Macron se distancia de Trump y carga en el Congreso contra el aislacionismo

Adriana Rey NUEVA YORK / CORRESPONSAL

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CHIP SOMODEVILLA | Afp

Lanza una defensa del pacto nuclear con Irán y advierte ante las guerras comerciales

26 abr 2018 . Actualizado a las 07:50 h.

Después de dos días de abrazos, besos, palmaditas y miradas cómplices, Emmanuel Macron marcó diferencias con Donald Trump defendió muchos de los puntos con los que está en desacuerdo en un discurso ante el Congreso de EE.UU., el primero de un presidente de Francia desde el que pronunció Charles de Gaulle hace justo ayer 58 años. Desde ese estrado, cargó contra el aislacionismo y la «ilusión del nacionalismo», advirtió ante las guerras comerciales, y defendió el pacto nuclear con Irán y las medidas contra el cambio climático.

Abriendo con un «yo creo» cada uno de los temas políticos que desarrolló en 50 minutos de alocución, Macron instó a Trump a la cooperación para «reinventar» el multilateralismo acorde a las realidades del siglo XXI. «Podemos optar por el aislacionismo, la retracción y el nacionalismo. Es una opción que puede ser tentadora como remedio para nuestros miedos, pero cerrar la puerta al mundo no detendrá su evolución», manifestó.

Dejó claro a su anfitrión que no comparte el negacionismo del cambio climático defendido por su Administración. «Afrontémoslo. No hay planeta B», subrayó. A la vez pronosticó «que algún día Estados Unidos volverá al Acuerdo de París». Palabras que desataron una gran ovación en la bancada demócrata.

Acto seguido advirtió de los riesgos de una guerra comercial entre aliados. El inquilino del Elíseo insistió en que solo destruirá empleos y subirá los precios, haciendo que «las clases medias paguen por ello». Por ello, pidió a Washington que convierta en permanente la exención temporal que concedió a la Unión Europea para no aplicarle, de momento, los aranceles del 25 % y el 10 % a las importaciones de acero y aluminio, respectivamente.

Ante los cien senadores y los 435 diputados presentes en el Capitolio, las coincidencias y divergencias quedaron también en evidencia en la parte del discurso en que delineó su visión sobre las relaciones con Irán. En consonancia con la posición defendida por Estados Unidos, el presidente francés reiteró que Irán no poseerá «nunca» armas nucleares, «no ahora. Ni en cinco años. Ni en diez años. ¡Nunca!». Pero también aseguró que su país no se retirará del acuerdo nuclear firmado por Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Alemania, China y Rusia con Teherán, en el 2015. Macron instó a Washington a hacer lo mismo: «No se retire del acuerdo».

Fecha límite

El 12 de mayo es el día en el que se cumple el plazo para que Trump certifique que Irán está cumpliendo con sus obligaciones dentro de lo negociado. «Tenemos que construir un nuevo acuerdo exhaustivo, para asegurar que no abrimos la veda a un conflicto de poderes en Oriente Medio, a un aumento de tensiones y una potencial guerra», defendió el francés sobre un texto que, según los expertos del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Irán cumple hasta ahora punto por punto. La víspera Trump lo definió como «ridículo».

Un día después de amenazar con abandonar el Tratado de No Proliferación de armas nucleares (TNP) si Washington se retira del pacto nuclear, el presidente iraní, Hasán Rohaní, envió un mensaje directo a Trump. «Eres un hombre de negocios y no sabes nada sobre derecho y acuerdos internacionales», le recordó

Los iraníes recibieron el apoyo de Rusia, China y la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, quien recordó a Washington que «hay un acuerdo que existe, que está funcionando y necesita ser preservado».

Melania, la anfitriona perfecta con guiños a sus invitados franceses

Cuando Donald y Melania Trump se ubicaron en el South Lawn de la Casa Blanca el martes para dar la bienvenida a Emmanuel Macron y su esposa Brigitte, una cosa quedó clara: la eslovena estaba lista para interpretar su papel de primera dama y afrontar la prueba de fuego de la cena de estado, la velada más sofisticada desde su llegada a la Casa Blanca. Resultó ser la anfitriona perfecta, que no ahorró guiños a sus invitados franceses. Melania deslumbró con un vestido de alta costura de Chanel, la maison de moda gala por antonomasia, cosido a mano en hilo de plata y bordado entre cristales y lentejuelas. Una obra de arte textil que para algunos medios fue «un exceso», teniendo en cuenta que su valor en el mercado supera los 70.000 dólares. Brigitte Macron optó una vez más por Louis Vuitton. 

Al margen de la polémica estética, la cena fue todo un éxito donde la exmodelo seleccionó hasta el último detalle de la decoración, el menú y la música, a cargo de la Ópera de Washington. «Gracias a la primera dama por hacer de esta noche un recuerdo increíble. Gracias Melania», dijo el neoyorquino entre aplausos y tratando de acallar la nueva controversia después de que los fotógrafos captaran cómo su mujer, una vez más, se resistiese a tomar su mano en público.

Ante su impulsivo, ella es meticulosa y reflexiva. Hizo un guiño al bipartidismo eligiendo para la cena la porcelana de la era Clinton, después de que Trump rompiese con la tradición al excluir a los demócratas de la lista de invitados. En su lugar, la sala se llenó de 123 convidados, la mayoría millonarios, entre ellos el magnate Robert Murdoch o el consejero de Apple, Tim Cook.