«No, jamás he llamado Vulgaria a Asturias»

Luis Fernández
Luis Fernández REDACCIÓN

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Lucía Etxebarría
Lucía Etxebarría

Lucía Etxebarría explica «lo que realmente significa mi post»

25 ago 2018 . Actualizado a las 12:13 h.

«Si es usted uno de los que ha recibido una captura de pantalla con un texto y ha decidido que ese texto se refiere a Asturias solo porque hay una foto de Tapia de Casariego, debo explicarle que el texto se ha extraído de mi perfil de Instagram. En mi perfil de Instagram hay siempre fotos y textos y normalmente el texto poco tiene que ver con la foto. Y, de hecho, se dice a menudo 'ya sabéis que los textos no tienen que ver con las fotos'. En numerosas ocasiones hay fotos mías o de mi hija y van acompañadas de un cuento». Así comienza la escritora Lucía Etxebarría un texto en el que quiere dejar claro lo que «realmente significa» su post sobre Vulgaria.

«En este caso elegí la foto de la gaviota por su carga simbólica, no porque creyera que nadie fuera a reconocer el lugar. Pensé que una gaviota mirando al infinito transmitía sabiduría y reflexión», señala la escritora para desvincular la relación entre la fotografía y las palabras.

Etxebarría prosigue su argumentación, recuerda su vinculación con el Principado, y niega que Vulgaria sea Asturias. «El texto no trata de Asturias. Ya sé que usted no lee mi perfil de Instagram, pero llevo promocionando a Asturias en mis stories durante diez días sin cobrar un duro por ello. Otras instagrammers lo hacen. Yo no. Yo he pagado religiosamente cada uno de los hoteles en los que me he alojado, cada uno de mis desayunos, comidas y cenas, así como los de mi hija, No me han invitado nunca.  No he usado mi fama para conseguir nada gratis, como es el caso de la mayoría de las instagrammer o influencers. ¿Para qué iba a promocionar a Asturias y luego hundirla? Y, sobre todo, una persona como yo que lleva 30 años de carrera como periodista en la que he criticado a políticos poderosos con nombres y apellidos, al lobby taurino, a marcas comerciales, a quien fuera menester (y se ha buscado serios problemas por ello), si quisiera criticar a Asturias ¿para qué iba a usar una fábula?».

En palabras de la escritora, «el texto es una fábula que pretende hablar sobre el turismo y la masificación. Como hay unos puntos de 'gente guapa' que marginan a otros puntos de 'gente no guapa'. En el caso de Asturias, por ejemplo, hay una clara diferencia entre Occidente y Oriente. Uno está mucho más promocionado que el otro. Uno es mucho más caro y mucho más masificado. Porque en uno no hay playas conocidas ni 'gente guapa'. Como llevo años viniendo a Asturias puedo jurar, por ejemplo, que siendo Las Hoces de Entrepeñas mucho más barato que cualquier otro sitio no es más feo que cualquier otro lugar muy promocionado». Por si no ha quedado claro, insiste en que «no me refería a Asturias, pues entonces hubiera hablado claramente de Las Hoces versus Llanes. Esto pasa en cualquier parte. Donosti y Deba. Badalona y Barcelona. Blanes y Salt. Si hago una fábula es precisamente porque quiero decir que no siempre en la playa y en el presunto 'paraíso natural' es donde está lo interesante. Y creo que era bastante obvio. Y  de hecho mis amigos de Donosti lo entendieron muy bien».

Etxebarría lamenta las consecuencias que, asegura, ha tenido la interpretación que ha tenido su post, ya que sostiene que «cuando los medios cogen esa captura y la hacen viral con los siguientes titulares 'Lucia Etxebarria se despide de Asturias llamándola Vulgaria', cuando un periodista hace un tuit diciendo que yo he puesto a parir a Asturias y enlaza al artículo, y escribe un artículo sobre el texto con sus propias interpretaciones, no solo desvirtúa el texto, sino que inicia una verdadera campaña de odio contra mí».

La escritora también destaca que «a nadie se le ocurrió pasarse por mi perfil de twitter o mi perfil de Instagram para ver lo que decía de verdad o ver mis fotos. Nadie vio ese tuit en el que decía 'Nois encanta Gijón', ni lo reviralizó. Nadie me fue siguiendo.  Los periódicos tienen mucho más peso y lectores que yo, y el daño estaba hecho». De hecho, denuncia que ha recibido «cientos de mensajes de odio: Hija de puta, tonta, inculta, no vulvas a Asturias, no te queremos».

Etexebarría no quiere que esta polémica le juegue una mala pasada en el futuro, ya que afirma que «me gustaría volver a Asturias. Mi mejor amigo es de Oviedo (y basta con seguir mis perfiles para verlo a menudo). Varias de mis amigas residen en Gijón. Llevo viniendo a Asturias desde los 4 años. He bailado en la Santa Sebe, he asistido al Festival de Cine durante muchos hace años y he hecho senderismo por sitios que probablemente muchos asturianos no hayan pisado jamás».

La escritora señala también que no todo han sido malas experiencias en la región. De hecho, apunta que «este verano he estado en Gijón, Bayas, Salinas, Avilés, Larco, Tapia y Oviedo. Me he movido de un sitio a otro en transporte público y a veces a pie. Es cierto que unos paisanos me echaron de un bar, ( y que alguno de ellos llamó después a televisión a ver si le pagaban por contarlo)  pero en el resto del viaje he conocido a mucha gente. Chicos y chicas con los que coincidíamos en bares, conciertos, autobuses, playas… Cocineras de bares, recepcionistas de hoteles, dueñas de chiringuitos. Nadie me ha tratado mal, y he hablado con un montón de personas. En dos casos me he alojado en casa de asturianas (Lourdes y Lucía). No he percibido el odio que percibo en redes».

Aunque ha recibido muchas críticas en redes sociales, también hay gente que se ha solidarizado con ella: «Entre los cien mil mensajes de odio que he recibido, me llegó uno muy diferente: puro amor. Era de una niña con la que compartimos autobús. No tendría ni quince años. Estuvimos hablando un rato, yo no tenía ni idea de que me había reconocido. Me decía. 'Siento que te pase todo esto. Quiero que sepas que me gustó mucho hablar contigo y que tu hija me pareció muy maja'». «Me gustaría pensar que esta chica representa el porvenir de Asturias y que yo podía volver sin miedo», añade.

Etxebarría finaliza su texto de la siguiente forma: «Es triste que ahora mismo tenga miedo, y no tenga miedo de la noche, ni de la sombra ni de la tiniebla, sino que tenga miedo de la luz, y que tenga mido de la luz porque en ese momento es cuando el mundo se puebla. Que tenga miedo a la gente, a esa imponente ola vociferante que no hace más que repíteme por redes 'no vuelvas', 'no te queremos aquí'. Pero quiero pensar que la Asturias real se representa antes en los ojos claros y llenos de futuro de esa niña que me escribe que en la bilis que vomitan personas a las que nunca he visto. Me gustaría volver, pero no volver con miedo. Por eso, por favor, si usted ha entendido lo que estoy contando, si ha podido leer hasta aquí, le doy las gracias».