La «tormenta perfecta» laboral atrapa a más de 82.000 asturianos

Susana D. Machargo REDACCIÓN

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Un nuevo indicador económico suma a los trabajadores con salarios miserables, a los parados y a aquellos que, desanimados, ya no buscan empleo que no mejorarán en el próximo año

15 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Hay 82.842 asturianos en situación de «máxima vulnerabilidad ante el empleo» sin ninguna expectativa de mejorar en los próximos 12 años. Este es el nuevo indicador creado por el economista asturiano Florentino Felgueroso para sumar a todos aquellos que siguen sufriendo graves dificultades en su acceso al mundo laboral y que no aparecen recogidos en una única estadística. Felgueroso suma bajo un mismo paraguas a los inactivos que desanimados ya no buscan un empleo, con los que permanecen en la cola del paro y con aquellos pobres laborales que cobran sueldos de miseria y que encima forman parte de un hogar en el sus miembros son incapaces de encadenar contratos. Esta clasificación trata de corregir la visión parcial de las estadísticas tradicionales parece, por tanto, una tormenta perfecta laboral capaz de atrapar a 82.842 asturianos y casi 4 millones de españoles.

Esta revolucionaria perspectiva ha sido publicada por La Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) en el informe Población especialmente vulnerable ante el empleo en España en el año 2018. En su introducción el economista asturiano reconoce que la economía española «sigue en la senda de la recuperación» y que en los niveles de empleo se está acercando a los datos registrados justo antes de esta última gran recesión. Incluso el paro de larga duración se ha rebajado considerablemente. Sin embargo, Felgueroso no quiere dejar a nadie atrás y señala que hay gente que está sufriendo situación acuciantes, por largos periodos de desempleo o por trabajos cuyas exiguas retribuciones o sus largas jornadas les están empujando hacia una situación de pobreza laboral.

Así que esa nueva categoría de «máxima vulnerabilidad ante el empleo» nace, en realidad, «de la insatisfacción que generan los indicadores disponibles». Para confeccionarlo, ha recurrido a bases de datos ya existentes. Ha recopilado datos de la EPA trimestral, de la Encuesta de Condiciones de Vida, la Muestra Continua de Vidas Laborales o el Arope, el indicador de Eurostat que mide el riesgo de pobreza y exclusión. Junto con Fedea han colaborado Accenture y varias entidades sociales como Cruz Roja o Fundación Secretariado Gitano.

El detalle en Asturias

El trabajo identifica la categoría de personas en situación de especial vulnerabilidad ante el empleo con las siglas EVAE. Hay 82.842 asturianos dentro de esa EVAE. Esa cifra corresponde al cuatro trimestre de 2017 y son personas que no tienen ninguna expectativa de mejorar en los próximos 12 meses, es decir, a lo largo de todo 2018. La memoria permite incluso describirles. La mayoría son trabajadores de mediana edad, en concreto, entre 30 y 45 años. El 60% exacto son mujeres y el 85% de nacionalidad española. El cuadro elaborado en base del nivel educativo arroja otra realidad alarmante. El grupo más nutrido está en la educación superior. Hay más titulados universitarios que sufren vulnerabilidad en el empleo que titulados en Secundaria o que aquellos que tienen solo la Primaria. 

Si se analizan las tasas en lugar de los números absolutos, Asturias ocupa un anestésico puesto medio. La tasa EVAE mide el porcentaje de personas en situación mala o de riesgo sobre el total de ciudadanos en edad de trabajar, lo que abarca desde los 16 años hasta los 64. Ese indicador en el Principado es del 12,8%. Está lejos de las comunidades con una realidad más dramática, como Extremadura, con un 23,8%, o Andalucía, con un 20,5%. Pero tampoco está cerca de aquellas regiones con un mercado laboral más inclusivo, como Navarra, País Vasco o Aragón, que está por debajo del 9%.

Existe, al igual que sucede en otros muchos indicadores, brecha de género. Ese 12,8% no es una media perfecta de trabajadores y trabajadores. La vulnerabilidad laboral es muy superior en las mujeres que en los hombres, con un 15,2% frente a un 10,3%. Este patrón se repite una y otra vez en todas las autonomías. No obstante, esa desigualdad de hasta cinco puntos en Asturias es de las más grandes. El salto solo es mayor en Castilla y León y en Navarra. Esta última región presenta esa dualidad. Está entre las mejor situadas en la comparación entre territorios pero también entre las que peor paradas dejan a los trabajadores.