El mensaje de los mineros chilenos a los niños atrapados en Tailandia

U.R.

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Los 33 permanecieron 69 días en una mina de Chile en 2010 y, finalmente, fueron rescatados sanos y salvos

05 jul 2018 . Actualizado a las 18:57 h.

Saben muy bien lo que es estar atrapados a la espera de un rescate. Pasaron más de tres meses enterrados a 750 metros de profundidad. La historia de los 33 mineros de Chile conmocionó al mundo en 2010 y durante los 69 días que estuvieron atrapados después del derrumbe de la mina de San José, en el interior del desierto de Atacama, todos contuvimos la respiración. Su rescate fue todo un éxito pero ahora su historia se repite: no son mineros si no jóvenes de entre 11 y 16 años miembros de un equipo de fútbol, no están en una mina si no en una cueva y no es Chile, es Tailandia pero el impacto mundial que ha causado la historia es el mismo.

Mientras los Jabalíes Salvajes , así se llama el equipo de fútbol de los jóvenes de Tailandia, esperan un rescate a contrarreloj, los mineros de Chile se han volcado para darles ánimos y consejos.

Mario Sepúlveda, conocido como «Súper Mario» por haber alentado a sus compañeros durante el calvario, está dispuesto a trasladarse a Tailandia para para aportar su experiencia a los esfuerzos de rescate. «Me encantaría ir (a Tailandia) porque creo sería de suma importancia ir a apoyar a las familias con la palabra, sostenerlos y un abrazo, una palabra de aliento es importante», aseguró Sepúlveda.

Omar Reygadas, otro de los mineros chilenos, les pide que «no pierdan la esperanza de que serán rescatados y ayúdense mutuamente». Pone mucho énfasis en el papel del entrenador del equipo de fútbol que se encuentra atrapado con los niños, «Si es una persona motivadora, creo que los va a motivar para que se mantengan en buen estado y con fuerza para salir y esperar el momento de ser rescatados», ha dicho a Associated Press. «Los niños no deben tener vergüenza de sentirse asustados, porque nosotros también estuvimos asustados, también nos corrieron nuestras lágrimas. Siendo hombres adultos, lloramos». También ha lanzado un mensaje al equipo de rescate: «Trabajen con fe, con confianza, que su trabajo es lo que va a lograr sacar a esos muchachos. Tienen que hacerlo con el alma, con el corazón, como trabajaron nuestros rescatistas acá en Chile».

Claudia Vega

Luis Urzúa, de 62 años, recuerda lo vivido dentro de la mina y, por eso, hace hincapié en la parte psicológica. «Es muy importante la parte logística de la gente que pueda ayudar a que los niños estén estabilizados. Su juventud, bajo una situación extrema, lleva a una parte psicológica. Es muy importante manejarla como corresponde", asegura a BBC Mundo. Él recuerda que cuando los encontraron pensaron que el rescate iba a ser inmediato y que eso fue lo peor. La comunicación entre los niños y su entrenador, hablar para que el tiempo pase lo más rápido posible, es fundamental, según Urzúa.

Carrera contrarreloj en Tailandia

«Nuestra mayor preocupación es la meteorología... Estamos en una carrera contrarreloj, ahora estamos en una carrera contra el agua», declaró Narongsak Osotthakorn, jefe de la célula de crisis.

Los socorristas esperan poder hacer que baje el nivel de las aguas de forma suficiente como para que los niños no tengan que bucear o que lo tengan que hacer muy poco.

«Esta mañana preparamos los 13 equipos de buceo» para poder evacuar de manera urgente, agregó.

Pero el gobernador recordó que se necesitaban once horas a un buzo experimentado para ir y venir hasta donde están los niños: seis horas de ida y cinco horas de vuelta aprovechando la corriente.

El regreso de la lluvia, previsto para el viernes, en esta temporada del monzón, podría precipitar esta evacuación, con el riesgo de que torrentes de agua inunden la cueva.

«Escuché que habrá lluvia otra vez. Estoy muy inquieta», dijo a AFP Sunida Wongsukchan, familiar de Ekkarat, uno de los niños atrapados. A su alrededor, en la carpa reservada a las familias, la inquietud es cada vez mayor.

Fue a causa de las lluvias torrenciales que los niños se vieron bloqueados en la cueva el 23 de junio tras haber decidido, por una razón que todavía no está clara, entrar en ella tras el entrenamiento de fútbol con su entrenador, de 25 años.

Tiempo calculado

«Hemos calculado el tiempo que nos queda, en horas y en días, en caso de lluvia y de que el agua invada la cueva», declaró Narongsak Osotthakorn, también gobernador de la provincia de Chiang Rai.

El trayecto de retorno es de varios kilómetros e incluye zonas angostas.

Algunos tramos tendrán que hacerse bajo el agua, por lo que los socorristas presentes en la cueva están entrenando a los jóvenes para que aprendan a bucear.

El jueves las autoridades no publicaron ningún vídeo de los chicos. El vídeo con su hallazgo por buzos británicos el lunes dio la vuelta al mundo: se ve a los niños, delgados, amontonados sobre una roca.

Desde entonces su situación mejoró: los socorristas se relevan a su lado, los alimentan, les enseñan a utilizar el material para bucear.

Hasta ahora fracasaron los intentos por instalar una línea telefónica para que los niños puedan estar en contacto con sus padres.

El jueves los socorristas intentaban instalar la línea otra vez.

«Nuestra principal misión es bombear» el agua, precisó el gobernador añadiendo que seguía siendo de actualidad cavar un túnel vertical para evacuar la cueva.

«Estudiamos cada m2 para ver si uno de los pozos lleva a la cueva», dijo el gobernador.