El PP apuesta por un único candidato de consenso para evitar una lucha interna

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo BAreño MADRID / LA VOZ

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Tarek | EFE

Cospedal dice que aún ha de reflexionar cuál debe ser su función, «en el PP o fuera»

07 jun 2018 . Actualizado a las 07:08 h.

«A veces la mejor decisión es no tomar ninguna decisión». Los nombres que suenan para la sucesión de Mariano Rajoy están aplicando de momento una de sus máximas más célebres. Pero, en algunos casos, no responder a la pregunta de si optarán a liderar el partido equivale a decir que están en ello. Al margen de Alberto Núñez Feijoo, máximo favorito, ese es el caso, por ejemplo, de la secretaria general del partido, María Dolores de Cospedal. «Es una decisión que tengo que tomar y cuando la tome la comunicaré», respondió ayer al ser preguntada sobre su futuro, sin descartar por tanto que pueda competir por la sucesión de Rajoy. E incluso dejó la puerta abierta a su retirada si finalmente no compite, explicando que tiene que decidir cuál debe ser su función «en el PP o fuera del PP». Su deseo, en todo caso, es que el partido salga del congreso «unido y fuerte». En qué posición lo haga ella es, según explicó, una «decisión personal» que debe tomar y dependerá también de sus «circunstancias personales y familiares».

Debilitada por la Gürtel

Dé o no el paso, la secretaria general será una figura clave en todo el proceso, ya que es ella quien controla todo el aparato y por tanto la organización del congreso. Aunque en los últimos tiempos era el coordinador nacional, Fernando Martínez-Maíllo, quien llevaba el día a día de Génova, la exministra de Defensa ha retomado todas sus funciones una vez abandonado el Gobierno. En el PP consideran que, aunque no le faltan apoyos, su figura está demasiado desgastada por la gestión del caso Gürtel como para optar a ser la elegida en un congreso que pretende pasar página de toda esa etapa. Pero su influencia puede ser decisiva para tratar de cerrar el paso a otra de las posibles candidatas y una de sus máximas rivales en el PP durante los últimos años: Soraya Sáenz de Santamaría.

La exvicepresidenta del Gobierno está manteniendo un perfil todavía más bajo desde que Rajoy anunció su renuncia al liderazgo de los populares, y no ha hecho ninguna declaración relacionada con el futuro congreso del partido. Aunque se le suponen más posibilidades que a Cospedal, la que fue conocida como vicetodo tiene también sus detractores en el partido. Si el lastre de Cospedal es el caso Gürtel, el de Sáenz de Santamaría es la gestión de la crisis independentista en Cataluña. Además del fracaso de su operación diálogo, está también el hecho de que, a pesar de controlar el CNI, no fuera capaz de impedir que las urnas salieran a la calle en el referendo ilegal del 1-O, lo que condujo a una polémica actuación policial en esa jornada que ha dañado mucho al Gobierno y al PP:

Y hermética, como suele ser habitual en ella, se mostró otra de las posibles alternativas, la presidenta del Congreso, Ana Pastor, que, al ser preguntada si está o no en la terna, respondió que ella «siempre quiere lo mejor» para su partido. «Por ello vamos a trabajar, yo la primera, ya que el PP tiene que seguir siendo una referencia en España porque somos un partido de gobierno», insistió, sin dar más pistas. En su caso, es precisamente el cargo actual que ocupa, el más importante de cuantos ostenta el PP en la oposición, el que hace difícil que sea la elegida, a pesar de su gran predicamento en amplios sectores del partido.

Evitar la refriega

Todos en el PP tienen claro que Feijoo será candidato. Pero nadie sabe si habrá más. Lo que parece poco probable es que se conforme una candidatura de integración encabezada por Feijoo en la que confluyeran también Sáenz de Santamaría y Cospedal, como se había llegado a conjeturar. El deseo de Rajoy, y de la actual dirección del PP, es que haya un solo candidato, para evitar que el partido se desangre en una batalla interna que podría perjudicar sus expectativas en unas generales que Pedro Sánchez puede convocar cuando quiera. El coordinador nacional, Fernando Martínez-Maíllo, apostó ayer por ese candidato único «que esté dispuesto a integrar, como ha hecho siempre Rajoy».

Un congreso con elección a doble vuelta que puede celebrarse entre el 14 y 15 de julio Primera vuelta Segunda vuelta

G. B.

Quien aspire a ser el presidente del PP no tiene mucho tiempo para pensarlo. Deberá comunicarlo, según los estatutos, «entre los siete y los quince días siguientes» a la convocatoria del congreso, que se producirá el próximo lunes. Para ser precandidato basta con presentar el aval de 100 militantes. El PP estrenará el nuevo sistema de elección de su líder a dos vueltas, en el que primero los afiliados votan a los compromisarios y luego son estos los que eligen al presidente en el congreso. Si hay dos o más precandidatos, se convocará una campaña electoral interna con un plazo máximo de 21 días. Aunque la fecha del congreso no está decidida, todo indica que tendrá lugar el 14 y el 15 de julio, fechas para las que algunos dirigentes ya están despejando sus agendas, sin descartar que pueda ser entre el 21 y el 22 de julio. El proceso de elección del nuevo líder es el siguiente.

primera vuelta

Voto en dos urnas. Los militantes votarán en dos urnas. Una para pronunciarse sobre los precandidatos que se presenten y otra para elegir a los compromisarios. Asistirán al congreso los compromisarios que más votos obtengan en cada circunscripción. Y serán designados candidatos a la presidencia nacional del partido los dos precandidatos que obtengan más votos entre todos los afiliados.

Candidato único

Requisitos difíciles. Si uno de los precandidatos obtiene más del 50 % de los votos, con una diferencia superior a 15 puntos sobre el segundo, y siendo el más votado en la mitad de las circunscripciones, sería proclamado candidato único a la presidencia del partido, lo que le aseguraría su elección en el congreso.

segunda vuelta

El líder y su equipo. Los candidatos presentarán en el congreso su programa y también el equipo que le acompaña para la dirección. Los compromisarios elegirán en una lista al presidente y los 35 vocales del comité ejecutivo nacional, así como a 30 vocales para la junta directiva nacional. Y el que resulte elegido presidente del PP será automáticamente el candidato a la presidencia del Gobierno.