La Biblioteca Nacional, «harta» de la polémica sobre Da Vinci

M. L. REDACCIÓN / LA VOZ

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Luca Piergiovanni | Efe

«No habría controversia si Christian Gálvez no fuera famoso»

19 dic 2018 . Actualizado a las 08:17 h.

«Estoy harta de esta polémica». Así habla Ana Santos Aramburo, directora de la Biblioteca Nacional de España (BNE), crispada e incómoda ante la controversia generada en torno a la labor del comisario de la exposición Leonardo da Vinci: los rostros del genio. Santos está convencida de que «jamás se habría producido una polémica de este porte si Christian Gálvez no fuera un personaje famoso». La directora de la BNE reclama «sensatez» y pide que se juzgue «después de ver las exposiciones y su resultado».

No oculta Santos su indignación ante las críticas del Comité Español de Historia del Arte (CEHA), la principal asociación de historiadores del arte en nuestro país, que acusó de «intrusismo profesional» a Gálvez, comisario de una de las dos secciones de la muestra sobre Leonardo. La exposición tiene doble sede, una gratuita en la propia BNE y de la que es comisaria la catedrática de paleografía Elisa Ruiz, y otra de pago, en el Palacio de las Alhajas de Madrid, de la que se responsabiliza Gálvez. «Estoy harta de que solo se vea lo malo, de que se use a la BNE para polémicas que no vale la pena seguir alimentando, porque son estériles en sí mismas, y porque provocan un debate que está fuera del foco», declaró.

A juicio de Santos, no se trata de debatir entre el criterio de los historiadores del arte y el de un divulgador cultural. «Lo que debemos debatir es qué modelo de consumo cultural nos está pidiendo esta sociedad y qué espacio de respuesta debemos dar a esa demanda desde las instituciones públicas». Cree que hay público para todo, pero que «no se puede pedir a un chico de la calle, a gente joven sin formación y sin conocimiento suficiente, que aprenda accediendo a una actividad académica». «No podemos decirle que debe de aprender a base de acceder a ese tipo de espacios y hay que ofrecer otros medios de aprendizaje», arguye. «Hay actividades académicas de altísimo nivel y de divulgación» destacó la directora, que propone actuar «de acuerdo a lo que la sociedad está demandando».

Respondía así, sin citarlo, al CEHA, que había reprochado a Gálvez que se situara «como referente sociológico sin ningún aval de carácter científico» y lo hiciera «apoyándose en una popularidad televisiva y en sus conocimientos sobre Leonardo traducidos en obras de ficción con a veces dudosas bases histórico-documentales». Destaca la CEHA que en la parte de la exposición de la que es responsable Gálvez la única obra de arte exhibida es la Tavola Lucana, un presunto autorretrato de Da Vinci cuya autoría está en discusión y que el presentador avala «al 99,9 %» como obra de Leonardo.

«Si he cometido algún error ha sido el de democratizar a Leonardo», ha repetido estos días el presentador de Pasapalabra.