El estudio, liderado por investigadores españoles, abre una vía para erradicar el virus del sida en el organismo
02 may 2019 . Actualizado a las 20:55 h.Todo empezó con Timothy Brown, el denominado Paciente de Berlín. En el 2008 se sometió a un trasplante de células madre para tratar una leucemia. El donante tenía una mutación llamada CCR5 Delta 32 que hacía que sus células sanguíneas fueran inmunes al VIH, ya que evita la entrada del virus en ellas. Después de la operación, Brown dejó de tomar la medicación antirretroviral y hoy, diez años después, el virus que causa el sida sigue sin aparecer en su sangre. Se le considerada como la única persona en el mundo curada de la infección, aunque aún no se sabe muy bien por qué ni la clave fundamental de que el tratamiento haya funcionado en su caso. Desde entonces, los científicos investigan posibles mecanismos de erradicación asociados con el trasplante de células madre, pero el primer gran éxito que muestra que esta línea de trabajo puede ser más que una esperanza acaba de llegar con trabajo realizado por investigadores españoles del IrsiCaixa de Cataluña y del Hospital Gregorio Marañón de Madrid.
Cinco personas infectadas por VIH que recibieron un trasplante de células madre tienen ahora el virus indetectable en sangre y en tejidos y, en una de ellas, ni siquiera se han detectado anticuerpos, que solo aparecerían si hubiera algún resto del virus en su organismo. O, lo que es lo mismo, está completamente limpio. El hallazgo, que se ha publicado en la revista Annals of Internal Medicine, podría servir para el diseño de estrategias menos invasivas para la cura de la infección.
En estado latente
El motivo de que actualmente los fármacos no curen la infección por VIH, aunque sí lo mantienen a raya, es el reservorio viral, formado por células infectadas que permanecen en estado latente y no pueden ser detectadas ni destruidas por el sistema inmunitario. Lo que han visto ahora los científicos de IrsiCaixa, un instituto impulsado por la Obra Social ‘la Caixa’, y del Hospital Gregorio Marañón son ciertos factores asociados al trasplante de células madre que podrían contribuir a la eliminación del reservorio en el organismo.
«Nuestra hipótesis era que, además de la mutación CCR5 Delta 32, otros mecanismos asociados con el trasplante influyeron en la erradicación del VIH en Timothy Brown», explica María Salgado, coautora del artículo.
El estudio incluyó a seis participantes que habían sobrevivido al menos dos años después de recibir el trasplante. Todos los donantes carecían de la mutación CCR5 delta 32 en sus células.
«Seleccionamos estos casos porque queríamos centrarnos en las otras causas que podrían contribuir a eliminar el virus», apunta Mi Kwon, hematóloga del Hospital Gregorio Marañón y también coautora del artículo.
Después del trasplante, todos los participantes mantuvieron el tratamiento antirretroviral y lograron la remisión de su enfermedad hematológica tras la retirada de los fármacos inmunosupresores. Tras diversos análisis, los investigadores vieron que cinco de ellos presentaban un reservorio indetectable en sangre y tejidos. Este hecho es relevante porque estos parámetros siempre son detectables en personas infectadas por VIH, aunque tomen medicación antirretroviral.
Además, en uno de los participantes los anticuerpos virales habían desaparecido completamente siete años después del trasplante. Según Salgado, «este hecho podría ser una prueba de que el VIH ya no está en su sangre, pero esto solo se puede confirmar parando el tratamiento y comprobando si el virus reaparece o no». El único participante con un reservorio de VIH detectable recibió un trasplante de sangre de cordón umbilical -el resto fue de médula ósea- y tardó 18 meses en reemplazar todas sus células por las células del donante. «Este proceso puede durar de uno a dos meses a más de un año, y hemos observado que cuanto más corto es este plazo, más efectiva es la reducción del reservorio», destaca Kwon.