Venezuela amenaza con extender la intervención en Banesco a todas las entidades del país
09 may 2018 . Actualizado a las 07:09 h.Comenzando por la intervención de Banesco, el Gobierno venezolano ha dado una serie de pasos para intentar controlar el sistema financiero local, en una nacionalización de la banca que ya se ha dado por la vía de las normativas y que ahora busca ser total, señalan algunos economistas.
El fondo del asunto es el control de las remesas familiares, que, con cuatro millones de venezolanos que han emigrado desde 1999, se ha convertido en la nueva obsesión de Maduro y sus ministros. También en la tabla de salvación de millones de personas en un país en el que el salario mínimo mensual compra la trigésima parte de la cesta básica.
El superintendente de bancos, Antonio Morales, señaló que «todo el sistema financiero está sometido a investigaciones preventivas», en relación con un supuesto complot para extraer (hacia Colombia) efectivo, muy escaso y totalmente desfasado, toda vez que se estima que este año la inflación puede superar el 13.400 %. Esta investigación, que fue la razón oficial por la que fue intervenido Banesco, alcanzaba inicialmente a otros tres bancos (Italcambio, propiedad del empresario gallego Carlos Dorado; el BOD, uno de los más grandes del país, y BBVA Provincial), pero las declaraciones de Morales causaron sorpresa.
El economista Francisco Faraco recordó que el Gobierno sueña con la nacionalización total del sistema financiero y afirmó que, en el fondo, el objetivo es financiar su proyecto con las remesas.
El Gobierno, enfrentado cada día más con los mercados, considera completamente infravalorado el tipo de cambio del mercado libre, al que llama despectivamente «dólar criminal». Por eso, su último frente de batalla es el de las remesas. El tipo de cambio del mercado se fija en Cúcuta, la primera ciudad de Colombia allende la frontera, en la que los cambistas reciben bolívares y los cambian a pesos colombianos, que flotan libremente.
Mercado negro desbocado
El Gobierno de Maduro, en cambio, tiene un sistema de cambios dual en el que hay una tasa sobre un valor 10 en bolívares (en el mercado paralelo se cotiza por encima de los 800.000) y ahora creó un segundo parámetro, supuestamente «de mercado», en el que el Banco Central asigna divisas a sectores económicos a razón de unos 40.000 por dólar y que se denomina Dicom (sistema de divisas de tipo de cambio suplementario).
Morales afirmó que «las remesas tienen que ser materializadas a través de la tasa Dicom», lo cual, para el economista Luis Oliveros, es «terminar de condenar a la pobreza al resto del país que aún no es pobre». Para esa nueva línea, se crearán unas casas de cambio especiales (desde el 2003 no hay mercado libre de divisas en Venezuela).
Francisco Rodríguez, asesor económico del candidato Henri Falcón, señaló que el chavismo «es depredador» y va saltando de activo en activo hasta que los agota, como ya hizo con el petróleo, hoy en los niveles de producción de 1941. «Ahora van por las remesas, porque identificó que mucha gente las usó para hacer compra y venta de dólares el año pasado». Rodríguez fue en su momento un cercano colaborador de Hugo Chávez.
La sospecha del Gobierno es que estos bancos, a través de sus instituciones en el exterior, se convirtieron en puentes para la colocación de divisas en el mercado internacional y su conversión a bolívares a tasa libre en el mercado local, pero eso no ha podido ser comprobado.
El mercado, por el contrario, se sostiene en miles de transacciones privadas en las que el intercambio de dólares por bolívares se pacta; los dólares pasan de una cuenta a otra en el exterior (a veces en efectivo) y transferencias en bolívares en bancos locales. «Ese mercado es muy difícil de detectar y al Gobierno le va a ser imposible detenerlo», indicó el economista Faraco.
El presidente dominicano desarma el falso diálogo de Caracas
«Conmigo nadie ha hablado de eso, y no creo que participe en un nuevo diálogo», respondió ayer el presidente de la República Dominicana, Danilo Medina, a la pregunta de periodistas de su país que intentaban confirmar lo dicho en la víspera por Nicolás Maduro, que había afirmado, en un acto de su campaña electoral: «Ya he hablado con el presidente dominicano para un nuevo diálogo nacional de paz después de las elecciones del 20 de mayo».
La declaración de Maduro no solo sorprendió a Medina, sino a buena parte del país, incluyendo a su adversario, Henri Falcón, quien a su vez señaló que luego de las elecciones, no reconocidas por buena parte de la comunidad internacional, «el diálogo que se tiene que dar es sin Maduro, una verdadera concertación nacional».
La oposición proscrita, encarnada en los principales partidos del país, fustigó la decisión y, a su vez, dijo a Maduro que el único diálogo que podría tener es con la «oposición leal», señaló el diputado José Manuel Olivares. El distanciamiento entre Falcón y los partidos inhabilitados (los cuatro más grandes de la oposición en el país) ha crecido.
En tanto, Maduro, que tiene un rechazo cercano al 80 % en todas las encuestas, pidió «10 millones de votos» a sus seguidores en el mismo acto con educadores en el que afirmó que había hablado con el mandatario dominicano.