La pobreza se hereda (cada vez más)

Europa Press REDACCION

ASTURIAS

Cáritas advierte de que están atendiendo peticiones de ayuda de nietos de personas que ya solicitaron asistencia años atrás

29 nov 2017 . Actualizado a las 13:10 h.

Cáritas ha alertado este miércoles de que la Transmisión Intergeneracional de la Pobreza (TIP) está provocando que las oficinas de la entidad atiendan ahora a nietos de los acompañados años atrás. Así se desprende del informe «La transmisión intergeneracional de la pobreza: factores, procesos y propuestas para la intervención», elaborado por Cáritas España, en el que se observa que el nivel de estudios, la situación laboral, la ocupación y la renta son los «principales responsables» de que en España la pobreza se herede de padres a hijos.

El informe ha sido presentado este miércoles en Oviedo, en una rueda de prensa en la que han participado el director de Cáritas Asturias, Ignacio Alonso, el coordinador nacional del estudio, Raúl Flores, y la responsable del área de desarrollo social de Cáritas Española, Carmen García.

El documento aborda de manera integral la pobreza en el seno familiar, abordando de manera global la pobreza infantil o la energética. Consideran que la pobreza infantil «es la pobreza de las familias con niños», ya que en España y Asturias no se da a menudo la situación de menores abandonados, sino de familias empobrecidas.

El informe busca además «abrir a debate» la necesidad de revisar los modelos de actuación de las entidades del Tercer Sector con personas empobrecidas.

Carmen García ha puesto el foco sobre las familias monoparentales y las familias numerosas, que según el informe son «las más afectadas» por la pobreza y la exclusión, ya que «la sociedad no asegura las condiciones de vida digna a estas familias».

Conscientes de que la TIP está «poco estudiada», el informe viene a constatar lo que los voluntarios y trabajadores de Cáritas observaban a diario. Este informe, ha afirmado, evidencia la «necesidad urgente» de diseñar una política publica destinada a luchar «de forma integral» contra la transmisión de la pobreza.

«Es un intento de impulsar que todos consigamos que las familias más necesitadas salgan de la pobreza y la exclusión», ha explicado. El objetivo, ha dicho, es que haya alternativas «construidas entre todos». «Es hora de pasar de la reflexión a la acción con una política pública para ello, y un compromiso decidido de todos los que conformamos la sociedad», ha subrayado García.

Por su parte Raúl Flores ha puesto el foco sobre los factores que influyen en la transmisión intergeneracional de la pobreza. Ha comenzado mencionando la «carrera desigual de la vida» por la que cada niño parte en diferentes posiciones de salida según la familia en la que nazca.

«Si no hacemos nada, la desigualdad de origen marca y condiciona nuestro desarrollo», ha subrayado. La misión de Cáritas, ha explicado, es «ver y acompañar» a los que salen «los últimos» en este camino. Se refiere a los hijos de familias monoparentales, o cuyos padres no nacieron en España, no tenían estudios, no recibieron en su casa la motivación para esforzarse en el colegio, quienes sus padres no pudieron ayudarlos a hacer los deberes o cuyos padres no pudieron pagar una academia.

Estas situaciones, ha explicado, tienen que ver también con la relación que esos hogares tenían con el mercado laboral u la renta. Así, ha explicado que la desventaja «se centra en aquellos que vivieron graves dificultades económicas cuando eran niños o adolescentes, cuyos padres desarrollaban ocupaciones sin cualificación o que no tenían una red familiar o de amigos que les pudiera ayudar».

Los datos

El informe se ha elaborado a partir de datos del INE relativos a los años 2005 y 2011. En el ámbito educativo, Flores ha lamentado que el sistema educativo actúe «como barrera» para que las personas mejoren su calidad de vida. A su juicio, a pesar de que el sistema educativo hace «esfuerzos», los recursos que se utilizan «no son suficientes», con lo que el sistema «no esta siendo generador de igualdad de oportunidades» al no poder compensar las condiciones de partida de los niños.

Sobre la educación, el informe constata que la superación del nivel educativo ha sido «de menor intensidad» entre los hijos de padres y madres sin estudios. En concreto, el 80 por ciento de las personas cuyos padres no alcanzaron la educación primaria no han conseguido completar los estudios secundarios. La pobreza se multiplica por dos entre aquellas personas cuyos padres no completaron ninguna etapa educativa.

A juicio de Flores, es «muy difícil que un niño afronte en igualdad la educación si en su casa no hay calefacción, no hay luz o se come cuando se come». «No se trata solo de centrar en la educación los esfuerzos, tiene q ser una respuesta coordinada», ha afirmado.

En 2011 los adultos cuyos padres no completaron ninguna etapa educativa registraban una tasa de pobreza del 38 por ciento frente al 21 por ciento general, multiplicando «casi por dos» el riesgo de pobreza.

Por otro lado, la situación laboral también condiciona los ingresos, y el documento evidencia que quienes vienen de padres con trabajos no cualificados ven cómo su tasa de pobreza se eleva del 21 al 27 por ciento.

En relación con la renta, han observado una «alta correlación» entre las dificultades económicas en los hogares de origen y el nivel de formación alcanzada por éstos. Así, a medida que los problemas económicos decrecen en las familias de origen, aumenta la proporción de adultos con niveles educativos más altos.

Además se constata que ocho de cada diez personas que vivieron «graves dificultades» económicas en su infancia y adolescencia las están reviviendo en la actualidad como adultos. Además, el informe evidencia que la tendencia a heredar la situación económica se hace más intensa en los momentos de mayor inestabilidad económica, como en 2011.

En este punto Raúl Flores ha aludido a la «fragilidad» de las familias con hijos, al ser las que tienen mayores dificultades económicas. Ha explicado que la tasa de pobreza en los hogares sin menores es del 16 por ciento, mientras que asciende al 28 por ciento en los hogares en los que hay menores; al 42 por ciento en familias monoparentales con hijos; y al 44 por ciento cuando las familias son numerosas. Ha lamentado el «muy poco apoyo» a estas familias en las políticas sociales, juzgándolas «insuficientes».