Los Javis: «Es más importante ser libre que ser grande»

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Javi Ambrossi y Javi Calvo forman un tándem perfecto en lo personal y en lo profesional. Llevan juntos siete años y desde hace unos meses están prometidos. Además triunfan con Paquita Salas, un personaje que nació sin mayores pretensiones y que se ha convertido en todo un fenómeno. Como ellos.

14 jul 2018 . Actualizado a las 09:23 h.

Llevan su filosofía grabada a fuego en la mente y con tinta en la piel: «Lo hacemos y ya vemos». Javi Ambrossi y Javi Calvo, más conocidos como Los Javis, han sabido conectar de pleno con una generación. Su naturalidad, su frescura y su discurso sin ceremonias han calado hondo en los que no sobrepasan los 30. O sí. Estos dos jóvenes actores habían probado suerte en el mundo de la interpretación hasta que sintieron La Llamada y cambiaron de bando. El éxito fue tal que el musical, después de cinco temporadas, dio el salto al cine. Para quitarse la presión de rodar por primera vez una película, decidieron crear a Paquita Salas (la protagonista de la serie que estos días estrena segunda temporada y tiene en marcha la tercera) y el mejor canal para expresar su manera de ver las cosas. Su paso por la Academia de OT los transformó en un fenómeno de masas y los consolidó como el tándem más creativo del mundo audiovisual, pero ellos siguen siendo como eran. Se lo digo yo, que compartí pupitre con Javier Ambrossi.

-Javier Ambrossi: ¿Eres la María Vidal que yo me temo?

-La misma, ja, ja.

-¿Qué tiene Paquita que se ha ganado a todo el mundo?

J. A. Yo creo que el mundo conecta con el personaje de Paquita, porque todos somos muy Paquita.

J. C. Paquita nos representa.

J. A. Se atreve a decir lo que los demás callamos.

J. C. Y a hacer lo que no nos atrevemos a hacer.

J. A. También tiene una cosa muy nuestra, que a veces parece que la ficción no representa muy bien a nuestro país, ni a nuestra cultura, ni a nuestros referentes, ni a nuestra gente, y creo que Paquita Salas es una serie que habla de nosotros.

J. C. El ejercicio con Paquita es hacer una mirada alrededor y contar las cosas que nos preocupan en nuestro día a día. Yo creo que eso la gente lo agradece porque puede conectar y sentirse identificada.

J. A. Sí, porque a veces parece que la ficción está desconectada de la realidad, que están rodados en sitios que no son ningún lado, personajes que no sabes si son de España, de América, o de dónde son.

-¿Paquita Salas proyecta bastante la vida como la veis vosotros?

J. C. Hemos encontrado un canal para expresar nuestras opiniones, nuestras formas de sentir sobre temas que nos preocupan o nos atañen, o nos interesan.

-¿Por qué elegisteis un hombre para representar a una mujer?

J. A. No hay discurso detrás de la elección, Brays era nuestro mejor amigo y estaba presente en la mesa el día que la creamos, así que creamos el personaje juntos.

J. C. Yo no diría que elegimos a un hombre para interpretar esta serie, diría que Brays nos eligió a nosotros, surgió de un proceso creativo común.

-¿Igual parte del éxito también es que el reparto tanto de «Paquita Salas» como de «La llamada» es el reparto de vuestra vida real?

J. A. Y tanto, desde mi propia hermana, Macarena; Belén, que era mi compañera detrás del pub Válgame Dios... Javi y

yo, que ya tenemos un vínculo enorme, de amistad, de pareja... Y luego con Brays, que era nuestro mejor amigo antes de Paquita Salas. Después de Paquita ya no le hablamos... [Risas]

-Uno de los ganchos de esta temporada son los cameos...

J. C. Tengo que decir que me sorprende que se les llame cameos a gente que hace personajes. Lo único que yo consideraría cameos son los que hacen de sí mismos, pero también hay muchos que hacen personajes, aunque hagan de sí mismos.

J. A. A ver, lo que hay es que al ser una serie de una mujer que se dedica al mundo de los actores, para darle mucha verosimilitud, necesitábamos que hubiese figuras reales constantemente, más aún cuando lo interpreta un hombre. Al final todo lo que pueda dar realidad alrededor ayuda.

J. C. De todas formas, todos los cameos siempre están anclados en la narración, y nunca salen porque sí, son una justificación para darle realismo o para contar una trama que atañe a una persona en concreto.

J. A. Es una parte importante, porque además de escribirla, dirigirla y ser productores ejecutivos, también hacemos el casting, así que gran parte del trabajo de producción es hablar con actores, convencerlos, elegirlos.

-Parece ser que hay alguien que se os resiste, que ya os dijo un par de veces que no.

J. A. Verdad.

J. C. Nos ha dicho dos veces que no y se nos resiste, pero hay mucha gente que nos dijo que no en general.

Con Paquita contamos las cosas que nos preocupan y eso la gente lo agradece”

-Igual para la tercera temporada...

J. A. Hay una mujer que dijo que no dos veces, pero a la tercera intentaremos que sea un sí.

-Paquita Salas demuestra cómo se puede hacer algo genial con muy poco.

J. A. Igual que La llamada. Todo lo que hemos hecho ha sido de una manera muy artesana, pero es que sigue siendo muy artesana incluso ahora, aunque tenga una gran campaña y una gran empresa detrás. No deja de ser una cosa que hacemos entre amigos y en la mesa de nuestra casa. Pero va creciendo, creo que esta segunda temporada es un salto a nivel técnico, y la idea es que podamos hacer cosas cada vez más grandes.

-Lo veremos, porque como decíais vosotros: «Lo hacemos y ya vemos». Y vaya si lo vimos. ¿Vosotros cómo lo visteis?

J. A. Lo vimos fuerte. Últimamente estoy flipando yo mismo. Cada día es una sorpresa, a ver adónde va a parar esto.

-¿Y adónde va?

J. A. No lo sé, de momento a escribir la tercera temporada de Paquita Salas y una nueva peli.

-Los Javis o una simbiosis perfecta. Hasta hay una guía para distinguiros. ¿Qué os parece?

J. A. Ahh, pero es lo más. También hay una cosa maravillosa en El Mundo Today que pone ¿qué Javi eres?: te van haciendo preguntas y cuando acaba el test siempre pone quién eres de los dos, porque es imposible diferenciarnos.

-Yo también hice mi encuesta para ver de qué Javi era la gente...

J. A. ¿Y quién ganó?

-Unos de Javi Ambrossi, otros de Javi Calvo, pero los que más de Los Javis.

J. C. Yo veo mucho movimiento de que prefieren a Javi Ambrossi y lo entiendo perfectamente.

J. A. Tú sí. Ponlo ahí clarito que tú sí. Por todo lo que nos ha unido...

-Vaya promoción la nuestra de periodismo: Javier Ambrossi, Sara Carbonero...

J. A. Vi la foto de la orla que salió un día y me meaba de la risa, oye, ¡que no me acordaba de que estaba Sara Carbonero en clase!

-¿Siempre estáis de acuerdo?

J. C. Nooo.

J. A. Ni mucho menos. La verdad es que parte del proceso creativo es pelearnos, pero lo asumimos y decimos: «Ahora toca pelearse». Toca estar de malas un rato, entonces nos peleamos, y cuando nos despeleamos, lo solucionamos.

TAMARA ARRANZ

-Es cuando sale lo bueno, la creatividad.

J. A. Cuando nos ponemos de acuerdo sale lo bueno, pero es un proceso a veces largo y agotador. Imagínate a todas horas juntos.

-El otro día comentabas que habías ido con Paquita Salas a hacer la manicura y que te separaste del otro Javi, y decías: «¡Hacía cuánto tiempo que no pasaba esto!».

J. A. Cierto.

J. C. Y aprovechó para tomarse una copa, tengo que decir.

J. A. Fui al chino y compré una botella de ginebra y una tónica...

J. C. Y dijo: «Esto hay que celebrarlo».

J. A. Sí, sí. Dijimos: ¡Hace cuánto que no estamos tú y yo solos! Hicimos un directo en Instagram porque nos sentíamos solos.

-¿Y que aportáis cada uno al tándem?

J. A. Depende del día, Javi Calvo un poquitín más de locura y yo un poquitín más de orden, aunque te cueste creerlo.

-¿Tú el ordenado?

J. A. Yo creo que soy más ordenado a la hora de escribir, uso una pizarrita y tengo una idea más global de las cosas.

J. C. Yo empiezo: podemos hacer esto, y lo otro, y lo otro. Y él me dice: «Para, a ver un segundo, eso por qué y esto por qué».

J. A. Entiendo un poco más cómo gestionar las estructuras narrativas, pero de repente me vuelvo loca y quiero cambiarlo todo también.

-¿Los dos habéis renunciado a actuar?

J. A. No es renunciar, simplemente que no nos gusta.

J. C. Como bien cuenta el capítulo 3 de Paquita de la nueva temporada, a veces ser actor es muy doloroso, te encuentras con situaciones que mellan mucho tu autoestima, hay que ser de una pasta muy gruesa para actuar en los circuitos más convencionales de la interpretación. Entonces dijimos: «Esto nos hace más mal que bien».

J. A. Para ser actor hay que tener una pasión enorme para que todo lo malo te compense. Y yo creo que nosotros no la tenemos tan tan grande como para aguantar todo lo malo que tiene, por eso admiramos tantísimo a los actores y por eso Paquita Salas es un homenaje a los actores, sobre todo es un homenaje a las actrices. Es una carta de amor a la gente que lucha por lo que cree, y creo que esto también es lo que conecta mucho con el público, que ve personajes que dice: «Yo voy a ir a muerte con lo que creo porque es mi sueño y mi pasión».

-¿Cómo lleváis ser iconos de la generación millennial?

J. A. Te diré que yo no quiero ser ni icono, ni referente, ni nada de nada. Nos encanta equivocarnos, hacer las cosas mal y no somos ejemplo de nada.

J. C. No queremos ser referente de nada, precisamente porque no nos gusta dar ejemplo porque luego pasa eso de: «Tú has sido de eso, de aquel...». Efectivamente, es que yo soy una persona que se equivoca, que vive, que cambia y por eso no podemos ser ejemplo de nada.

-Precisamente ese discurso sin ceremonias es lo que la gente valora.

J. C. Yo creo que la gente disfruta con los productos que hacemos y lo pasa bien, se emociona, y hasta ahora nos ha salido bien. En el futuro, quién sabe. Igual lo siguiente que hacemos no le gusta a la gente.

J. A. Algunas gustarán menos, otras más, lo normal en la carrera de un director. Si miras a los más grandes, a los que más admiramos, si miras sus carreras, todo el mundo tiene altos y bajos, nadie está preparado para esto. Por eso es muy importante estar con los pies en la tierra desde el principio y decir: «Ni soy referente, ni soy perfecto, todo lo contrario. Estoy aprendiendo».

J. C. No lo sé todo. Esto es lo más importante.

-¿Y si os saliera un trabajo por separado?

J. C. Según lo que fuera lo haríamos o no. A la hora de dirigir yo no hago nada sin él, porque nos compenetramos muy bien y es muy reconfortante llegar a casa y poder compartir lo que has vivido, en este caso, con Javi.

-¿Después «La llamada» y de «OT» todo el mundo quiere trabajar con Los Javis? ¿Os han llamado muchas veces?

J. C. Nos han ofrecido algunos proyectos bastante locos, la verdad.

J. A. Cosas muy grandes, muy locas, grandes aventuras... pero es que a nosotros nos gusta hacer nuestras cosas y mandar nosotros.

J. C. No hay que dejarse deslumbrar por lo que brilla y seguir intentando hacer las cosas despacito y a nuestra manera.

J. A. Es más importante ser libre que ser grande.

-¿2018, el mejor año de vuestra vida?

J. C. La verdad es que están siendo unos años bastante fuertecitos, porque el año de La llamada también fue muy fuerte.

J. A. El 2017. Es que el 2017 fue OT, La llamada, los Goyas...

J. C. El otro día leí que Los Javis son las Carlota Corredera del 2018, y dije: «Pues efectivamente». En dos años lo hemos hecho todo. De los dos mejores años de nuestra vida, y La llamada y Paquita han sido increíble.

-¿Hay pendiente una fiesta?

J. C. Noo.

J. A. Noo, sobran fiestas.

-¿No hay nada que celebrar?

J. A. El orgullo gay.

J. C. Tengo pendiente, porque el estreno fue un poco loco, sentarnos, comer, hablar, disfrutar... con toda la gente de Paquita.

-¿Me refería a un cambio legal que merezca celebración?

J. C. ¿Te refieres a la boda? Ya llegará.

J. A. Pero es que hemos leído que nos hemos casado.

-Y yo que lo habéis confirmado.

J. A. Qué vaaa.

J. C. Es que Javi en una entrevista dijo: «Si es que ya estamos casados».

J. A. Yo quería decir que ya hacemos vida de casados, no que ya nos hubiéramos casado. Te imaginas que con todo esto a mí me ha dado tiempo a ir a un juzgado a pedir un papel... ¡Qué va! No estamos casados.

J. C. Como decía Sara Montiel: «En este país casarse y morirse es de lo que no hay. Hacen falta 500.001 papeles»