Un «yo sí te creo» a la portuguesa

Javier Becerra
Javier becerra REDACCIÓN / LA VOZ

ACTUALIDAD

VÍTOR MEJUTO

La justicia lusa mantiene en libertad a dos hombres sentenciados por violar a una mujer inconsciente en un club. La decisión desata una oleada de indignación

25 sep 2018 . Actualizado a las 08:41 h.

Está demostrado que la violaron. Que ella se encontraba inconsciente y que, aprovechando esa situación, el barman y el portero de un club en Vila Nova de Gaia mantuvieron relaciones sexuales con ella en noviembre del 2016. Lo recoge la sentencia, pero indica que «la ilegalidad no fue elevada», ya que «no hay daños físicos ni violencia». Por ello, el tribunal ha decidido dejar la pena de cárcel en suspenso. «La culpa de los acusados se sitúa en la medianía, al cabo de una noche con mucha bebida alcohólica, ambiente de seducción mutua y ocasionalidad en la práctica de los hechos», argumentaba uno de los magistrados.

La decisión y las justificaciones empleadas han provocado una ola de indignación en el país. Se trata de uno de los temas calientes de la prensa portuguesa. Para mañana está convocada una gran manifestación en la Praça Amor de Perdição de Oporto denunciando «una justicia machista» que fomenta «la cultura de la violación» en la que «las víctimas se transforman en «culpables». Así lo recoge la Slutwalk Porto y la red de actividades La Colectiva, promotoras de la protesta.

Los autores de la violación son dos hombres que cuando sucedieron los hechos tenían 25 (el barman) y 39 años (portero). Fueron condenados a cuatro años y medio de prisión, pero esa pena quedó en suspenso. El Ministerio Fiscal se opuso radicalmente a la medida. Considera que los acusados «despreciaron totalmente los más elementales valores morales y jurídicos de respeto debido por la libertad y autodeterminación sexual de la ofendida, al aprovecharse de su estado de inconsciencia para mantener relaciones sexuales». Y señala que en el juicio quedó demostrado, al interceptarse llamadas telefónicas del barman en las que aludían a que la chica estaba desmayada en el baño. Tampoco mostraron arrepentimiento durante el juicio.

«Es nuestra Manada»

En el Diario de Noticias portugués una magistrada que opina sobre el caso desde el anonimato establece rápidamente el paralelismo que flota en el ambiente: «Es nuestra Manada». Y argumenta una constante que dice que existe en este tipo de fallos: «Cuando se trata de crímenes contra mujeres la señal que dan los tribunales es la desculpabilización del comportamiento de los agresores. ¿Qué era necesario para tener una pena efectiva? ¿Que hubieran violado o robado antes?», se pregunta.

Durante el juicio se desvelaron varios mensajes telefónicos que hubo tras de la violación. Después de los hechos, cuando supieron la postura de la víctima, uno de los condenados le mandó un mensaje: «Yo no te he obligado a nada, fue consentido, si estabas tocada y no te acuerdas yo no tengo culpa. Ahora si estás arrepentida no tengo culpa». Su compañero le decía en otro: «Tengo una hija de 14 años y nunca querría que le hicieran eso que tú dices que te hice, que no es verdad y que nunca hice».

«Claro que nadie hizo nada, no nos conviene. ¿Ahora soy yo quién inventa? ¿Qué gano yo con ello»», contestaba ella. Y les indicaba que estaban diseñando una versión para contarle a la policía. Finalmente la historia acabó en el juzgado. Y ahora en la calle.