Más de 25 manifestaciones al día ante la carestía

Pedro García Otero CARACAS / CORRESPONSAL

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Vecinos de Carabobo usan los camiones vacíos para moverse por toda la ciudad cada que se suspende el transporte público
Vecinos de Carabobo usan los camiones vacíos para moverse por toda la ciudad cada que se suspende el transporte público DPA | Juan Carlos Hernandez

En los últimos días se multiplican las movilizaciones ante la escasez y carestía de los productos básicos

09 may 2018 . Actualizado a las 07:09 h.

Desde hace una semana, tanto Caracas como el resto del país son un hervidero de protestas. Casi todas tienen como motivo el mal estado de los servicios públicos, la falta de atención en salud o los bajos salarios.

El lunes, trabajadores de la Universidad Central de Venezuela hicieron sopa de pepa (semilla) de mango; una ironía en la temporada del fruto, para simbolizar que, con lo que gana un empleado medio, puede comprar un café en una cafetería en una semana (200.000 bolívares, o unos 20 céntimos de euro). Vecinos de Santa Paula, una zona de clase media acomodada del sureste de Caracas, se esposaron a camiones de la empresa eléctrica estatal para exigir que terminaran de arreglarles una avería que los había dejado sin luz durante más de cinco días. Ayer, casi toda la capital se encontraba sin agua por una avería.

La calamitosa situación de los servicios públicos es, con mucho, la principal razón de las movilizaciones en Venezuela, según el Observatorio Venezolano de Conflictividad Social, que en un informe al primer trimestre contabilizaba 784 protestas por el acceso a servicios básicos de las 2.414 registradas en total (en promedio, unas 25 protestas diarias, recogidas de la prensa), con un incremento del 94 % respecto al mismo período del 2018.

Ayer, la oenegé Codevida, que agrupa a colectivos que defienden el derecho a la salud, realizó una nueva protesta y entregó un documento en la Vicepresidencia exigiendo respuestas para los pacientes con VIH y párkinson, a quienes el Estado ha dejado de darles sus medicamentos. «Queremos vivir» se ha convertido en la consigna para quienes padecen enfermedades renales, cáncer y otras crónicas.

Quejas en los pediátricos

Al menos cinco veces en los últimos dos meses, los pequeños pacientes del hospital J.M.. de los Ríos, el principal pediátrico público del país, han salido a la calle con sus padres para denunciar desde la falta de comida hasta filtraciones en las salas de quimioterapia.

Los pacientes renales, que ayer se movilizaron en Barquisimeto exigiendo sus kits de diálisis, morían a razón de seis al mes hasta febrero, por falta de medicamentos, lo que llevó a la Sociedad Internacional de Nefrología a emitir una alerta en la que exigía al Gobierno de Nicolás Maduro recibir ayuda humanitaria para los enfermos de los riñones.

El Gobierno luce imperturbable y rechazó repetidamente las solicitudes de permitir ayuda internacional -«son una intromisión intolerable»-. Ayer, el equipo de Maduro descalificó el discurso del vicepresidente de EE.UU., Mike Pence, ante la OEA, en el que exigía que se permitiera «aliviar el sufrimiento del pueblo venezolano». El régimen calificó a la Organización de Estados Americanos de «organismo colonialista» e insistió que su «falsa provocación humanitaria» tiene como objetivo «reapropiarse de las riquezas de nuestro país».