«Me identifico con el tercer sexo»

Elisa Álvarez González
Elisa Álvarez SANTIAGO / LA VOZ

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MARCOS MÍGUEZ

Alemania permitirá en noviembre inscribir a un ciudadano que no responda a la etiqueta de hombre o mujer; eso quiere la gallega Beni, registrarse como persona

03 ago 2019 . Actualizado a las 17:17 h.

Con siete años tuvo muy claro que no se sentía identificada con su cuerpo masculino. «Miraba las muñecas y quería ser como ellas, lisa». Antía Fernández comenzó un proceso de reasignación de sexo en Galicia y se ha sometido ya en la sanidad pública gallega a una mamoplastia -para colocarse implantes mamarios-, y a la amputación de los órganos genitales masculinos. Sin embargo, su paso por el quirófano acaba ahí. Y es que no quiere una reconstrucción del órgano genital femenino, «lo tengo claro desde siempre, y al estudiar anatomofisiología en los cursos de auxiliar de clínica, me di cuenta de que definitivamente no lo quería».

Antía Fernández, que se siente más identificada ahora con el nombre de Beni, sería una de las candidatas al tercer sexo que ha regulado el Gobierno alemán para aquellas personas que en los registros oficiales no quieren inscribirse ni en sexo masculino ni femenino, «me siento identificada con el tercer sexo porque yo esa casilla la dejaría en blanco o buscaría una palabra alternativa, la única etiqueta que realmente me identifica es persona», aclara.

El problema de Beni es que se siente mujer pero tras las intervenciones a las que se ha sometido, cuando se mira en el espejo no ve a una persona femenina, «por eso el nombre de Antía lo veo lejos del objetivo que perseguía. Y eso que nadie puede decirme que no lo he intentado. Antía es un nombre muy de mujer y yo no cumplo ese estereotipo», explica. Si camina por la calle, sin bolso y sin acicalarse, «el 80 % de la población me vería masculina, tendrían que tratar conmigo, porque lo que si me dicen mis amigas es que cuando abro la boca todo el mundo ve que soy mujer».

La batalla de Beni es ahora por lo tanto deconstruir la construcción social de género, «hay muchas personas en las redes sociales que piensan que si desapareciese el género la gente sería mucho más libre», apunta. Defiende que en los registros civiles o en el documento de identidad deben desaparecer los campos del sexo, o al menos aceptar alternativas al binarismo que se ha impuesto en la sociedad, de forma similar como ha aprobado ya Alemania. También asegura no encajar en ninguna etiqueta sexual, y reconoce querer neutralizarlo todo para ir hacia una expresión de género mixta. De ahí Beni, que además de ser un nombre menos binario que Antía, era también el de su abuela materna, «aunque mi alma es femenina sin duda alguna».

En la pista de voleibol

Beni saltó a los medios hace unos años como Antía Fernández, al ser la primera deportista transexual en competición oficial en España tras debutar con el Club Voleibol Calasancias. Todo su proceso de reasignación estuvo vinculado al Chuac, un complejo hospitalario al que está muy agradecida, «cómo no voy a estarlo si después de 35 años he conseguido lo que quería con siete», explica. Presume de haber sido pionera no solo en el campo deportivo, sino al convertirse en la primera paciente de la sanidad pública gallega a quien se le practicó una mamoplastia por este motivo, pero al mismo tiempo tiene ganas de desandar el camino, «no por dar un paso atrás, sino por darlo hacia adelante y lograr una integración social». En resumen, Beni quiere formar parte de una sociedad a la que todavía le cuesta aceptar los cambios y las diferencias.