El secesionismo se apropia de la Diada para alimentar el desafío al Estado

Mercedes Lodeiro LA VOZ EN BARCELONA

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JOSEP LAGO | Afp

C?s, PP y PSC la consideran excluyente y no acudirán a la manifestación de mañana

10 sep 2018 . Actualizado a las 08:10 h.

Los independentistas catalanes pretenden hacer mañana una demostración de fuerza durante la Diada con una movilización masiva para evitar el hastío entre los suyos después de un tenso año que solo ha servido para volver al punto de partida. Por el camino se han dejado políticos presos, huidos y una fractura social difícil de sellar. La factura del desafío no para de aumentar: divisiones en los partidos y perjuicios económicos. Los secesionistas, además, se han apropiado más que nunca del día nacional de Cataluña para convertirlo en una manifestación partidista y excluyente que los aliente a no decaer y a mantener el pulso al Estado.

Con la mente puesta en el fallido referendo del 1-O, en la anticonstitucional proclamación de la república y en la sentencia a los líderes presos que está por llegar, el presidente Quim Torra sigue tensando la cuerda para instar a negociar a Pedro Sánchez una consulta independentista. Mientras, este le ofrece una sobre un nuevo Estatuto. La pelota está en el tejado del presidente de la Generalitat, quien o se aviene al diálogo y acepta la realidad constitucional o sigue en la estela rupturista de su mentor Carles Puigdemont, la ANC y la CUP, con consecuencias insospechadas.

De momento, y ante la división del independentismo, Torra juega la baza de la ambigüedad. Por un lado, arenga a una movilización callejera permanente hasta la celebración del juicio del 1-O y la resolución de las sentencias, que sectores del independentismo y el propio Torra quieren convertir en un nuevo 1-O. Así lo dijo hace seis días en una conferencia. Busca que la agitación de la calle y el eco internacional provoquen una repuesta del Estado que les dé aliento. Se trata de mantener viva la llama del proceso independentista ante las municipales o unas hipotéticas elecciones anticipadas en Cataluña.

Por otra parte, Torra insiste en dialogar con el Gobierno de Sánchez, pero para celebrar un refrendo sí o sí, lo cual se contradice con su promesa de cumplir con el mandato popular del 1-O.

Pero parte del independentismo aboga, como hace ERC, por admitir la realidad y evitar otro 155 y más encarcelaciones. Oriol Junqueras, Gabriel Rufián y Joan Tardá se pronunciaron estos días en ese sentido. «Si hay algún independentista ingenuo o estúpido que quiere imponer la independencia sin tener en cuenta al 50 % que no es independentista, es evidente que está absolutamente equivocado», fue el misil del portavoz en el Congreso para sorpresa del secesionismo. Rufián reconoció que hay que intentar «pinchar según qué burbujas o discursos del independentismo mágico que todo el mundo conoce» y «decir la realidad». Y Junqueras abogó por «mantener la centralidad, seducir y abrazar todo el universo democrático». 

Salvar los muebles de ERC

Así las cosas, si desde el PDECat insisten en la vía unilateral, podrían tensar la cuerda hasta provocar la ruptura con ERC, aunque los pata negra del republicanismo nadan entre dos aguas para que nadie les ponga el sello de traidores «al país». De momento no han picado en el anzuelo que les lanzó Puigdemont creando la Crida, organización que pretende aglutinar al independentismo. Junqueras la definió como la segunda refundación de Convergència, para distanciarse y salvar los muebles de ERC.

El proceso independentista también pasa ya factura a los Comunes de Ada Colau, quien el año pasado acudió a la manifestación de la Diada, pero este año no piensa hacerlo. «La convocatoria es claramente independentista [...], no voy a participar», señaló. Las aguas bajan revueltas para los socios de Pablo Iglesias. Eejemplo de ello es la marcha de la política de Xavier Domènech, el mismo día que Torra decía que no aceptaría las sentencias judiciales.

Ni Ciudadanos, ni PP, ni tampoco este año PSC participarán en los actos. «Como creo que lo han hecho pensando en los independentistas, no iré», aseguró Miquel Iceta. Como «inconcebible sectarismo», definió la programación la portavoz Eva Granados.

El Partido Popular opina que los actos de la Diada están «secuestrados» por los independentistas, e Inés Arrimadas ha programado otro porque considera que la Diada solo representa a una parte de los catalanes.