

07 abr 2018 . Actualizado a las 09:20 h.

«Aquí lo importante no soy yo, sino la convención nacional del partido». El deseo de Cristina Cifuentes no se cumplió. Muy a su pesar, la presidenta de la Comunidad de Madrid acaparó todos los focos del gran evento del año que el PP celebra desde ayer en Sevilla y que durará todo el fin de semana. La dirigente popular, consciente de que sería incapaz de evitar a la prensa durante tres días, decidió comparecer por su propia voluntad unos minutos antes de la inauguración oficial para intentar ceder el protagonismo al evento que el PP planifica con mimo desde hace meses con el objetivo de rearmar filas e impulsar su marca. Pero sus esfuerzos resultaron en vano. El único tema que le robó una pizca de protagonismo a su máster fue la decisión de la Justicia alemana sobre Carles Puigdemont.

Un integrante de la cúpula de Génova admitía ayer en Sevilla que la suerte no les ha sonreído con Cifuentes. Confiaban en que el asunto se cerrase el pasado miércoles con su intervención en la Asamblea de Madrid, pero las informaciones que cuestionan las artes con las que obtuvo dicha titulación no cesan, y la polémica continúa alimentándose, enturbiando un fin de semana que pretendía servir como punto de inflexión para reconquistar el terreno perdido ante Ciudadanos.

Lo cierto es que el caso Cifuentes lo condicionó todo. Eclipse total. Para intentar contrarrestarlo, los responsables de la dirección del partido sopesaron con los organizadores del evento adelantar algunas de las sorpresas que estaban previstas para hoy, pero Rajoy es poco amigo de cambios de última hora, y finalmente no dio su visto bueno. Lo cierto es que resulta difícil imaginar una sola idea que pudiese robar parte de la cuota de atención casi monopolizada por Cifuentes. La gran mayoría de las propuestas programáticas con las que pretendía sorprender el partido cayeron en saco roto y las que no perdieron gran parte de su potencial entre todo el ruido.

Paso atrás del partido

Hasta ahora, aunque con la boca pequeña, Cifuentes siempre declaró que se sentía respaldada por el aparato del partido, pero ayer en su comparecencia no apareció este mensaje. En la rueda de prensa se le preguntó si su renuncia a presentar la dimisión le podría estar causando daño al partido. «No puedo responder a eso», se limitó a decir. Cifuentes asegura que mantiene una comunicación «bastante frecuente» con Rajoy, aunque admitió que ayer no había hablado con él, al menos hasta su anunciada comparecencia.

Salvo contadas excepciones, como la de Cospedal, los apoyos a la dirigente madrileña dentro del partido han sido tenues y en algunos casos hasta ambiguos. Ayer en Sevilla, un miembro de la dirección nacional admitía con un gesto facial que los contactos con Ciudadanos, el partido que la sostiene en el Gobierno autonómico, ya habían comenzado. Parece que su discurso de renovación y de levantar alfombras todavía escuece en algunos sectores con peso en Génova.