Detenido el violador y asesino fugado al intentar pasar de Senegal a Gambia

EFE

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Fue capturado junto a su pareja, que lo ayudó a huir durante un permiso penitenciario

31 jul 2018 . Actualizado a las 00:00 h.

La policía senegalesa, con la ayuda de agentes de la Policía Nacional destinados en el país africano, detuvo ayer a Guillermo Fernández Bueno, el peligroso preso fugado el pasado día 22 de la cárcel cántabra de El Dueso, donde cumplía condena por violación y asesinato. El fugado fue capturado en la frontera entre Senegal y Gambia, pero las fuerzas de seguridad del primer país habían detectado el pasado domingo la entrada del sospechoso en Senegal a través de un paso no autorizado en la frontera con Mauritania.

En el momento de su detención, portaba un pasaporte falso que fijaba su residencia en Tenerife. Las características físicas del arrestado coincidían con las de Fernández Bueno, pero la confirmación oficial de que se trataba efectivamente del preso huido no se produjo hasta que se cotejaron sus huellas. Una vez confirmada la identidad, se procedió a su arresto definitivo.

En el momento de la detención, Fernández Bueno iba acompañado de su pareja, una educadora social a la que conoció cuando trabajaba como voluntaria en la antigua prisión provincial de Santander, y con la que huyó tras la concesión de un permiso penitenciario de una semana.

Fernández Bueno, de 41 años de edad y natural de Santander, cumplía desde el 2001 una condena de 26 años y medio en la prisión de El Dueso por violar y asesinar en una cafetería de Vitoria a una empleada de la limpieza en el año 2000. Con anterioridad, ya había sido condenado a nueve años de cárcel por otra agresión sexual.

El preso salió del centro penitenciario para disfrutar de un nuevo permiso de una semana que se le había concedido. Pero el pasado día 22, domingo, cuando concluían los siete días, no regresó. Desde el centro penitenciario de Santoña enviaron un comunicado a todas las jefaturas de la Policía Nacional y las zonas de la Guardia Civil para la puesta en marcha de un dispositivo para su búsqueda y detención.

El pasado jueves, además, se activó una orden internacional de detención en la que se pedía colaboración de los cuerpos policiales de otros países.

El centro denegaba los autos

La junta de tratamiento de la prisión de El Dueso se había opuesto en repetidas ocasiones a los permisos otorgados a este condenado por violación y asesinato. En la primera petición de salida que pidió el recluso, en el 2012, el centro emitió un informe desfavorable, pero cuando el preso recurrió la decisión, el juez de vigilancia penitenciaria le dio la razón y le permitió salir a la calle por primera vez desde su ingreso en prisión.

Esta misma situación se repitió con los sucesivos permisos: la prisión los denegaba y el juez de vigilancia levantaba el veto. En el 2016, el centro finalmente decidió dejar de emitir informes desfavorables, ya que el juez acababa rectificándolos siempre y porque nunca hubo incidencias en las salidas del recluso.

El preso, además, realizó durante su estancia en la cárcel el programa para agresores sexuales, obtuvo el título de auxiliar de enfermería y era recluso de apoyo para la prevención de suicidios y tratamientos de salud mental de sus compañeros. Fuera del centro también había normalizado su vida con una novia que se dedicaba a la importación de muebles de la India.

Interior felicita la tarea policial

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, elogió ayer la colaboración policial con los países del Magreb y del Sahel que permitió la rápida detención del violador. «La cooperación que llevamos para luchar contra la inmigración ilegal, contra las mafias, contra el narcotráfico, genera mutua confianza entre nuestras fuerzas y cuerpos de seguridad», explicó el ministro. Sin esa ayuda, destacó Marlaska, la detención de Fernández Bueno «no habría sido fácil y hace unos años no habría sido posible». Durante su visita a Mauritania, también destacó los frutos que ese trabajo conjunto generan en el día a día para proporcionar «seguridad y confianza al conjunto de la sociedad».