El auge de la ultraderecha bloquea Suecia

Cristina Porteiro
Cristina Porteiro BRUSELAS / CORRESPONSAL

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El líder ultraderechista Jimmie Akesson
El líder ultraderechista Jimmie Akesson Anders Wiklund | efe

Los socialdemócratas instan al bloque de centroderecha a aliarse contra los extremistas

11 sep 2018 . Actualizado a las 07:40 h.

Suecia, remanso de paz y prosperidad en Europa, pone fin a su utopía de bienestar. El histórico bastión de la socialdemocracia europea se despertó ayer con el estruendo de la ultraderecha, que, por quintos comicios consecutivos, logró batir su récord en las urnas (17.6 % de votos y 62 escaños) a costa del hundimiento de los socialdemócratas y los conservadores. El varapalo pone a los bloques de izquierda y de centroderecha ante un dilema: ¿es mejor colaborar en gran coalición para dar estabilidad al país o gobernar con el apoyo del extremista Jimmie Åkesson? Suecia se adentra en un escenario de enorme fragilidad política. 

¿Quién ha ganado la contienda?

Los socialdemócratas del actual primer ministro, Stefan Löfven. Su formación consiguió 101 escaños en el Riksdag (12 menos que en los obtenidos en las elecciones del 2014). Los conservadores (Partido Moderado), abanderados por Ulf Kristersson, se quedaron en los 70 escaños. A pesar de perder hasta 14 diputados, lograron mantener a raya a los ultraderechistas Demócratas Suecos (SD), quienes alcanzaron los 62 escaños, 13 más de los que consiguieron en los últimos comicios. 

¿Quién puede formar gobierno?

Ni el bloque de la izquierda con 144 escaños (socialdemócratas, extrema izquierda y verdes) ni el centroderecha con 143 escaños (conservadores, democristianos, liberales y centristas) tienen una mayoría amplia a favor (175 escaños) para poder gobernar. La Alianza de centroderecha sí podría gobernar con el apoyo de los xenófobos y euroescépticos del SD. La izquierda solo tendría opciones si algún partido de centroderecha (liberales y centristas) se desmarcan de los conservadores y apoyan otra legislatura verdirroja, en vista de que el líder del Partido Moderado, Ulf Kristersson, se niega a facilitar la investidura de Löfven. Los partidos tienen hasta el 8 de octubre para constituir el Parlamento y solo cuatro intentos para lograr formar un Ejecutivo, de lo contrario, se repetirán las elecciones. 

¿Ha habido ofertas?

Sí. Los primeros en tender la mano a la oposición han sido los socialdemócratas. Han pedido a los «partidos decentes» que se unan para dejar fuera del mapa a los ultras de Åkesson. «Esta elección debe marcar el entierro de la política de bloques (...) Nadie obtuvo mayoría así que es natural colaborar», instó Löfven. Pero Kristersson rechazó la oferta: «La Alianza no gobernará ni discutirá la formación de un Gobierno con los demócratas suecos», zanjó, probablemente a la espera de los resultados definitivos de mañana. El bloque de centroderecha podría dar un vuelco en las urnas si el voto exterior, como es habitual, les es favorable.

¿Quién está dispuesto a negociar con el SD?

A diferencia de sus vecinos daneses, nadie. El líder del SD, Jimmie Åkesson, tanteó a los conservadores y democristianos, con quienes podría lograr una mayoría de gobierno, pero ambas formaciones rechazaron la propuesta, de momento. Entre sus votantes hay quienes creen que habría que llegar a acuerdo con el partido de raíces nazis. «Votaremos en contra de cualquier Gobierno que no nos dé la influencia que merece nuestro tamaño», les amenazó Åkesson. En el bloque de la izquierda tampoco ha habido un solo dirigente que se mostrase a favor de dialogar con la formación ultra. 

¿Cómo ha reaccionado Bruselas?

En las instituciones europeas preocupa más la tendencia que el resultado bruto de las elecciones. Los partidos «dentro del sistema» siguen manteniendo un amplio apoyo en Suecia, pero la ultraderecha gana terreno de nuevo. «Los suecos han votado libremente, democráticamente y confiamos en que el Gobierno que surja siga con el firme compromiso adquirido con la UE», sostuvo el portavoz de la Comisión Europea, Margaritis Schinas. 

¿Qué consecuencias puede acarrear de cara a las elecciones europeas?

«Ganaremos una gran influencia sobre lo que sucede en Suecia durante la próxima semana, los próximos meses y los próximos años», auguró Åkesson. Y no le falta razón. Expertos y altos cargos de las instituciones europeas dan por hecho que las formaciones eurófobas y antiinmigración dinamitarán el equilibrio de fuerzas de la Eurocámara. El SD no es una excepción, es la norma. El Partido Popular Danés, Alternativa por Alemania (AfD), el Partido de la Libertad holandés (PVV), el Frente Nacional (FN), Partido de la Libertad austríaco (FPÖ) y la Liga Norte siguen creciendo en intención de voto respecto a los últimos comicios del 2014.

Jimmie Åkesson, Demócratas de Suecia

EL ULTRA RENOVADO. Para atraerse al sueco medio preocupado por la inmigración, ha alejado al partido de las raíces nazis que arrastraba desde su fundación y suavizado su imagen, pasando de fan del rock vikingo y un adicto a los videojuegos a lucir como un joven pulcro y engominado.

Ulf Kristersson, Líder Partido Moderado (conservador)

NEOLIBERAL CONFESO. Líder del partido desde hace menos de un año, Kristersson, de 54 años, se adscribió desde joven en el neoliberalismo. Su fervor neoliberal le llevó a difundir el nombre y teléfono de sus compañeros de partido que aprobaban subidas de impuestos en sus ayuntamientos.

Stefan Löfven, Partido socialdemócrata 

SUPERVIVIENTE DE UNA LEGISLATURA INÉDITA. Löfven ha tenido pocos momentos de descanso y de popularidad en los últimos cuatro años, pero ha logrado sobrevivir a la legislatura más inestable de la historia reciente de Suecia en unas condiciones de precariedad inéditas.