El Banco Pastor desaparece tras 242 años de historia

R. Santamarta / A. Balseiro REDACCIÓN / LA VOZ

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MARCOS MÍGUEZ

El Santander decide poner fin a la ficha bancaria y retira la sede social de A Coruña. Mantiene de forma temporal la marca en sus oficinas de A Coruña

25 abr 2018 . Actualizado a las 08:14 h.

El Banco Santander ha decidido acelerar el proceso de integración del Banco Popular y del Pastor para reducir costes y mejorar ingresos. En un movimiento a varias bandas, ha terminado por absorber la segunda mayor entidad financiera de Galicia, un Pastor que queda así convertido en una mera marca comercial, sin consejo de administración (tenía cinco miembros), ficha bancaria propia ni sede social en A Coruña. Todo ello desaparece en favor primero del propio Popular, donde se integra inicialmente, para luego acabar disuelto dentro del grupo de Ana Botín, su dueño de facto desde el 7 de junio del 2017, cuando se produjo la resolución exprés del Popular.

El Pastor se queda únicamente con una dirección regional y con una marca que, salvo sorpresa, desaparecerá a lo largo del 2019. Lo hará una vez que se produzca la integración real de las oficinas de la segunda mayor red en Galicia, con unos 400 puntos repartidos por más de 150 municipios. Habrá una sola marca, la del Santander, y una única política comercial, que ya se lleva notando desde hace meses en las sucursales: han compartido Pastor, Popular y Santander el programa de pagos de la PAC, y también la cuenta 1,2,3 Profesional para autónomos (un producto ya con 75.000 altas).

Isabel Tocino no votó

La integración, que pone fin a 242 años de historia, se fraguó en tres consejos de administración este pasado lunes. Primero, los del Pastor y Popular Banca Privada aceptaron su fusión en el Banco Popular; y este, luego, decidió su absorción por el Santander.

En el consejo del Pastor, el de A Coruña, solo votaron 2 de sus 5 miembros; dieron su plácet los independientes Francisco Javier Ibarrola y Pedro Azcárate. Los otros tres se abstuvieron de deliberar y votar argumentando conflicto de intereses, en tanto que todos son a la vez directivos del Popular (Pablo Fernando Merino) o del Santander (Rosario García). La quinta persona que evitó pronunciarse fue la que ha sido última presidenta del Pastor: Isabel Tocino. Apenas cinco meses lleva en ese puesto.

La operación anunciada este martes no se ejecuta de forma automática. La previsión es que se cierre -con todas las autorizaciones- dentro de cuatro meses. «La integración del Popular avanza según lo previsto. El proceso legal estará ejecutado en septiembre», explicó el consejero delegado del Santander, José Antonio Álvarez, durante la rueda de prensa para presentar los resultados del primer trimestre. Matizó que, aunque la entidad que preside Ana Botín «ha anticipado» esa absorción, la decisión solo afecta al proceso jurídico, que requiere obtener las autorizaciones pertinentes, lo que lleva tiempo. La integración operativa, la que conllevará cierres de oficinas, «comenzará a finales de año», según el calendario que se avanzó tras la compra del banco, y acabará a lo largo del próximo ejercicio.

Negociación con la plantilla

Paralelamente a este proceso, el banco ha iniciado un proceso de negociación con los sindicatos para la homologación de las condiciones entre los trabajadores de las tres marcas diferentes. Este proceso, que podría completarse dentro de uno o dos meses, arrancó el pasado viernes con una reunión en la que se anticipó a los sindicatos la fusión del Pastor y del Popular, y la intención de ir a una sola marca.

En todo caso, estas negociaciones no tienen nada que ver con el posible ERE que se tendrá que activar el próximo año, cuando se integren y cierren sucursales (en Galicia hay duplicidades en 110 concellos). Ya se hizo un primer ajuste, que conllevó desde enero la marcha de un centenar de empleados gallegos, del millar que tiene el grupo.

Sobre cambios o despidos, Álvarez no avanzó nada. Solo constató: «Es un proceso que abordaremos cuando comencemos con la integración de la red». Insistió en que, antes de hacer nada, se hablará con los sindicatos.