El colmo de un árbitro y guardia civil: robaba a los jugadores en el vestuario

La Voz OURENSE / LA VOZ

ACTUALIDAD

Acusado de hurto, pagó los 1.795 euros sustraídos y aceptó ayer una multa de 2.160 euros en vez de nueve meses de cárcel

25 abr 2018 . Actualizado a las 13:14 h.

Cada vez que el monfortino José Alberto A. M. actuaba como árbitro de fútbol en la Liga de Veteranos, entre mayo y noviembre del 2015, a algún jugador le faltaba la cartera o el dinero. En total se ha confirmado el robo de 1.795 euros en nueve partidos. En dos ocasiones fue sorprendido con las manos en la masa en el interior de los vestuarios. Sumaba a su condición de árbitro la de agente de la Guardia Civil.

Era difícil de entender, pero el juzgado de Xinzo de Limia abrió las correspondientes diligencias. Se instruyó la causa, el Ministerio Fiscal lo acusó, señaló el camino al banquillo y ayer, después de haber devuelto hasta el último céntimo a los perjudicados, el caso quedó cerrado. En el ámbito estrictamente judicial, con una condena por un delito continuado de hurto concretada en dieciocho meses de multa, a razón de cuatro euros diarios, es decir, 2.160 euros, en vez de nueve meses de prisión.

La pena no incluye variable alguna de inhabilitación, por lo que podrá seguir ejerciendo como árbitro. En cuanto a su labor profesional, será la Guardia Civil la que tome medidas, abra expediente y sancione, llegado el caso.

De todos modos, la transformación de la pena de prisión en multa añade el beneficio de que podrá anticipar la cancelación de antecedentes penales a los dos años, que empiezan a contar desde el cumplimiento efectivo. De otro modo, tardaría dos año y nueve meses en esa limpieza.

Para graduar la condena, la Fiscalía ha valorado como agravante el abuso de confianza, aunque este aspecto se ve compensado por la atenuante muy cualificada de reparación del daño, pues el árbitro pagó las deudas a todos los perjudicados por su acción.

Ha podido el penado beneficiarse de la transformación de la pena por haber cometido el primer delito el 16 de mayo del 2015. De haberse acreditado su primera actuación ilegal a partir del 1 de julio de ese mismo año, fecha en la que entró en vigor la reforma del Código Penal, no hubiera podido evitar que la pena fuese de prisión. El ministerio público había pedido dieciocho meses de cárcel en su primer escrito de acusación. Al haber llegado a un acuerdo, propuso nueve meses y acabó aceptando, al igual que la titular del Juzgado de lo Penal número 1 de Ourense, la sustitución de esa pena por la de multa. La fiscala, en atención al arrepentimiento que mostró el acusado, retiró de su propuesta de condena la inhabilitación para arbitrar, que inicialmente solicitaba por cinco años. Podrá seguir pitando, pues, aunque ahora estará sometido a un marcaje muy estrecho.

Empezó con 30 euros en Cea y el botín mayor que obtuvo fue de 580 euros

Aprovechó el descanso el día 16 de mayo del 2015 en el campo de Cea. ¿Quién iba a sospechar que el árbitro acudía al vestuario a otra cosa que no fuera atender una necesidad fisiológica? Birló la cartera de un jugador, con 30 euros. Una semana después actuó en Cartelle y logró 260 euros. El 19 de septiembre se reanudó la temporada y en Sarreaus obtuvo 180 euros. En A Peroxa, el 27 de septiembre, 110 euros. En San Cibrao das Viñas, el 3 de octubre, alcanzó su máximo, con 580 euros. Le quedaban cuatro acciones más. El 22 de noviembre dio el último palo. Fue descubierto.