El FMI advierte de que las tensiones entre Estados Unidos y China ya frenan la economía mundial

La Voz ALFONSO FERNÁNDEZ / EFE

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El consejero de Economia del FMI, Maurice Obstfeld
El consejero de Economia del FMI, Maurice Obstfeld MADE NAGI | EFE

El organismo recorta sus previsiones de crecimiento al 3,7 % y alerta de que «se avecinan tormentas»

09 oct 2018 . Actualizado a las 19:54 h.

La economía global crecerá menos de lo previsto, 3,7 % en el 2018 y 2019, ante la constatación de que la escalada de las tensiones comerciales desatada por el presidente estadounidense Donald Trump y respondida por China no tiene visos de detenerse, advirtió hoy el Fondo Monetario Internacional.

«La agenda comercial refleja cuestiones políticas, y la política permanece sin resolución en varios países, lo que aumenta los riesgos aún más», dijo Maurice Obstfeld, economista jefe del FMI, en rueda de prensa al presentar el informe «Perspectivas Económicas Globales» en Bali (Indonesia).

Obstfeld destacó que «el impacto de las políticas comerciales y la incertidumbre se están volviendo más evidentes a nivel macroeconómico». «Dos grandes acuerdos comerciales regionales están en el aire. Tratado de Libre Comercio de América del Norte (donde un nuevo acuerdo trilateral espera aprobación legislativa) y la Unión Europea (con esta última negociando los términos del Brexit). Los aranceles de EEUU a China pueden alterar las cadenas de suministro, especialmente si hay represalias», agregó.

Hasta la fecha, el gobierno de Trump ha gravado importaciones chinas por valor de 250.000 millones de dólares, y ha advertido de su disposición a agregar aranceles a los 267.000 millones restantes de la balanza comercial con Pekín.

Estados Unidos, la primera economía global, crecerá en 2018 un 2,9 %, en línea con lo esperado, pero en 2019 su expansión será del 2,5 %, dos décimas menos de lo anticipado en julio. Para el gigante asiático, asimismo, el crecimiento de 2018 se mantendrá en el 6,6 %, pero se desacelerará hasta el 6,2 % en 2019, dos décimas menos que lo contemplado tres meses atrás.

Pero los problemas también se han traslado a los emergentes, que hasta hace poco han mantenido el impulso de la economía global mientras los avanzados cicatrizaban sus heridas tras la profunda crisis del 2008. «Las revisiones negativas para los mercados emergentes y en desarrollo son más severas (...) Vemos señales de menor inversión y manufactura, que se suma un más débil crecimiento en el comercio», subrayó Obstfeld.

En concreto, el economista jefe del Fondo citó los casos de Argentina, que encadenará dos años de recesión tras la abrupta depreciación del peso que llevó a Buenos Aires a solicitar un paquete de rescate al organismo internacional, o Turquía, cuyas previsiones han pasado de un 3,5 % en 2017 a apenas un 0,4% este año.

El Fondo ha alertado, a su vez, de los riesgos del elevado endeudamiento -la deuda global se encuentra en los 182.000 billones de dólares, un 60 % más que al comienzo de la crisis financiera de 2007-, que oscurece el horizonte en un momento de previsible encarecimiento de la financiación tras años de masivos estímulos monetarios.

La Reserva Federal ha elevado los tipos de interés en tres ocasiones en lo que va de año, hasta el rango actual de entre el 2 % y 2,25 %, unas cifras no vistas desde hace una década. Y se prevé que suba una vez más el precio del dinero en su reunión de final de año en diciembre, lo que añadirá presión sobre los países con elevados déficit y abultada deuda en dólares.

Obstfeld fue especialmente directo en este sentido: «Los Gobiernos tienen menos munición fiscal y monetaria que la que tenían cuando la crisis financiera global estalló hace 10 años».

La reunión de Bali, que se prolongará hasta el 14 de octubre, se produce más de dos décadas después de la crisis financiera del sudeste asiático en el que se vivieron multimillonarias salidas de flujos de capital y varios países tuvieron que recurrir al apoyo del FMI.

El viernes está prevista la asistencia a la asamblea del presidente indonesio, Joko Widodo, en un momento especialmente difícil para el país tras el seísmo de magnitud 7,5 y el posterior tsunami que golpearon la isla de Célebes el 28 de septiembre causando casi de 2.000 muertos y 5.000 desaparecidos.