El Gobierno invita al Aquarius a que encuentre refugio en otro país

Francisco Balado Fontenla
Fran Balado LA VOZ / MADRID

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GUGLIELMO MANGIAPANE | REUTERS

El PP y C?s reclaman a Sánchez que deje de hacer «demagogia» y de «improvisar»

14 ago 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El silencio guardado hasta el domingo por el Gobierno español ante una nueva solicitud del Aquarius para desembarcar a 141 inmigrantes rescatados de aguas del Mediterráneo se transformó ayer en un no. Al menos, por ahora. La negativa no es tan contundente como la de las autoridades italianas, que coquetean con actitudes xenófobas bromeando con el cerrojazo de sus puertos, pero al fin y al cabo la respuesta del Ejecutivo de Pedro Sánchez supone toda una invitación al buque para que se procure un amarre en otro país. «España no es el puerto más seguro porque no es el más cercano según lo establecido en el derecho internacional». Esta fue la reacción de ayer de la Moncloa a través de canales extraoficiales. En la respuesta también va implícito un cierto reconocimiento de que quizá se apresuraron a la hora de cobijar en Valencia a la misma embarcación en junio con 629 migrantes a bordo, aunque fuentes autorizadas del Gobierno consideran que «la situación no es comparable», apuntando que entonces sí se trataba de «una urgencia humanitaria».

David Beversluis, el facultativo a bordo de este buque gestionado por Médicos Sin Fronteras y SOS Mediterránée, apuntó ayer a Efe que la mayoría de los pasajeros están «estables» y que en las bodegas cuentan con suministros para 14 días, por lo que el culebrón hasta que encuentre un puerto todavía puede dar muchos giros. Las mismas fuentes gubernamentales admiten que se mantienen a la expectativa para ver si algún otro país se ofrece a la recepción del buque.

La apertura del puerto de Valencia en junio para el Aquarius constituyó una de las primeras medidas de Pedro Sánchez desde su llegada a Moncloa, originando la apertura de un debate político que todavía colea. Mientras el partido que sostiene al Ejecutivo hacía gala de su humanitarismo, la oposición, representada por el PP y Ciudadanos, alertaba de que Sánchez solo buscaba hacerse la foto y que su decisión provocaría un efecto llamada invitando a los inmigrantes a lanzarse al mar. Además, ambas formaciones criticaron a Sánchez por haber facilitado un trato de favor a esas más de 600 personas llegadas a Valencia respecto a los subsaharianos que a diario llegan a las costas andaluzas vía el Estrecho. Ayer, los 87 pasajeros del Open Arms llegados a Algeciras en julio manifestaron su intención de pedir asilo.

«Choque con la realidad»

El PP y Ciudadanos volvieron ayer a la carga con la inmigración. Pablo Casado denunció haber sido objeto de «insultos» por parte del Gobierno «por rechazar su plan de papeles para todos», pero que con su nueva postura Moncloa «demuestra su incoherencia, su cinismo y su demagogia». El dirigente popular fija dos posiciones clave de su partido en la materia: «defender nuestras fronteras y cooperar con países de origen». Su compañero Rafael Hernando, portavoz adjunto del PP en el Congreso, manifestó ayer la obligación de «ofrecer salvamento y seguridad a todo el mundo», sugiriendo el atraque del Aquarius en Libia por una cuestión de proximidad, y aprovechó la oportunidad para insistir en esa acusación al Ejecutivo de «demagogo» por su respuesta a finales de junio a la misma embarcación a la que ahora rechaza. «Sánchez ha chocando con la realidad», expuso.

Por su parte, el portavoz de C’s en el Parlamento catalán, Carlos Carrizosa, instó al Gobierno a liderar las políticas migratorias a nivel europeo garantizando «una actuación coordinada» ante casos como el del Aquarius.

Médicos sin Fronteras denuncia que la situación del buque es peor que la de junio

A pesar de que el facultativo que viaja a bordo del Aquarius, David Beversluis, mencionó que la embarcación cuenta con suministros para afrontar las dos próximas semanas y que ninguno de sus 141 pasajeros reviste problemas de salud graves, y que el Gobierno español expone a través de fuentes extraoficiales que la situación del barco dista mucho de la del pasado junio, cuando le abrió las puertas del muelle de Valencia, David Noguera, presidente de Médicos sin Fronteras en España, fue el encargado de dar la voz de alarma al alertar ayer de que el panorama al que se enfrenta el buque es «peor» que el de entonces, denunciando la pasividad de los países europeos a la hora de ofrecer un amarre. «Salvini (el ministro del Interior de Italia) ha sido claro y diáfano, Malta no ha dicho nada y no ha habido ningún otro gobierno que haya dado respuesta», expuso en Onda Cero, criticando que a raíz de la polémica del Aquarius los mercantes que se cruzan con pateras en el Mediterráneo ya no las auxilian, por temor a no encontrar puerto.

Una cuestión de «humanidad»

Noguera pidió no poner el foco en la cantidad de suministros de los que pueda disponer la embarcación, reconociendo que en su oenegé tienen capacidad para reponer víveres y medicamentos, temeroso de que pueda servir de excusa a los Gobiernos a quedarse de brazos cruzados mientras hay «un barco errático dando tumbos». También rechazó asumir el debate sobre si se trata de una cuestión de refugiados o de emigración, sino que consiste en un asunto de «humanidad».