Los Obama y Will Smith, de boda en la Costa Brava

Martín Bastos

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Chema Moya | EFE

El protagonista de la ceremonia es el hermano de Elon Musk, dueño de Tesla

01 jul 2018 . Actualizado a las 09:24 h.

Will Smith ha venido tantas veces a visitar El Hormiguero que no es difícil concluir que España le tira mucho. Y como últimamente está de moda decir que nuestro país es la caña -y si no que se lo pregunten a James Rhodes que adora nuestra siesta, nuestro sol y nuestro jamón-, no es de extrañar que también los Obama se hayan rendido a todos nuestros encantos.

Barack y Michelle han coincidido con Will Smith en esta ocasión en la Costa Brava, en la boda del hermano de Elon Musk. ¿Y se preguntarán ustedes quién demonios es Elon Musk? Pues un supermillonario que tiene el mérito de ser la fortuna número veinte del mundo: nada menos que el magnate de Tesla, Space X y Solar City. El caso es que el hermanísimo de Elon, que se llama Kimbal, es un filántropo norteamericano que celebró ayer su fiesta en Ampurias, en el municipio de L’Escala, que ha convertido en un auténtico fortín porque hasta allí se acercaron muchas celebrities. Algunos medios apuntan que la cantante Beyoncé y la actriz Salma Hayek (para que se hagan una idea del nivel) también asistieron al enlace.

La privacidad de los ricos

Es curioso porque haciendo gala de esa naturalidad que tienen los superricos, resulta que después de tener como invitados a Obama y a Will Smith, los novios pidieron una boda sencilla y una fiesta con la máxima privacidad. Ja, ja. Y, claro, la privacidad se ha resumido en que cercaron toda la zona con vallas y con mucho, mucho dinero. Porque el novio decidió pagar 15.000 euros a cada restaurante del pueblo para que no abriera sus puertas. De esta manera, los recién casados, Kimbal y Christiana Wyly, una activista medioambiental hija de Sam Wyly, un rico empresario de Texas, consiguieron tener una ceremonia tranquila. No les puedo mostrar, por supuesto, imágenes de la superfiesta, pero sí confirmarles que no es la primera vez que Obama visita la zona. Barack estuvo en Barcelona en 1988, cuando aún era un desconocido, y llegó aquí con su mochila a la espalda, con poco presupuesto y muy lejos de las grandes medidas de seguridad de ahora.

El expresidente estadounidense tiene en Madrid otra cita el 6 de julio para participar en una cumbre de innovación, pero su visita no se limitará solo a una cuestión profesional. Sus hijas, Sasha, de 17 años, y Malia, de 19, y su mujer le acompañarán para iniciar unas vacaciones made in Spain de las que se desconoce el destino: ¿repetirán en Mallorca? ¿O en Marbella?

Pero ellas, que estuvieron de rebajas por Madrid hace solo dos años cuando las acompañó también la madre de Michelle, seguro que no se pierden nada. España, ya les digo, está de moda.