Maduro permuta la cárcel por el destierro al activista Lorent Saleh

Pedro García Otero CARACAS / CORRESPONSAL

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El activista opositor Lorent Gómez Saleh ha llegado a España acompañado del secretario de Estado para Iberoamérica, Juan Pablo de Laiglesia
El activista opositor Lorent Gómez Saleh ha llegado a España acompañado del secretario de Estado para Iberoamérica, Juan Pablo de Laiglesia

El joven llega a España tras 4 años preso sin pisar un tribunal

14 oct 2018 . Actualizado a las 15:55 h.

Lorent Saleh, el preso político de Nicolás Maduro que a lo largo de cuatro años vio como su presentación ante un tribunal fue diferida 52 veces, corroboró ayer, a su llegada a Madrid, lo que en Caracas era un secreto a voces: Que su liberación implica el destierro, lo cual está expresamente prohibido por la Constitución venezolana.

«Simplemente me llamaron, me sacaron de la celda y me dijeron que iba a iniciar un nuevo proceso en mi vida, pero no sabían qué era. Me montaron en una patrulla y me llevaron al aeropuerto», explicó Saleh, acompañado del secretario de Estado para la Cooperación y para Iberoamérica y el Caribe, Juan Pablo de Laiglesia, quien, según el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, jugó un papel clave en la excarcelación.

El joven, de 30 años, fue entregado en el 2014 a Maduro por Juan Manuel Santos, su entonces homólogo colombiano, en uno de los últimos intentos de distensión entre ambos países. A lo largo de este cuatrienio, Saleh ha intentado suicidarse en al menos dos ocasiones, en el 2015 y el 2016, cuando estaba cautivo en la infame «tumba», un calabozo en el sótano 5 de la sede de la no menos infame policía política venezolana, el Sebin. El año pasado, junto a otros cuatro venezolanos, la UE le otorgó al joven activista de Voluntad Popular (partido de Leopoldo López, otro preso de conciencia) el premio Sajarov de los derechos humanos.

La Comisión de la Verdad, un organismo creado por la espuria Asamblea Constituyente que la mayoría de la comunidad internacional (incluyendo el Gobierno español, al menos hasta la gestión de Mariano Rajoy) no reconoce, anunció que Saleh, sin embargo, iba a ser liberado por sus «conductas violentas, destructivas y suicidas, que ponían en peligro su integridad personal», con lo cual Maduro y su régimen intentan limpiar su imagen luego del «suicidio» del concejal caraqueño Fernando Albán en el mismo edificio del centro de Caracas donde se encuentra «la tumba».

La madre, sin noticias

Según la Comisión, Saleh sería llevado a España por «solicitud propia y de su madre», Yamile Saleh, quien durante cuatro años tocó todas las puertas que podía tocar, incluyendo las del Gobierno español y las del expresidente, José Luis Rodríguez Zapatero, por la liberación de su hijo. Sin embargo, Yamile Saleh tampoco sabía el jueves por la tarde que Lorent sería llevado directamente al aeropuerto para el destierro, algo que ya hizo el régimen de Maduro con el diputado Villca Fernández, liberado del Sebin y enviado directamente a Perú, país de nacimiento de su padre, en enero.

«Volveré, estoy en libertad, pero a mí nadie me va a desterrar», dijo entre lágrimas Saleh al grupo de venezolanos que lo esperaban en el aeropuerto de Barajas cantando el himno nacional de su país. Agradeció las gestiones del Gobierno de España para su liberación, pero señaló que aún quedan centenares de presos políticos en el país sudamericano, y que «están sufriendo».

En Caracas, en tanto, los medios destacaban el rol de «apagafuegos» de Zapatero con relación al régimen de Maduro. El expresidente ha estado detrás de las liberaciones de presos políticos cada vez que Nicolás Maduro es señalado por violaciones flagrantes de derechos humanos. En esta ocasión, sin embargo, la muerte de Albán parece haber marcado un nuevo mínimo en su gestión para la comunidad internacional, y decenas de países han exigido una investigación independiente sobre la muerte.