Los «free tours» y el intrusismo amenazan a los guías turísticos en Asturias

Susana D. Machargo REDACCIÓN

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Un grupo de turistas participa en una visita guiada oficial en Oviedo
Un grupo de turistas participa en una visita guiada oficial en Oviedo

Los profesionales reclaman al Principado que realice inspecciones online para acabar con la competencia desleal. Denuncian que los exámenes para nuevas habilitaciones están paralizados desde 2014

29 ago 2018 . Actualizado a las 08:30 h.

Algo más de 2,3 millones de turistas visitaron Asturias en el 2017 y el 2018 va camino de un nuevo récord. Cada vez hay más viajeros en la región y cada vez cultivan más el gusto por la visita guiada. En los últimos años, la actividad de los guías se ha disparado. La demanda es mayor y los productos que ofrecen más elaborados. A diferencia de otras comunidades, en el Principado no solo buscan recorridos urbanos a pie sino también rutas por la naturaleza y patrimonio fuera de las ciudades. El negocio va viento en popa pero dos amenazas comienzan a cernirse sobre el sector. La primera son los free tours disfrazados de la creciente economía colaborativa. Se anuncian en plataformas especializadas donde no se les exige ningún tipo de requisito y solo perciben a cambio las propinas. La segunda, íntimamente ligada, es el intrusismo. Para ejercer el oficio es necesaria una acreditación oficial, o la expedida por la Administración asturiana u otra homologada en Europa. Los profesionales exigen a la Dirección General de Turismo que tome cartas en el asunto y que comience a realizar inspecciones de oficio. Ellos no tienen ni margen ni mecanismos para descubrir a los impostores, así que poco pueden hacer. No obstante, hace solo unos días presentaron una denuncia de un caso que pudieron constatar.

La alarma en toda España saltó a raíz de un caso en la Comunidad Valencia, donde el gobierno regional se planteó la posibilidad de sancionar a una cicerone que carecía de cualquier permiso y que solo cobraba las propinas. Esta denuncia ha servido para movilizar a un sector que lleva tiempo intentando que se extremen los controles, para cumplir con la ley y para garantizar también la calidad del servicio y los derechos de sus clientes. Lo explica con detalle David Estévez, portavoz de Asociación Profesional de Informadores Turísticos de Asturias (Apit) y también representante en la confederación nacional del sector.

En Asturias, a diferencia de lo que ocurre en otras regiones, no se ve a una muchedumbre de turistas detrás de un llamativo paraguas de colores que ofrezca en letras contundentes una visita guiada gratuita. Estévez explica que se localiza más en internet. Trabajan en el sector y se han encontrado con anuncios de este tipo en webs como, por ejemplo, Civitatis o Guruwalk. El problema es que nadie controla si el particular o la empresa están dados de alta y si la persona que va a acompañar a los clientes está habilitado y tiene los conocimientos requeridos. Es decir, la infracción podría ser doble, con Hacienda y con la Dirección General de Turismo que tiene en vigor desde mayo del año 2007 un decreto que regula la profesión. Además, solo con las propinas, a una media de 5 euros y 20 clientes por grupo, pueden sacar por hora un sueldo muy superior a los oficiales. 

René García, de la Asociación de Guías Turísticos del Principado, no cree que el problema en el Principado sea muy grave pero sí tiene constancia de anuncios colgados en la red. En concreto, habla de taxistas que se ofrecen a crear recorridos a medida de los clientes, por citar un caso. García reconoce que es difícil de controlar y que la administración tiene ante sí un reto, ya que tiene que demostrar que está cobrando por la actividad. Si lo hace de manera altruista, sin dinero de por medio, explica García, no habría infracción.

La clave, por tanto, podría estar en internet. Tal y como se hace con otro tipo de plataformas, en otros sectores turísticos como los alojamientos, podrían hacerse barridos para descubrir ilegalidades. Desde que se puso en marcha el nuevo decreto de pisos de alquiler turístico, la Administración asturiana es responsable de hacer inspecciones de oficio para descubrir a todos esos propietarios que siguen yendo por libre y que todavía no se han sometido a la normativa, que entró en vigor en agosto de 2016.  

Intrusismo y acreditaciones

El Principado cuenta en la actualidad con un total de 229 guías turísticos acreditados, en los cinco exámenes oficiales que ha convocado desde que entró en vigor el decreto de 2007. A esa cifra habría que sumar los que la han conseguido fuera. ¿Es un número suficiente para atender la demanda? David Estévez, que es el portavoz que maneja estas cifras, explica que las pruebas están paralizadas desde hace cuatro años y que es necesario volver a convocar, para dar respuesta a los profesionales que quieren entrar en el mercado y por renovar y atender a la demanda. Por ejemplo, cada vez hay más viajeros de origen alemán pero apenas hay guías acreditados con esa lengua.

Aunque no tiene cifras oficiales, en el colectivo Apit calculan que hay solo unos 30 guías trabajando en Asturias de manera permanente todo el año. Es una estimación basada en su experiencia. El resto o lo hacen de manera esporádica o se dedican a la temporada. Muchos se dan de alta en marzo, de cara a la semana santa, y de baja en noviembre, una vez concluidos los premios Princesa de Asturias. De los 229 acreditados, hay un porcentaje importante de trabajadores de otros sectores, como docentes, que se presentaron a los exámenes para dejar esa puerta abierta pero que nunca han ejercido o lo han hecho de manera esporádica, explica David Estévez. Así que cuando llega la temporada alta y la demanda crece no hay tantos colegas de los que echar mano.

Se queja de manera más amarga René García. Asegura que en su caso cuenta con un equipo fijo y con temporales que llama en temporada alta. El equipo estable es cada vez más amplio pero dice sufrir serias dificultades para encontrar los refuerzos adecuados. «Cuando pones una oferta se presenta gente que o no está acreditada o sí lo está pero el nivel del idioma extranjero es tan bajo que es imposible contratarlos», lamenta. García critica que los exámenes del Principado no están cuidando el tema de la segunda lengua y que es algo que se está convirtiendo en fundamental en un territorio que trata de ampliar sus fronteras turísticas.

Los integrantes de Apit se han reunido ya con el Principado para reclamar la reapertura de los exámenes de acreditación. Se sentaron a la mesa con el director general de Turismo, Julio González Zapico, y reconocen que fue receptivo. Esperan que una vez que pase el verano se retome el tema. Entienden que no es necesario convocar cada año pero sí de manera periódica. Hasta 2014 se estaban sacando, más o menos, cada dos años y esa les parece una cadencia acertada, aunque están dispuestos a escuchar otras opciones. La prioridad es tener suficientes colegas habilitados para poder atender toda la demanda y también para enterrar el intrusismo.