China y Japón buscan recomponer sus relaciones económicas

María puerto PEKÍN / E. LA VOZ

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ROMAN PILIPEY | Afp

La guerra comercial iniciada por Trump obliga a los dos gigantes asiáticos a aparcar sus diferencias para trabajar en común

26 oct 2018 . Actualizado a las 08:03 h.

Shinzo Abe protagoniza desde ayer la primera visita de un primer ministro japonés a China en siete años y se compromete a elevar las relaciones bilaterales a «una nueva dimensión» de cooperación. La guerra comercial y la falta de interés de Trump por Asia empuja a la primera y segunda economía mundial a superar las tensiones del pasado y mejorar sus relaciones.

Las sonrisas y los gestos distendidos acompañaron la primera jornada de Shinzo Abe en Pekín. Una gestualidad muy diferente de la actitud gélida con la que se comportaron Abe y el presidente chino, Xi Jinping, en su primer encuentro en el 2014.

El viaje y las imágenes muestran que las dos potencias asiáticas intentan recomponer sus relaciones y olvidar la escalada de tensión de años recientes provocadas por el contencioso sobre la soberanía de las islas Diaoyu/Senkaku en el mar de China Oriental. Y agudizadas con las visitas del gobierno de Abe al santuario de Yasukuni, donde hay enterrados criminales de guerra.

Ahora la guerra comercial iniciada por Trump y la distensión con Corea del Norte impulsan la normalización de relaciones entre China y Japón.

Las exportaciones chinas son las primeras damnificadas de esta guerra y el gigante asiático busca nuevos aliados. Japón también se verá afectado por la desaceleración del comercio y es consciente que Trump ha renunciado a la política de Obama de colocar el Pacífico como un pilar principal de su política exterior.

Japón también espera que China, aliado tradicional de Corea del Norte, presione para ayudar a cumplir los compromisos de desnuclearización de Kim Jong-un.

El primer ministro japonés realiza una visita de tres días a China con motivo del 40 aniversario de la firma del Tratado de Paz y Amistad China-Japón. Viaja acompañado de unos 500 empresarios y la agenda incluye la celebración, hoy viernes, del Foro Japón-China de Cooperación en Mercados de Terceros Países.

Dudas y puntos de encuentro

China ha invitado a Japón a participar en su ambicioso proyecto de Nueva Ruta de la Seda y los dos países tienen interés en desarrollar inversiones conjuntas en infraestructuras en Indonesia y Filipinas. La visita de Abe significa «una vuelta a la normalización de las relaciones», aseguró la portavoz del ministerio de Exteriores, Hua Chunying.

Sin embargo, este nuevo escenario implica que Japón deberá hacer equilibrios para no molestar a su principal aliado, EE.UU.

Japón desconfía del gasto militar de China y de su pretensión de extender su dominio por el mar del Sur de China, por donde viaja gran parte de su comercio.

El desarrollo militar de China es una de las razones esgrimidas por Abe para modificar la Constitución pacifista de Japón y permitir que las actuales fuerzas de autodefensa tengan las atribuciones de un ejército.

China ya es el principal socio comercial de Japón que a su vez es el tercero del gigante asiático. En el 2017 el comercio bilateral entre los dos países creció 10 % alcanzando los 300.000 millones de dólares. 30.000 empresas niponas tienen inversiones en China.

A pesar del nacionalismo, China se mira en el desarrollado Japón, que el año pasado atrajo a 7,3 millones de turistas chinos cuya principal actividad fueron las compras. Incluso el Global Times, un periódico de marcado sesgo ultranacionalista chino, destaca que Japón tiene una larga experiencia en lidiar con problemas como el envejecimiento de la población o la contaminación, que pueden servir de referencia a China.